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La IA obtendrá algoritmos que nos indicarán que comer
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La IA obtendrá algoritmos que nos indicarán que comer

domingo 10 de marzo de 2019, 18:19h

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Un artículo publicado en la revista Cell, llevado a cabo por el profesor Segal y el profesor Elinav, investigadores del Instituto de Ciencias Weizmann de Israel, titulado “¿Siri qué debo comer?”, confirma los resultados de un estudio que demostraba por primera vez y de forma objetiva que nuestras respuestas ante un mismo alimento son distintas. Estas demostraciones se logran gracias a la Inteligencia Artificial.

Para realizar el estudio el primer paso ha sido recaudar los datos de un grupo de 800 voluntarios, sobre lo que comían, bebían, su estilo de vida, fenotipo y hasta microbioma. Con todos estos datos se ha desarrollado un algoritmo que puede identificar de forma precisa la respuesta glucémica individual a las comidas, y el motivo de dicha respuesta.

El primer resultado obtenido de este estudio ha sido que, un mismo alimento no provoca la misma respuesta glucémica en todo el mundo. Es decir, cada organismo es diferente.

La inteligencia artificial, el análisis de ese Big Data, ha descubierto que la clave no está en lo que se come, si no en las bacterias de cada persona

Lo más llamativo de este análisis ha sido descubrir el motivo por el que se obtenía una u otra respuesta en cada persona ante alimentos específicos. Por ejemplo, por qué la misma tarta de queso a un individuo le dispara la glucosa y a otro no. La inteligencia artificial, el análisis de ese Big Data, ha descubierto que la clave no está en lo que se come, si no en las bacterias de cada persona.

Uno de los médicos más influyentes de Estados Unidos, Eric Topol, cardiólogo y profesor de medicina molecular y vicepresidente ejecutivo de Scripps Research La Jolla, ha participado en el estudio, convirtiéndose en un sujeto más del experimento. En un proceso de dos semanas, y a través de una aplicación móvil y unos sensores para medir las fluctuaciones en sangre de su glucosa, se monitorizó lo que bebía, comía, descansaba, cualquier medicamento que tomase, entre otras cosas, también dio una muestra de sus heces para que se evaluase su microbiota.

Resultados del estudio

El objetivo del estudio era averiguar el tipo de comida que debe tomar cada sujeto para vivir una vida más duradera y sana. Cuando finalizó el estudio Topol y el resto de los participantes recibieron un informe en el que cada alimento tenía una puntuación. Los resultados de Topol confirmaban que la tarta de queso le sentaba mejor que el pomelo y que las salchichas Bratwurst le sentaban mejor que el melón.

A raíz de este estudio Topol publicó un libro dos semanas después titulado “Medicina profunda” en el que examina cómo la inteligencia artificial puede ayudar a humanizar la medicina, para evitar errores médicos y diagnósticos erróneos.

La directora del Laboratorio de Nutrición y Genómica de la Universidad de Tuffs, José María Ordovás ha declarado que, “Topol nos ofrece una narración, a través de su experiencia personal, de la nutrición del futuro que será, efectivamente, personalizada. Este es un concepto en el que llevamos trabajando por décadas, utilizando la ‘inteligencia natural’, pero que, gracias a la inteligencia artificial y al machine learning, podremos acelerar y democratizar”. Añadiendo qué “la experiencia descrita por Eric no está todavía al alcance de la mayoría, aunque existen versiones mucho más rudimentarias. Antes de que eso ocurra necesitamos seguir investigando y recogiendo información sólida, veraz y masiva acerca del individuo (genoma, epigenoma, metagenoma), de su estado de salud presente y de su entorno (por ejemplo, dieta, actividad física, sueño, vida social y familiar, situación laboral y un largo etcétera) con objeto de alimentar el apetito voraz del Big Data y generar esos algoritmos que, a través de la inteligencia artificial, definirán lo que es mejor para cada uno de nosotros, no solo referente a la nutrición, sino a todos los aspectos de nuestra vida”.

Sin embargo, la prueba que realizó Topol estaba bastante incompleta, en su dieta personalizada se le recomendó comer nueces y fresas, dos alimentos con un alto contenido en oxalato, una substancia que le ha provocado dos episodios de cálculos renales. El error estuvo en que, para el experimento, no se tuvieron en cuenta sus intolerancias.

Ordovás señala que, “la experiencia de Topol nos presenta la punta del iceberg de la nutrición personalizada, ya que se centra principalmente en el uso del microbioma y en cómo el metabolismo de la glucosa responde a diferentes alimentos: que a unos les vaya mejor el pan integral nos parece lógico, pero no tanto que a otros les siente mejor el pan blanco...”, agregando que, “debajo de esa punta visible están todos los otros aspectos de nuestro metabolismo, de nuestra biología, de nuestros órganos. En el caso de Topol se pone el ejemplo del sistema renal, pero está también el sistema cardiaco, la salud mental, la ósea y muchos más etcéteras, que debemos ir integrando para poder realmente dar una información y consejo 'holístico' acerca de lo que deberíamos o no deberíamos hacer… y comer”.

La empresa Day Two proporciona a los ciudadanos estadounidenses e israelíes por 300 dólares un plan de nutrición personalizada y conocimientos prácticos para que las personas vivan de manera más saludable y controlen los niveles de azúcar en la sangre. Este producto se basa en la investigación llevada a cabo por el profesor Segal y el profesor Elinav.

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