La interrupción, causada por una actualización defectuosa en su software de seguridad Falcon Sensor, afectó a unos 8,5 millones de sistemas en todo el mundo, principalmente en ordenadores con Microsoft Windows que utilizaban el programa en la nube de Azure.
a demanda colectiva acusa a los ejecutivos de CrowdStrike de realizar declaraciones "falsas y engañosas"
La demanda colectiva, presentada en un tribunal federal en Austin, Texas, por la Asociación de Jubilación del Condado de Plymouth, Massachusetts (Estados Unidos), acusa a los ejecutivos de CrowdStrike de realizar declaraciones "falsas y engañosas" sobre las capacidades de prueba, los sistemas y la gestión de su software. Además, alegan que engañaron a los inversores al afirmar que las actualizaciones de software eran rigurosamente probadas, validadas y certificadas antes de su implementación.
La caída masiva del sistema afectó a numerosos departamentos y agencias del gobierno de EE.UU., como el Departamento de Seguridad Nacional, NASA, la Comisión Federal de Comercio, la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, el Departamento de Justicia, el Departamento de Educación, el Departamento del Tesoro, el Departamento de Estado, el Departamento de Asuntos de Veteranos y el Departamento de Energía, entre otros. También se vieron afectados negocios, aerolíneas, aeropuertos, estaciones de tren, hospitales y otras organizaciones, provocando un impacto significativo en sus operaciones.
En este sentido, CrowdStrike ha negado las acusaciones, afirmando que la demanda "carece de mérito". La compañía ha declarado que se defenderá vigorosamente en los tribunales para limpiar su nombre y ha reiterado su compromiso con la seguridad y la fiabilidad de sus productos. Según CrowdStrike, sus procesos de prueba y validación son sólidos y cumplen con los estándares más altos de la industria.
Impacto financiero
El fallo provocó un duro golpe financiero para CrowdStrike, con una caída del 32% en el precio de sus acciones, lo que se traduce en una pérdida de valor de mercado de 25.000 millones de dólares. Además, Delta Airlines ha señalado que la interrupción le ha costado 500 millones, por la cancelación de 5.000 vuelos y la necesidad de reiniciar manualmente 40.000 servidores.