Montmeló. Domingo. El asfalto del Circuit de Barcelona-Catalunya aún humea tras la exhibición de Oscar Piastri, que se ha llevado su quinta victoria del año en un Gran Premio de España vibrante y quirúrgico. El piloto de McLaren firma así un doblete junto a Lando Norris, mientras Charles Leclerc completa un podio de alto voltaje.
Mientras los focos se centraban en la batalla sobre el trazado, un segundo espectáculo, silencioso y milimétrico, se desplegaba entre bastidores. Uno sin neumáticos, pero cargado de potencia: el de la infraestructura digital que sostiene a la Fórmula 1.
Porque la F1 de hoy no se gana solo con décimas en pista. Se gana, sobre todo, con datos. Y ahí es donde entra Lenovo, socio tecnológico global del campeonato desde 2022 en una alianza que ha redefinido la relación entre velocidad y tecnología.

Un paddock digital de alta precisión
Durante el pasado fin de semana, invitado por Lenovo, he tenido acceso a ese otro paddock, el que no huele a goma quemada, sino a computación de alto rendimiento. La presencia de la marca es total: desde portátiles ThinkPad a estaciones de trabajo, pasando por servidores, smartphones Motorola (la marca de móviles del grupo Lenovo) y soluciones de virtualización. Todo diseñado para operar sin fallos durante 24 carreras al año, en condiciones extremas de polvo, vibración, temperatura y una altísima presión logística y de rendimiento.
“Trabajamos codo a codo con Lenovo para llevar la conectividad, la velocidad y la eficiencia al siguiente nivel. Desde la pista hasta el centro de datos, todo debe ser inmediato”, explica Amie Smith, responsable de sistemas de TI y apoyo de la F1. Su equipo da soporte a más de 600 empleados, desde los ingenieros a pie de pista hasta los responsables de producción audiovisual.

Las cifras lo dicen todo: cada fin de semana de Gran Premio se transfieren alrededor de 500 terabytes de datos. Esa marea digital fluye entre el Event Technical Centre (ETC), una instalación móvil que se despliega en cada circuito, y el Media & Technology Centre (M&TC), ubicado en Biggin Hill, Reino Unido. Allí, en pleno corazón tecnológico, 270 máquinas virtuales gestionan la edición, emisión y distribución del contenido audiovisual del campeonato.

En Barcelona, el ETC ocupaba un espacio de 25 por 15 metros. Dentro, más de 750 equipos operando 40 sistemas de software a medida procesaban entre 350.000 y 400.000 eventos de cronometraje por fin de semana. Una sinfonía digital que garantiza que cada dato llegue en el momento justo: desde la telemetría en tiempo real para los equipos, hasta los gráficos que millones de personas ven en sus televisores.
Cámaras, sensores, milisegundos y fan engagement
A todo esto se suman 28 cámaras UHD en pista, heli-cams, cámaras on-board (hasta 93 por coche), más de 150 micrófonos y sensores de cronometraje distribuidos por el trazado. El espectáculo visual y sonoro que envuelve al espectador nace de esta coreografía milimétrica que convierte a la Fórmula 1 en la mayor retransmisión deportiva del mundo.
“El objetivo es que el tiempo y los datos sean correctos. Que la telemetría sea precisa para que los equipos, la FIA y el público puedan interpretar lo que está pasando en la pista”, detalla Smith. Una parte de la información viaja directamente a Biggin Hill para ser retransmitida a más de 180 países. Otra, va a los equipos y al organismo regulador para su análisis en tiempo real.

Uno de los retos de la colaboración entre F1 y Lenovo es mejorar la productividad y creatividad a través de la IA. Ya se están probando los nuevos AI PCs como el ThinkPad X9, diseñados para tareas como el seguimiento virtual de cámaras, la mejora de gráficos en directo o el análisis de vídeo automatizado.
Y esto no se queda solo en el contenido visual. También se baraja aplicar inteligencia artificial a la interpretación de datos de los coches, simulaciones estratégicas o detección de patrones en el comportamiento en pista. “Somos un deporte rico en datos”, insiste Smith, y convertir ese volumen en ventaja competitiva es parte de la nueva manera de correr.

Además de ser el músculo digital del campeonato, Lenovo también potencia la sostenibilidad de la F1. A través de su Servicio de Recuperación de Activos (ARS), ayuda a reciclar equipos obsoletos con garantías de seguridad y eficiencia, alineando la renovación tecnológica con los objetivos medioambientales del campeonato.
Y en paralelo, sus dispositivos enriquecen la experiencia del aficionado: desde tabletas para la producción de contenidos hasta smartphones Motorola utilizados por el equipo de redes sociales, que en 2024 generó más de 8.000 vídeos con 12.000 millones de visualizaciones.

Si algo está claro es que lo que ocurre cada fin de semana en un Gran Premio va mucho más allá del semáforo en verde. En la F1 moderna, la diferencia entre el triunfo y la decepción se mide en gigabytes y no en kilómetros por hora, porque en 2025, quien domina los datos, domina la carrera.