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miércoles 27 de diciembre de 2023, 12:00h

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En marzo de 2022 saltaron los titulares que anunciaban la, probablemente, noticia de mayor impacto en los últimos años del sector de las telecomunicaciones en España: Orange y grupo MásMóvil informaban de su intención de crear una compañía conjunta en la que fusionarían sus activos en el país, lo que se conoce en la jerga como la creación de una Joint Venture (JVCo).

Casi hemos cerrado el año 2023 y 21 meses después del anuncio, la operación se encuentra en un limbo jurídico que es difícil de comprender excepto por los muy expertos en la materia. La Dirección General de la Competencia de la Unión Europea “paró el reloj” del proceso de aprobación de la fusión el 28 de julio pasado. Desde entonces no hay ninguna noticia “oficial” de la evolución de este. La aprobación de este organismo es obligatoria y sin ella la fusión no puede producirse.

La creación de una compañía conjunta formada por el segundo y cuarto operadores en España y que daría lugar al nuevo líder por número de clientes tiene tal peso que durante muchos de estos 21 meses casi todas las estrategias en el sector han girado sobre esta idea. Sin embargo, el tiempo pasa y en los últimos meses se han precipitado acontecimientos de gran alcance que contribuirán a una reconfiguración aún más amplia del sector:

Si a esto se añade que hay insistentes rumores que califican a Digi como el “remedy taker”, es decir la compañía que se haría con los activos de los que Grupo MásMóvil y Orange deberían deshacerse para obtener la autorización para su fusión, nos encontramos en un entorno inaudito: los 5 principales del país se encuentran implicados en diferentes operaciones corporativas. Mientras que la tendencia hacia la consolidación que actúa a todos los niveles continúa vigente.

En estas circunstancias prever qué ocurrirá en los próximos meses se convierte en un complejo ejercicio de definición de escenarios. En estas situaciones lo mejor suele ser comprender cuáles son las fuerzas básicas que están en juego, o al menos las principales:

  • En todo Europa existen importantes incentivos para la concentración en los mercados, que se consideran de manera generalizada como demasiado fragmentados. El caso de España es notorio y Margharita Della Valle, CEO de Vodafone, explicaba su salida del mercado español con este argumento: “más de 70 marcas comerciales minoristas y que hay cinco infraestructuras de fibra compitiendo en las mismas regiones”. El mercado se va a mover en la dirección de la reducción del número de actores.
  • El negocio alrededor de la banda ancha, tanto fija como móvil, ha madurado y los grandes jugadores de la región, como Telefónica u Orange, enfocan sus estrategias hacia la generación predictible de flujo de caja, que finalmente se traduce en una remuneración estable para los accionistas. Esa fue la idea principal detrás de las estrategias presentadas en noviembre por José María Álvarez Pallete para Telefónica (GPS) o Christel Heydemann para Orange (Lead de Future) en febrero
  • La puesta en valor de las infraestructuras digitales, mediante la separación de las mismas, la concentración de las que se encuentren dispersas o incluso el crecimiento de las existentes continuará ocurriendo en todos los mercados. De esta manera, probablemente a otra velocidad, el capital continuará entrando en el sector a la búsqueda de rendimientos asegurados. No obstante, las dinámicas de inflación alta y altos tipos de interés harán este tipo de movimientos más selectivos.

¿Qué escenarios parecen más probables en los próximos meses para el agitado sector de las telecomunicaciones en España? Como hemos explicado es muy difícil hacer predicciones exactas, pero hay algunos hechos que parecen probables:

  • Más pronto que tarde la Comisión Europea aprobará la creación de la JVCo entre Orange y Grupo MásMóvil. Que 21 meses después del anuncio del mismo el sector siga pendiente de un posible impacto de este tamaño envía muchos mensajes sobre el tipo y la calidad de la regulación en el sector. Si, contra todo pronóstico, las partes tuvieran que desistir, las fuerzas favorables a la consolidación seguirían existiendo, pero entraríamos en una fase de aún mayor incertidumbre
  • Zegona se hará con el control de la operación española de Vodafone. Y lo más probable es que comience un proceso de completa transformación de la compañía. Este proceso no será probablemente sencillo ni libre de una larga lista de efectos secundarios no deseados. El impacto sobre lo precios (o en la jerga del sector ARPU) está por ver. La puesta en valor de la infraestructura fija de acceso (una red HFC de 7,4M he hogares pasados complementado por una pequeña red FTTH) y asociada a ella, el negocio de banda ancha fija (2,9M de hogares conectados) será otro asunto clave. En esta situación del mercado ni siquiera una operación que afecte a la infraestructura de acceso móvil puede ser descartada.
  • La entrada en el capital de Telefónica por parte de STC será aprobada con algún tipo de condición. Esta situación reforzará la estrategia global de Telefónica basada en la generación de caja y en la opcionalidad. El propio Jose María Álvarez-Pallete fue muy enfático en señalar una fuerte actividad en esta línea. Veremos movimientos destinados a optimizar el CAPEX y a dar entrada a capital en el mercado en todo tipo de infraestructuras.
  • Si finalmente Digi se hace con los activos “sobrantes” de la JVCo, deberá ajustar su estrategia para maximizar el uso de estos y eso afectará al “status quo” mayorista del sector. Aunque como este tipo de contratos son a largo plazo el impacto no será inmediato. Financiar la compra de estos activos, aún a precios reducidos, requerirá probablemente la puesta en valor de alguna infraestructura y será otra vía para la entrada de capital en el sector. Disponer de más activos propios afectará la futura cuenta de resultados de Digi y probablemente podría trasladarse sobre los precios de los servicios finales a sus clientes, pero tal vez no de manera inmediata.
  • La consolidación de jugadores de menor tamaño continuará. En España existe más de 1.000 proveedores de servicios de Internet, de los cuales más de 400 son activos y decenas tienen un impacto muy notable en sus mercados. La necesidad de generar economías de escala y los propios ciclos de inversión apuntan a una necesidad de ejecutar una larga cadena de procesos de adquisición o fusión.
  • La creación de una infraestructura rural tanto fija como móvil, impulsada por los programas Único del gobierno se acercará a su culminación. Dado que los modelos de negocio en esas zonas de baja población son muy sensibles, veremos también movimientos corporativos en esas áreas

Todos estos posibles movimientos corporativos, acaben sucediendo o no, no deben distraernos de la gran fuerza que está detrás de la industria de las telecomunicaciones: conectar a personas de la mejor manera para conseguir que puedan desarrollarse de la mejor manera. Y conseguir que este desarrollo tenga un impacto positivo en la sostenibilidad de la sociedad y el planeta. Algo tan humano como ancestral.

Autor: Joaquín Guerrero, director de la consultora Nae

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