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sábado 30 de noviembre de 2019, 21:00h

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La IA, el IoT, las tecnologías inmersivas, el Big Data o la conectividad revolucionarán el mundo laboral. Para poder beneficiarse de la productividad y de la competitividad global que traerán, las empresas necesitan adelantarse a la transformación del puesto de trabajo evitando así los posibles efectos negativos.

La revolución tecnológica tendrá su mayor impacto en las empresas usuarias de la tecnología. Sin importar su tamaño (grandes, PYMES o microempresas) será en ellas donde más puestos de trabajos se creen. Una gran proporción de todos ellos serán de baja cualificación, aunque también los habrá de alta. Todos ellos surgirán como respuesta a las profesiones fagocitadas por la digitalización y la robotización. Se prevé que el cambio sea paulatino y que se produzca en empleos ya existentes dentro de los sectores maduros.

"Es necesario que los agentes sociales tomen conciencia del cambio en el que ya estamos inmersos"

“Es necesario que los agentes sociales tomen conciencia del cambio en el que ya estamos inmersos y se avance dando los pasos necesarios para aprovechar las oportunidades que brinda esta revolución tecnológica”, ratifica El Presidente del FEI y Director General de Secure e-solutions de GMV y vicepresidente de AMETIC, Luís Fernando Álvarez-Gascón.

Los prinicpale agentes del cambio serán las tecnologías disruptivas como el Internet de las cosas, el Big Data, el Internet de las cosas o las impresoras 3D. La consultora tecnológica IDC vaticina que, en 2022, más del 60% del PIB mundial estará digitalizado, lo que convertirá a este factor de cambio en un elemento clave de productividad y competitividad.

Como consecuencia, el departamento de gestión del talento, también conocido como recursos humanos, tendrá que adaptarse. En los procesos de reclutamiento tendrán que buscar aspectos relacionadas con la motivación de formación continua de los candidatos o la rapidez para adquirir nuevas habilidades.

Empresas y trabajadores deberán asumir que la transformación digital conlleva desarrollar un proceso de formación continua. Lo enseñado en las universidades o en el colegio dejará de ser útil, tal y como está planteado el sistema educativo actual.Por ello, apostar por planes educativos más flexibles y continuados a lo largo de la vida laboral supondrá una ventaja respecto a quienes no lo hagan.

Medidas para tomar ventaja

Las recomendaciones del FEI (siglas del Foro de Empresas Innovadoras" con las siguientes:

  1. Monitorizar el impacto de la tecnología sobre la actividad laboral
  2. Establecer un Plan Nacional de Inclusión Tecnológica para evitar la brecha digital y otros problemas sociales que segregen a los ciudadanos de una misma población.
  3. Promover, con ayuda del gobierno y la administración pública, la formación continua en habilidades digitales tanto a nivel empresarial como a nivel trabajadores.
  4. Reducir de forma progresiva la duración de la jornada laboral conforme se vaya automatizando el trabajo. Como resultado mejorará la productividad de la empresa y la calidad de vida de los trabajadores, así como sus expectativas de empleabilidad.

Asimismo, habrán de analizarse los datos sobre pérdida y creación de puestos de trabajo, la calidad del empleo generado, la brecha digital, formación o regulación, etc., para tomar medidas que palíen los posibles efectos negativos.

Gonzalo León, José Varela y Jaime Laviña, autores del libro `Innovación Tecnológica y Empleo`, que estudia este fenómeno, señalan estas áreas calientes y proponen soluciones a debatir. Para ello como cualquier cambio, supone “un reto que afrontar con innovación, pasión y el objetivo de construir nuevos escenarios socioeconómicos que traigan más prosperidad y equidad social”.

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