Un reciente estudio de Nexthink ha revelado una preocupante realidad en el ámbito tecnológico de las grandes empresas: el 92% de los responsables de tecnología considera que más de la mitad de los empleados (53%) carece de las habilidades necesarias para adaptarse a los cambios que trae consigo la Inteligencia Artificial (IA).
Este análisis, que abarcó a 1.100 directores de tecnologías de la información (TI) de Europa y Estados Unidos, pone de manifiesto los retos que la IA plantea para las organizaciones en un momento en que se prevé un gasto en TI de 5,61 billones de dólares para 2025, de los cuales 644.000 millones se destinarán a IA generativa.
El informe, titulado “La ciencia de la productividad: IA, adopción y experiencia del empleado”, destaca que el 95% de los directores de TI anticipa que la transformación impulsada por la IA será la más significativa hasta la fecha. Sin embargo, el 88% de ellos teme que esta tecnología genere intimidación entre los empleados. Ante esta situación, se hace evidente la necesidad de abordar las preocupaciones relacionadas con la experiencia del empleado en el uso de la IA, para evitar que las inversiones en esta área se vean desperdiciadas.
El 42% de los responsables de TI enfrenta dificultades para medir el impacto real de sus inversiones en IA
Además, el estudio indica que el 42% de los responsables de TI enfrenta dificultades para medir el impacto real de sus inversiones en IA, y un asombroso 93% desea mejorar su capacidad para identificar aquellas iniciativas que no están generando resultados. En un entorno donde se prevé que el uso de aplicaciones por parte de los empleados aumente un 43% en los próximos tres años, la presión sobre los equipos de tecnología es considerable. De hecho, el 66% de los encuestados afirma que su organización lanza una nueva aplicación o herramienta cada mes, lo que ha llevado al 69% a reconocer que no pueden ofrecer un soporte adecuado a todos los usuarios.
El incremento de nuevas aplicaciones ha resultado en una serie de consecuencias negativas, como una disminución de la productividad (61%), una reducción de la colaboración y un aumento en las solicitudes de soporte. En este contexto, el 96% de los directores de tecnología sostiene que es fundamental mejorar las habilidades digitales de los empleados y detectar los problemas existentes para poder afrontar este proceso de transformación.