La Comisión Europea ha anunciado una nueva inversión de 20 millones de euros destinada a reforzar la seguridad y la resiliencia de los cables submarinos que conectan el continente europeo con el resto del mundo.
Estas infraestructuras son esenciales para el funcionamiento de Internet, las comunicaciones internacionales y la transmisión de datos estratégicos, y se han convertido en un componente crítico de la soberanía tecnológica europea.
La nueva ayuda procede del programa Europa Digital y se divide en dos convocatorias principales. La primera, dotada con diez millones de euros, está orientada a la creación de centros regionales de cables que permitan reforzar la supervisión y protección de las infraestructuras submarinas. Estos centros utilizarán herramientas basadas en inteligencia artificial para la detección en tiempo real de amenazas, lo que permitirá acelerar las respuestas ante posibles incidentes. El primer centro piloto se establecerá en la región nórdico-báltica, una de las zonas más activas en tráfico de datos y conectividad internacional.
"Al invertir en centros regionales y en pruebas de simulación, estamos mejorando la capacidad para detectar, prevenir y afrontar las amenazas que pueden poner en riesgo la conectividad europea”
La segunda convocatoria, también por valor de diez millones de euros, se financia a través del nuevo Reglamento de Cibersolidaridad. Estos fondos se destinarán a fortalecer la preparación ante crisis, la realización de simulaciones de ataques y la mejora de la respuesta en caso de sabotaje o fallos en las redes críticas.
“Estas nuevas oportunidades de financiación contribuirán a reforzar la resiliencia de las redes de cables submarinos de Europa, nuestra conexión digital al resto del mundo. Al invertir en centros regionales y en pruebas de simulación, estamos mejorando la capacidad para detectar, prevenir y afrontar las amenazas que pueden poner en riesgo la conectividad europea”, destaca la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión, Henna Virkkunen, responsable de Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia.
Cables submarinos, una infraestructura crítica
Los cables submarinos constituyen la columna vertebral de la comunicación global. Más del 95% del tráfico internacional de datos, incluidos servicios esenciales como el comercio electrónico, las transacciones financieras y las comunicaciones diplomáticas, depende de estas infraestructuras. Cualquier interrupción, ya sea por causas naturales o por sabotaje, puede tener un impacto inmediato en la economía y la seguridad de los Estados miembros.
Por esta razón, la Comisión adoptó en febrero de 2025 el Plan de Acción de la UE sobre la Seguridad de los Cables, cuyo objetivo es reforzar la resiliencia en todo el ciclo de vida de estas infraestructuras: desde la prevención y detección de riesgos hasta la respuesta, recuperación y disuasión frente a posibles ataques o fallos técnicos.
La Unión ya ha invertido 420 millones de euros a través del Mecanismo “Conectar Europa” en el sector digital, dentro de 51 proyectos vinculados a la iniciativa Global Gateway
Además de las nuevas ayudas anunciadas, la Unión ya ha invertido 420 millones de euros a través del Mecanismo “Conectar Europa” en el sector digital, dentro de 51 proyectos vinculados a la iniciativa Global Gateway. Este programa persigue reforzar las redes de conectividad entre Europa, África, América y Asia mediante la construcción de nuevos cables y la modernización de las infraestructuras existentes.
Virkkunen subraya que el objetivo de estas inversiones es garantizar una conectividad segura, estable y soberana: “Nuestra conectividad digital es un activo estratégico. Los cables submarinos no solo nos conectan con el mundo, sino que son esenciales para la competitividad económica y la seguridad europea. Protegerlos es proteger el futuro digital de Europa”.
Con estas medidas, la Comisión Europea consolida su apuesta por una infraestructura digital más segura, resiliente y autónoma, en un momento en el que la ciberseguridad y la protección de los datos estratégicos se han convertido en prioridades geopolíticas de primer orden.