La empresa de ciberseguridad CrowdStrike ha logrado restaurar más del 97% de los sensores de Windows afectados por una reciente actualización de software, según ha informado su CEO, George Kurtz.
Este logro llega casi una semana después de que un fallo en la plataforma Falcon de CrowdStrike desencadenara un apagón global que dejó a 8,5 millones de dispositivos Windows fuera de servicio.
El sensor de la plataforma Falcon es un agente de seguridad instalado en dispositivos como portátiles y de sobremesa, diseñado para protegerlos de amenazas. Sin embargo, la actualización defectuosa provocó que estos dispositivos se bloquearan, mostrando la temida "pantalla azul de la muerte", provocando interrupciones en servicios críticos de sectores como la aviación, la radiodifusión y la banca.
En un comunicado publicado en LinkedIn, George Kurtz ha mostrado su gratitud por los esfuerzos de los clientes, socios y el equipo de CrowdStrike para solucionar el problema. "Quiero compartir que más del 97% de los sensores de Windows están nuevamente en línea a partir del 25 de julio. Este progreso se debe a los incansables esfuerzos de nuestros clientes, socios y la dedicación de nuestro equipo en CrowdStrike", asegura el directivo que ha aprovechado para pedir disculpas por la interrupción y ha defendido que la empresa no descansará hasta que todos los sistemas estén completamente recuperados.
10 euros de compensación
Además de las acciones técnicas, CrowdStrike ha decidido compensar a sus socios, que tuvieron que trabajar intensamente para ayudar a los clientes durante el apagón. La compañía envió tarjetas de regalo de 10 dólares de Uber Eats como muestra de agradecimiento. "Enviamos nuestro más sincero agradecimiento y disculpas por las molestias”, decía parte del mensaje enviado por correo electrónico.
La aseguradora Parametrix estima que los clientes de CrowdStrike que forman parte de la lista Fortune 500 perdieron aproximadamente 5.400 millones de dólares debido al fallo de la plataforma Falcon. Se calcula que entre 540 y 1.080 millones de dólares de estas pérdidas deberían ser cubiertos por las aseguradoras.