¿Sabías que puedes seguir el recorrido de tu voto por correo? Te contamos cómo

Un elemento básico y determinante en estas veraniegas elecciones de 2023, tan legítima como sorpresivamente convocadas, es la introducción, conocimiento y uso de los elementos tecnológicos que ayudan e informan al ciudadano.

El primero de ellos, el certificado digital; un documento en formato electrónico que se vincula con una determinada persona (o su representante legal) y sirve para identificarla, a través de una clave pública, de forma fehaciente. Si no obligatorio, es muy conveniente tenerlo para poder consultar y realizar trámites con la Administración Pública; entre otras cosas, también para solicitar el voto por correo. Pero de las 2.622.808 solicitudes, sólo 697.832 se solicitaron de forma telemática a través de la web de Correos, mediante firma electrónica. Según la web de Antena3, la Comunidad de Madrid ha sido donde más peticiones online se han registrado.

Ese voto solicitado puede llegar a cualquier domicilio indicado o a una oficina de correos de cualquier lugar de España. Es más, si cuando nos hemos ido no ha llegado la documentación, en nuestro destino podemos solicitar que se reenvíe.

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Seguimiento en el INE

A partir de ese momento, cualquier ciudadano puede hacer un seguimiento (puede trazar) de su voto en la página del Instituto Nacional de Estadística (INE). Basta con poner el DNI y la fecha de nacimiento para obtener la información exacta sobre el estado de nuestras papeletas y la previsión de recepción del voto en el domicilio indicado, cosa que no mucha gente sabía por una desidia evidente de quienes han organizado estos comicios. ¡Una gran ocasión para haber potenciado la cultura digital de los ciudadanos que con intención, o sin ella, se ha desperdiciado!

En el mencionado enlace del INE, se podía, y aún se puede, obtener el código del certificado (una larga combinación de números y letras como por ejemplo DE55E15028101280098445J); se puede ver el estado de la solicitud: si se ha aceptado o no, si se ha certificado y si ya se ha enviado a correos para su distribución. La fecha de grabación de la petición y la fecha de salida del INE a Correos para su entrega al ciudadano solicitante. A partir de ahí es fácil calcular cuando te va a llegar a casa, con un margen aproximado de 24 horas.

Los sufridos funcionarios de Correos

Tal y cómo se esperaba, el día calculado llegó el voto de nuestro reportaje. Y en el momento de la entrega, se le preguntó al cartero: '¿mucho trabajo?' La respuesta fue la evidente; pero sorprendió que la ola de calor obligaba a los funcionarios a estar a las 12 de la mañana en la oficina; y el calor apretó varios días, lo que ha supuesto un claro acúmulo de trabajo y de votos sin repartir. También se le preguntó: '¿pero los han reforzado?' La respuesta fue corta y rápida: 'No'.

Al día siguiente se preparó el sobre codificado (llevan código de barras) con los de las papeletas y el papel de identificación dentro y se dispuso su entrega en Correos. Parecía que no había nadie; ¡lógico la cola hay que hacerla al sol!. Pero al entrar, se constató que había un nutrido grupo de gente esperando en el interior y los mismos empleados de siempre. Tampoco había habido refuerzo.

La alternativa fue unos grandes almacenes; al menos había aire y no sería necesario ‘apiñarse’. El servicio fue rápido, la jefa también recibía en su despacho y a ella se le preguntó: si el sobre va codificado, al entregarlo en destino, es decir, en la mesa electoral, el ciudadano recibirá un SMS informándome de la entrega como se hace habitualmente con los paquetes… Pero la respuesta fue 'no'.

Para seguir trazando el voto, el siguiente paso fue copiar el número de localizador del recibo de entrega que enviaron por correo electrónico (el resguardo) y realizar el seguimiento como si de un paquete se tratara.

Cómo saber que ha llegado el voto a la mesa

Y efectivamente, en https://www.correos.es/es/es/particulares se puede introducir el número del seguimiento de envío y allí se explica que el voto se recibió y que está en correos. Es de suponer que el día de las elecciones indicará si está en reparto y si se ha entregado, porque este paso es el único ‘agujero’ que podría tener el proceso: que dado el volumen de votos, estos no se puedan procesar y no lleguen a la mesa electoral para su recuento.

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Conviene reseñar que la jefa de la oficina hizo lo que no el gabinete de Comunicación de la entidad, a quien se había hecho previamente la pregunta sin éxito: explicar que es responsabilidad de cada equipo el que esos votos sean procesados y entregados porque, de otra forma, les pueden pedir responsabilidades. Claro que esa petición de responsabilidades llegaría después del día de las elecciones.

También respondió que no les habían puesto personal de refuerzo. Y si bien la estadística no tiene una muestra valida para realizar muchas valoraciones, tres de tres oficinas distintas sin que se haya reforzado el servicio.

Con la incógnita de por qué al entregar los votos en las mesas no se leen los códigos y te llega un mensaje, como se hace habitualmente en paquetería, para que cada ciudadano tenga la seguridad de que su voto se ha registrado correctamente, trazar el voto de forma digital no parece labor complicada; sólo hay que tener un poco de voluntad técnica y confianza en los buenos funcionarios del país, las únicas víctimas de un proceso electoral anodino.