Los medios de comunicación miran con recelo la llegada de herramientas asociadas a la inteligencia artificial, como el Chatbot GPT y sus variaciones. Éstas ofrecen respuestas redactadas, dibujadas, compuestas y clarísimas sin la necesidad de recurrir a búsquedas farragosas en páginas con listas de resultados interminables. Google ha reaccionado rápidamente anunciando su plataforma Bard para combatir esta situación, lo que probablemente signifique un cambio en el modelo de negocio impuesto desde hace unos años y obligará a los medios a cuestionarse el SEO, el clickbait, las fakes, la publicidad programática y las muchas 'guarrerías' informáticas que han hecho muchos para posicionar y, en consecuencia, triunfar.
Desde hace unos días, los medios de comunicación de todo el mundo miran con recelo la llegada de las nuevas herramientas asociadas a la utilización del lenguaje natural por parte de las plataformas de inteligencia artificial como el ya muy popular ChatGPT y las muchas páginas o variaciones que, en base al desarrollo de OpenAI, han salido al mercado.
Discord, You.com, Contents.com, Editmaker... Son muchas las ofertas que tenemos ya en las plataformas online para poder escribir poesía, hacer un anuncio, redactar un texto, un trabajo universitario, un legajo jurídico, crear una imagen, escribir código, preparar el SEO, poner tags, etc. Tanto que el modelo de buscador de Google y todo lo que ello conlleva parecía haber iniciado una potencial caída que ha llevado a la multinacional a reaccionar rápidamente y a anunciar en su blog la llegada de Bard.
Ya está aquí DetectGPT, una herramienta para identificar el uso de ChatGPT
Leer más
Llega Bard, la IA de Google
Así, el pasado 6 de febrero, en el blog oficial de la empresa (en este caso hablamos de España), aparecía un artículo firmado por Sundar Pichai, CEO de Google y Alphabet, en el que anunciaba "su próximo viaje importante hacia la IA" y justificaba en un extenso texto que no estuviera ya en el mercado, explicando por qué su plataforma iba a ser más responsable y segura y anunciando que un pequeño número de 'testers' ya estaba probando un sistema basado en su modelo LaMDA (Language Model for Dialogue Applications) a la que habían bautizado como Bard.
Y es lógico; para el público general, las búsquedas en Google se hacen farragosas: lo que no aparece en la primera página no existe y la tiranía del SEO ha llevado a situaciones de enorme desequilibrio y la mayoría de las veces injustas, censoras e imperativas. Al fin y al cabo, y por la propia mecánica del sistema, Google nos dice qué tenemos que leer, dónde tenemos que ir, en qué medios nos debemos informar, qué debemos comprar… la soñada primera página de Google que nos ha obligado a dejar muchos quehaceres en nuestros negocios para aprender el concepto de SEO, SEM, metadatos, tags, hacer cursos de adaptación, atravesar momentos de gran desesperación y a hacer bueno el refrán aquel que dice que “si no puedes con tu enemigo, únete a él”.
Prepárate para una nueva era de noticias generadas por máquinas
Leer más
Cambio en el negocio de los contenidos
Sin embargo, una parte importantísima de este negocio desaparece con la interacción natural del lenguaje, ya que las plataformas de inteligencia artificial que ahora se abren paso a una velocidad vertiginosa nos dan las respuestas redactadas, dibujadas, compuestas y clarísimas. Ya no será necesario abrir una página detrás de otra para buscar una respuesta válida y objetiva, ya no tendremos que pasar por un sinfín de contenidos de pago para llegar a nuestra meta, no tendremos que soportar la demencia del clickbait, aguantar la insoportable levedad de quienes surfean la ola de Google y escriben 'lo que sea' para aprovechar el subidón informativo y, sobre todo, no tendremos que esperar a que las 'arañas' de Google o de Bing o de Petal Search de Huawei decidan por nosotros qué nos conviene ver, oír, consultar o disfrutar.
El modelo de negocio vuelve a cambiar y quienes basaron sus esfuerzos en meter código (o robarlo) para aparecer en las primeras posiciones de las listas de búsqueda, en vez de trabajar con profesionalidad en pro de la calidad, la verdad y la claridad, tal vez hoy estén temblando
El modelo de negocio vuelve a cambiar y quienes basaron sus esfuerzos en meter código (o robarlo) para aparecer en las primeras posiciones de las listas de búsqueda, en vez de trabajar con profesionalidad en pro de la calidad, la verdad y la claridad (y me refiero ahora a los medios de comunicación), tal vez hoy estén temblando. Hemos vivido la era de los trucos informáticos sucios y he de reconocer que las multinacionales de Internet aseguran que han luchado contra ello y que sus robots, con el paso de los años han mejorado y han llegado a programarse para detectar 'el fraude'; pero por el camino han quedado muchos cadáveres, se ha derrochado mucho esfuerzo inútil y los oportunistas han construido imperios.
La inteligencia artificial necesitará una regulación de normas sociales, según el CEO de Nvidia
Leer más
Para qué buscar y rebuscar si tengo una respuesta
No se va a transformar el mundo de un día para otro, llevará un tiempo; pero como dice el propio Sundar Pichai, “hoy la potencia de cálculo de la IA más potente se duplica cada seis meses, lo que supera con creces la Ley de Moore”, y eso significa que cualquier desarrollo llega a los usuarios y se instala entre la población en cuestión de días.
Antes que después, si queremos conocer una noticia, le pediremos a un chat que nos hable de ella y no iremos en búsqueda de los mil y un periódicos o comentarios en las RRSS. Para la mayoría de los mortales, si el resultado redactado es satisfactorio, será suficiente. Y entonces surge otra duda: ¿los derechos de los contenidos que utilizan los chats y que están en Internet se pagan y se reclaman? ¿Es el contenido generado original? ¿Qué va a ocurrir con quienes escriben, componen, fotografían o diseñan y viven de la publicidad que ese contenido les proporciona a sus páginas? ¿Cómo o por qué irán los usuarios hasta ellas? Se acerca la era de la calidad.
Si (
No(
