La demanda original se presentó en marzo, con la incorporación inicial de 15 estados y el Distrito de Columbia y acusan a Apple de utilizar su poder de mercado para obtener más dinero de consumidores, desarrolladores, creadores de contenido, artistas, editores, pequeñas empresas y comerciantes
Según el Departamento de Justicia, Apple mantiene un monopolio ilegal en los smartphones mediante la imposición de restricciones contractuales y la retención de acceso crítico a los desarrolladores. Esto, según la demanda, incrementa los precios para los consumidores debido a los cargos ocultos impuestos a varios socios comerciales, desde desarrolladores de software hasta compañías de tarjetas de crédito, e incluso a rivales como Google de Alphabet.
Apple ha respondido a estas acusaciones señalando que planea solicitar a un juez federal en Nueva Jersey que desestime el caso, argumentando que enfrenta una competencia feroz de rivales bien establecidos.
El gobierno de Estados Unidos ha intensificado su ofensiva contra las grandes empresas tecnológicas, que son vistas como los nuevos monopolios. Además de Apple, gigantes como Google, Amazon, Microsoft y Meta (anteriormente Facebook) también están en el punto de mira. Estas compañías dominan diversos sectores tecnológicos, desde las búsquedas en línea y la publicidad digital hasta el comercio electrónico y las redes sociales.
Acusaciones concretas contra Apple
La demanda contra Apple acusa a la compañía de proteger su monopolio poniendo barreras alrededor de su ecosistema. Según la demanda, Apple impide que sus dispositivos, como el iPhone y el Apple Watch, sean compatibles con dispositivos de la competencia.
Además, alegan que la compañía causa problemas de comunicación entre servicios de mensajería de iPhones y teléfonos Android, y dificulta el uso de carteras digitales alternativas a su propia Apple Pay.
El fiscal general Garland ha señalado que Apple se beneficia "no mejorando sus propios productos, sino empeorando los de los demás". Según él, el Departamento de Justicia aplica los mismos estándares a los poderosos y a los que no lo son, y a los ricos y a los pobres por igual.