La adopción de inteligencia artificial (IA) en el sector de telecomunicaciones ofrece un amplio abanico de oportunidades para optimizar operaciones, mejorar el servicio al cliente y descubrir nuevas oportunidades de negocio.
Sin embargo, un reciente informe de Omdia, la consultora advierte sobre los desafíos regulatorios que las empresas del sector deben tener en cuenta al integrar estas tecnologías.
La implementación de IA en telecomunicaciones promete transformar el sector con mejoras en la eficiencia operativa, ahorro de costes y automatización de procesos. A pesar de estos beneficios, Sarah McBride, analista principal de regulación en Omdia, subraya que la adopción de IA conlleva riesgos significativos, como la disponibilidad de datos imparciales, la responsabilidad en caso de errores, la falta de confianza en la toma de decisiones automatizadas, así como preocupaciones relacionadas con la privacidad y la seguridad.
El informe señala que la mayoría de los sistemas de IA en telecomunicaciones aún están en fases iniciales de desarrollo, pero se espera que su rol crezca considerablemente en el mediano plazo. Esto resalta la importancia de que las empresas de telecomunicaciones se preparen para los desafíos regulatorios asociados con la IA.
El creciente enfoque regulatorio en torno a la IA es una tendencia que seguirá avanzando, según Omdia. Las empresas de telecomunicaciones deben tomar medidas proactivas para implementar marcos de gestión de riesgos antes de desplegar tecnologías de IA. Estas medidas incluyen asegurar la calidad, precisión y robustez de los datos, así como garantizar que la IA se implemente de manera ética, centrada en el ser humano y confiable.
En el contexto de la Unión Europea, existen varias normativas que impactan directamente en el desarrollo de la IA en telecomunicaciones, como el Data Act, el Digital Markets Act y el AI Act. Además, regulaciones generales como el Código Europeo de Comunicaciones Electrónicas, la neutralidad de la red, y las normativas de protección de datos y privacidad, también influyen en la integración de IA en las operaciones de las empresas de telecomunicaciones.
La IA requiere grandes volúmenes de datos para funcionar eficazmente, lo que convierte la protección de datos y la privacidad en aspectos críticos. Según el informe de Omdia, las tecnologías de IA que implican riesgos para la salud, la seguridad o los derechos, especialmente aquellas que utilizan información biométrica, la seguridad de redes o infraestructuras críticas, estarán bajo un escrutinio más riguroso.
McBride enfatiza que las empresas de telecomunicaciones deben “asegurarse de que cumplen los requisitos reglamentarios para estas situaciones de alto riesgo, como la transparencia, la supervisión humana y la gobernanza de datos, completando las evaluaciones de riesgos e implementando marcos de gobernanza”.
La transparencia es otro elemento clave, ya que las empresas deben asegurarse de que los clientes reciban información clara sobre el uso de IA, incluyendo sus limitaciones.