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La historia de Neato D3, el robot aspirador

La historia de Neato D3, el robot aspirador

sábado 07 de julio de 2018, 19:45h

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Seguro que algún día nos acostumbraremos, pero, aunque convivas con uno, el uso de un robot aspirador sigue siendo una experiencia y comprobar los diferentes avances de las versiones comerciales una aventura. Es el perfecto ejemplo del internet de las cosas dentro del hogar digital... y ¿a un precio barato? No; pero accesible, uno de esos caprichos por lo que tal vez, valga la pena hacer un esfuerzo.

La prueba de producto, en esta ocasión, se podría contar casi como una novela: Caía la luz de la tarde cuando entramos en la habitación y con lo últimos rayos del sol vimos la caja; un mensajero había trañido hasta nosotros el que sería un nuevo miembro de nuestra familia, uno muy esperado, que nos facilitaría la vida y mantendría a raya a nuestros peores enemigos: los ácaros escondidos bajo los muebles.

Lo abrimos. Dentro del pack, una base de carga de frontal metálico, el enchufe para conectarla y él: Neato D3, de Neato robotics. De apariencia elegante y resistente, construido en polímero rígido de color gris, nuestro nuevo robot aspirador tenía forma de D, era estilizado -lo suficiente para correr bajo camas y sillones- pero de apariencia fuerte.

Visto desde arriba, sus divisiones conformaban diferentes formas geométricas que encerraban todos sus secretos; de una parte, la compuerta del contenedor de suciedad y los filtros; sobre ella, el corazón del mecanismo, la cubierta laser que mapea el entorno. Además, el botón de inicio, los LED de información y carga de batería y el asa.

Desde el móvil

Con gran excitación lo pusimos a cargar y mientras, decidimos conectarlo. Entramos en la tienda de nuestro móvil, descargamos la aplicación de Neato, la abrimos, nos registramos y confirmamos a través de correo electrónico nuestra intención de activar la aplicación. Al mismo tiempo, configuramos el usuario (correo) y la clave para que cualquiera de nosotros pudiéramos manejar nuestro robot desde cualquier punto del globo en el que nos encontráramos simplemente introduciendo ID y clave.

Con el software ya en el móvil, pulsamos simultáneamente, durante 10 segundos, el lateral derecho del parachoques (esconde un pulsador debajo) y el botón de inicio. Después volvimos a encender el Neato y seguimos las instrucciones que se nos daba a través del móvil para conectarlo a la red de WiFi (2.4 GHz). Todo listo.

En el mismo momento en que el LED correspondiente nos indicó que la carga era suficiente, cogimos el teléfono y le dimos la orden de limpiar. Dicen que, si parte de la base de carga, su automatización y regreso a la misma resulta más sencillo; por eso lo dejamos hacer. Primero parecía despistado; daba vueltas y miraba a todas partes; pero luego entendió que ese era su destino, cuáll era su obligación y se lanzó a limpiar. Allá donde no había obstáculos que le impidieran el paso, la superficie quedaba impoluta; los rincones, sin embargo, no parecían gustarle del todo, pero se esmeraba con las manchas, tenía un programa especial.

Mapa de limpieza

Entonces nos preguntamos qué hacer para saber si había alguna zona a la que no había podido entrar nuestra ‘cuqui limpiadora’ o en la que debíamos estar más atentos (detrás de las puertas, en las esquinas con lámparas de pie, en aquellos puntos en los que si nosotros pasáramos una escoba, tendríamos que mover muebles, objetos de decoración o elementos de construcción que nos impiden hacerlo al detalle o cómodamente) y caímos en que en el smartphone, el mejor amigo de Neato, había un mapa que resumía la limpieza, nos indicaba por donde no había podido pasar y no sólo eso sino que nos contaba cuántos metros cuadrados había aspirado y en cuanto tiempo. Es más, ese mapa, aún hoy, lo podemos compartir entre los miembros de la familia para completar la limpieza o detectar si nuestro pequeño robot ha tenido algún problema.

Y es que, durante el funcionamiento normal, Neato sale de la base, explora su entorno e inicia la limpieza. Primero, empieza por secciones de aproximadamente 4 x 4 m, en función de la distribución y del mobiliario que haya en la habitación. Luego continúa sección por sección hasta que toda la zona está limpia. El robot procura aspirar completamente una habitación antes de pasar a la siguiente, siempre que detecte las puertas. No hay que preocuparse si sólo limpia parte de una habitación, porque vuelve para finalizar la tarea antes de acabar con el trabajo completo. Un periodo de trabajo completo, para un piso medio/grande conlleva tres recargas.

Cuidados

Tenemos que reconocer que, a veces, no podíamos quitarle el ojo de encima. Verle trabajar era un gusto y para nosotros pensar en que ya no teníamos que cargar con la aspiradora, tirar del cable y aguantar su ruido, un sueño. Lo mejor, ya no tendríamos que hacer peripecias para limpiar el muy alérgico polvo que se acumula bajo los sofás o debajo de la cama de matrimonio, cuyo centro parecía inalcanzable.

Desde el mismo da que llegó, nuestro amigo aspirador se adaptó a la familia, incluso nuestras mascotas se acostumbraron a su presencia y se subían encima para hacerle compañía o darse un paseo.

Por nuestra parte, nos comprometimos a cuidarlo, a vaciar el depósito, cepillar sus escobillas, cambiarle el filtro, tratarlo con mimo. Invertimos 500 euros, pero visto con perspectiva, pensamos que valió la pena.

Dicen que acaba de salir un nuevo modelo de Neato, se llama D7, pero de momento, convivimos felizmente con este, lo bueno, debe ser duradero.

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