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domingo 01 de diciembre de 2019, 00:57h

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El Pixel 4 cambia de estética, añade un módulo cuadrado para las cámaras, incluye un nuevo sensor que añade control gestual, deja atrás el lector de huellas y lo apuesta todo a desbloqueo facial. ¿Seguirá siendo el rey entre los androids?

El Google Pixel 4 es el primero entre la familia de terminales de la marca, que cambia la identidad de diseño desde que el primero fuera presentado en 2016. La característica trasera bitono, parte mate, parte cristal brillante, desaparece en favor de una lisa, con acabado mate si se elige la versión blanca o naranja, o brillante si nos decantamos por la versión negra.

Se trata de un diseño sobrio y limpio, muy alejado de los colores chillones y vistosos degradados que lucen gran parte de su competencia, como Samsung o Huawei. Los materiales de fabricación, cristal y metal, le conceden un aspecto y una sensación que lo sitúa entre los denominados ‘terminales premium’. El acabado mate negro combina muy bien con los colores elegidos en la tapa trasera, fabricada en cristal, la cual, además, ayuda a sostener el terminal con más firmeza para que no resulte tan resbaladizo como si los hubiera tenido de cristal.

Se trata de un diseño sobrio y limpio, muy alejado de los colores chillones y vistosos degradados que lucen gran parte de su competencia

Descripción del Google Pixel 4

En el canto derecho encontramos el botón de bloqueo/ apagado, además del de control de volumen; los cuales tienen texturas idénticas, aunque diferente color. Es decir, en cada versión del Pixel el botón de bloqueo tiene un tono diferente al de la trasera; así, por ejemplo, blanco en el caso de la versión negra. Más que funcional, se trata de una función estética, como pequeño contraste visual, y para diferenciar botoneras; característica que pierde​ ​ su función cuando nos encontremos a oscuras. En cuanto al lado izquierdo queda desnudo salvo por la ranura para la tarjeta micro sim, que no micro sd, porque el Pixel 4 no cuenta con ampliación de almacenamiento.

Este sistema consigue un audio nítido que alcanza un volumen adecuado sin​ llegar a distorsionar

En la base vemos el puerto de carga USB Tipo C, de carga rápida de hasta 18 W y el altavoz, que en esta ocasión ya no es frontal como en versiones anteriores, pero sigue siendo estéreo, pues suma también el de las llamadas. Este sistema consigue un audio nítido que alcanza un volumen adecuado sin​ llegar a distorsionar. Como no tiene jack para auriculares​ ​(del que sí gozaba el Pixel 3a) el canto superior solo contiene un micrófono. No es un terminal especialmente liviano, pues su peso se eleva hasta los 162 gramos. Otra opción para dotar de carga al dispositivo es la inalámbrica, para la cual cuenta con un estándar Qi, lo que le permitirá usar casi cualquier cargador que utilice dicho estándar, y no depender de esta forma de uno exclusivo de la marca.

Cabe mencionar que cuenta con resistencia al agua y al polvo con certificación IP68.

Sensores

La parte trasera solo aloja el logo de Google y el nuevo sistema de cámaras, cuyo diseño cuadrado le ha supuesto muchas comparaciones con el nuevo iPhone 11 Pro. La delantera, por su pate, integra una pantalla Amoled de 5,7 pulgadas, de una calidad excepcional y sin duda el mejor que se haya montado en un pixel. Parece que Google por fin ha conseguido dar la campanada con sus pantallas, tras el fiasco del Pixel 2 XL. Dicho panel está protegido por Gorilla Glass 5.

El diseño de esta parte frontal ha suscitado algo de polémica pues el Pixel 4 tiene un borde superior notablemente más ancho que los otros tres, y por tanto el diseño no es simétrico. Pero todo ello tiene una razón de ser y es que dicho borde esconde una buena cantidad de sensores que son primordiales para ciertas funciones del teléfono.

