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Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
martes 17 de noviembre de 2020, 00:16h

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El hasta ahora consejero delegado de Vodafone; Antonio Coimbra, se ha despedido oficialmente de su cargo presentando los resultados del segundo trimestre de 2020, los cuales arrojan cifras que avalan la estrategia diseñada por el directivo y que ha llevado a grandes reformas dentro de la compañía. Él, ahora presidente del operador en España y Portugal, no quiso entrar en el tema de la operación con MásMóvil, pero sí dejó claro que “las empresas tienen que satisfacer a sus clientes, a sus empleados y a sus accionistas y con el marco actual resulta imposible; con otro tipo de configuración del sector se podrá invertir y rendir cuentas a los accionistas” e insistió “el sector puede volver a crecer, pero no un 2% al año, ahora toca invertir billones de euros en infraestructuras y en casos de uso 5G y no sé puede mantener una compañía en pérdidas”.

Durante la presentación de cuentas, Coimbra revisó las actuaciones de la compañía durante los dos últimos años, a partir de un 2018/2019 año en que se inició una guerra comercial muy agresiva entre las telco, que lo llevó a “adelantarse y tomar decisiones clave para enfrentarse a un futuro que parecía incierto”; entre ellas la de no pagar los derechos del fútbol, afrontar pérdida de clientes y de ARPU (gasto por usuario) y a diseñar una nueva estrategia que superara la falta de eficiencia de la compañía y los llevara de nuevo a la senda del crecimiento y a prepararse para “competir con éxito en un entorno de mercado diferente”.

La estrategia de Vodafone en los dos últimos años


Esa estrategia, que se debía llevar adelante “por un equipo ganador”, tenía un propósito que se resumía en un eslogan: “conectados para un futuro mejor”, una visión de empresa: “The digital tech comms company” (compañía de telecomunicaciones digital) y dos pilares básicos: la estrategia operativa y la excelencia de Red, para lo cual apostaron por la digitalización, la competitividad y la simplificación.

Los pasos que se siguieron para alcanzar esa meta, una vez superado el ERE, fueron: primero salir y luego abandonar definitivamente el fútbol, ajustar la oferta de Vodafone en todos los segmentos, ofrecer datos ilimitados, apostar por ser el mayor agregador de cine y series y digitalizar todos los procesos y canales. Además, hubo una reestructuración que buscaba una organización más ágil, se optó por ofrecer nuevos paquetes de televisión, se firmaron acuerdos de compartición de Red y se posicionaron como el primer y único operador en lanzar 5G (una apuesta controvertida, pero efectiva y real, “no como otros que han lanzado utilizando el soporte de una tecnología complementaria de 5G: Dynamic Spectrum Sharing, el cual utiliza las frecuencias de 4G”).

"Hemos consolidado un claro cambio de tendencia a pesar de la fuerte presión competitiva y el impacto del Covid-19”

“Estamos muy satisfechos -aseguró el alto ejecutivo- porque hemos alcanzado nuestros objetivos y estoy muy orgulloso del equipo que lo ha conseguido. Hemos consolidado un claro cambio de tendencia a pesar de la fuerte presión competitiva y el impacto del Covid-19”. Y es que los ingresos por servicios año sobre año subieron desde el -6,3% hasta el -1,8% y el EBITDA, se sitúa en un +6% cuando partía de -23%. Todo esto sin reflejar en las cuentas el impacto negativo de la pandemia. “Considero que todo esto refleja el resultado de nuestro plan de actuación, y nos diferencia de la competencia, con quien marcamos grandes distancias -apostilló Coimbra”.

Más allá, si se excluye la caída de ingresos por el roaming de los turistas que no han venido a España este año (3 pp), Vodafone España hubiera crecido en el segundo trimestre hasta niveles positivos y muy por encima del -1,8% antes indicado.

Número en uno en satisfacción de los clientes

También se explicó en la rueda de prensa que la actividad comercial refleja el impacto positivo del mencionado plan para competir con éxito en todos los segmentos del mercado. Así, se han contabilizado 95.000 altas netas en móvil con contrato y se han alcanzado los 101.000 clientes de fibra; de forma que la empresa recupera la segunda posición entre los operadores españoles en ingresos por cliente (en ingresos absolutos aún está en tercera posición).

Actualmente, todos los suscriptores de Vodafone disfrutan de datos ilimitados, todos tienen 5G (si tienen un terminal que lo soporte) y a todos los convergentes se les ha subido la velocidad de transmisión a 300 Mbps. Así mismo, la apuesta como agregador de contenidos ha sido definitiva y se ha alcanzado el millón y medio de clientes.

“Creo que el NPS refleja el esfuerzo que hemos hecho, en aquello que estuviera en nuestras manos, para intentar que el impacto del Covid fuera menos negativo"

Precisamente la satisfacción de éstos ha llevado a la compañía a situarse como número uno en España en este aspecto; “creo que el NPS refleja el esfuerzo que hemos hecho, en aquello que estuviera en nuestras manos, para intentar que el impacto del Covid fuera menos negativo -recuerda el presidente-”.

Por supuesto, hubo palabras para la red 5G, “la más extensa y rápida de España que llegó a los usuarios un año antes que la de los demás”. De hecho, ya hay 21 ciudades con 5G (NSA), el 50% con cobertura en la banda de 3,7 GHz y disfrutan de velocidades hasta 1 Gbps.

Se detuvo Antonio Coimbra en la utilización de la digitalización como palanca de transformación y crecimiento, y explicó que ha tenido un impacto muy positivo en la compañía y destacó en este apartado la efectividad de TOBi, el bot de voz de la compañía cuyo uso ha aumentado más del 64%.

Mantiene también su crecimiento Vodafone empresas, con un crecimiento del 9,1% (grandes cuentas y administraciones públicas) y +1,8% en Pymes.

Evitar un error por parte del Gobierno

"Sería un error tremendo por parte del Gobierno tener un afán recaudatorio en este momento"

No quiso despedirse del cargo ejecutivo que ha ostentado durante ocho años sin recordar el inmenso esfuerzo económico que han realizado los operadores para situar España a la cabeza de los países europeos en términos de conectividad y dejó claro, con respecto a la próxima subasta de espectro que “sería un error tremendo por parte del Gobierno tener un afán recaudatorio en este momento. Si se quieren concretar todos los casos de uso, se requerirán aproximadamente 10.000 M de inversión; si, además, hay que pagar mucho por la licencia, el resultado será que España se retrasará. Por el contrario, si se opta por la política de objetivos o, incluso por una fórmula intermedia de recaudación y retos, podríamos poner a España en una posición envidiable y creo es una oportunidad que no se debe desperdiciar”.

Hasta ahora, en el campo de las telecomunicaciones ha habido mucha aportación privada por parte de los operadores y poco apoyo público (salvo para Telefónica) -si se exceptúan las llamadas zonas blancas a las que han llegado por buena voluntad-. Pero ahora, en opinión de Coimbra y de la máxima responsable del departamento legal y de regulación, Elena Otero-Novas, sí hay una gran oportunidad para poner en marcha la colaboración publico privada (de la que se jacta el Gobierno), en pro de una inversión sostenible y sería una forma de recaudar que se sumaría a la subasta del espectro y a los fondos europeos; porque tenemos una horquilla temporal de dos o tres años para no perder el liderazgo: sería fantástico marcar objetivos como por ejemplo alcanzar los 100 Mbps en cualquier rincón del país; y se puede establecer un calendario de despliegue y realizar una asignación de fondos equitativa.

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