El más importante de estos sería el nuevo radar, marcando la primera vez que se implementa este tipo de sensor en un smartphone

El más importante de estos sería el nuevo radar, marcando la primera vez que se implementa este tipo de sensor en un smartphone. Este sensor genera una especie de cúpula alrededor del terminal que permite interactuar con el mismo sin la necesidad de tocarlo. A esta tecnología Google la ha denominado 'Motion Sense' y entre las cosas que permite esta, por ejemplo, mover la mano por encima del terminal hacia la izquierda o la derecha para saltar o ir a la canción previa; así como silenciar llamadas y alarmas aproximando la mano hacia el mismo. De esta forma, el móvil sabe cuándo estás cerca y mantiene la pantalla "always on" activada; pero sólo cuando detecta proximidad y activa totalmente la pantalla cuando te acercas y lo coges.v

El segundo sensor es uno dedicado al desbloqueo facial, que es más seguro porque no depende únicamente de la cámara delantera, por lo que reconoce tu cara en 3D y no puede ser trucado por una fotografía. Eso no significa que no tenga fallos, pues desbloquea el terminal incluso con los ojos cerrados, lo cual no parece muy seguro. (Y no es fallo pues la gran 'G' lo advierte a la hora de configurar el reconocimiento facial). Esos sensores y la cámara principal son los culpables de la mencionada falta de simetría y del grosor del marco superior. Los usuarios decidirán si las funciones implementadas merecen la pena. El reconocimiento facial es el único método biométrico de desbloqueo del Pixel 4; por tanto, toca decir adiós al lector de huellas.

Rendimiento del Pixel 4

El rendimiento es más que excelente. Monta un procesador Qualcomm Snapdragon 855 y una gráfica Adreno 640. Los 90hz de la pantalla se notan (Google lo ha programado para que solo se active en ciertas ocasiones, para ahorrar batería, pero se puede forzar para aprovechar los 90Hz en todo momento, como en el One Plus 7T, con su consiguiente impacto en la batería, claro). Todo en el display del Pixel 4 está optimizado de forma magistral y la fluidez es envidiable. Se nota que es un móvil de Google y que Android 10 ha sido hecho especialmente para él pues todo se mueve a las mil maravillas. Rara vez nos encontramos un lago o parón. Los 'bugs' son casi inexistentes.

Este terminal es sin duda una de las mejores experiencias Android del mercado, sólo comparable con los 90 Hz de los últimos Oneplus.

Este terminal es sin duda una de las mejores experiencias Android del mercado, sólo comparable con los 90 Hz de los últimos Oneplus.

Pero todo este gran rendimiento tiene un coste; sobre todo en el caso del Pixel estándar: el rendimiento de la batería. Este es probablemente la mayor pega de este móvil; un gama alta costoso no se puede permitir tener una batería que no llegue al día completo. Con un uso medio ofrece unas 3-4 horas de pantalla, lo cual se queda lejos de sus principales competidores.

Lo mejor, la cámara

La cámara históricamente el gran punto fuerte de los móviles del gigante norteamericano- no decepciona. Por primera vez tenemos una doble cámara: un sensor principal de 12,2Mpx con una apertura f/1.7, y otro sensor telefoto que no parece un añadido demasiado interesante, ya que solo es una lente de x1,8 para ayudar con el zoom. Google podría haber igualado a su competencia e incluir una cámara gran angular como la del iPhone 11, pero no ha sido el caso. Quizás el año que viene.

Sobre las fotografías, como ya ocurrió en el Pixel 3, son de las mejores en el mercado en casi todos los aspectos -rango dinámico, definición, modo retrato... etc-. Pero este año la competencia es más fuerte que nunca y la nueva mejorada cámara que montan los iPhone 11 y 11 Pro o los prácticamente imbatibles Huawei consiguen hacerle sombra en ciertas ocasiones; principalmente en condiciones de poca luz en las que el Pixel tiende a sobreexponer todo y, por tanto, aparece más grano. La toma de vídeo sigue siendo una asignatura pendiente para Google y debería reaccionar porque especialmente Sony, pero también Apple, One Plus, Samsung o Huawei presentan batalla en este campo.

En conclusión: el Pixel 4 es un gran terminal que con peca de dos grandes problemas, su batería y la relación calidad precio. La cámara y la experiencia de usuario todavía consiguen equilibrar la balanza, pero la competencia acecha a cada paso y Google tiene que estar muy atento y sorprender el año que viene si quiere seguir en la élite de los smartphones.

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