La amenaza, presentada por el propio Shear, llegaba apenas unas horas después de que se conociera su nombramiento por parte del Consejo, que ya el mismo día de la salida de Altman había acordado el nombramiento de Mira Miruti como CEO interina, a la que dieron de lado tras mostrar su apoyo público a Altman y Brockman y sumarse a una masiva carta en la que se exige la dimisión de los cuatro directivos que conforman el Consejo, entre ellos, el propio Ilya Sutskever, cofundador de OpenAI, que votó a favor del despido de Altman y que posteriormente ha mostrado su arrepentimiento.
Sutskever ha lamentado públicamente su decisión asegurando que “siento profundamente mi participación en las acciones de la junta. Nunca tuve la intención de dañar OpenAI”.
Tras estas idas y venidas, la junta directiva continuaba la búsqueda de un nuevo CEO de manera exprés y negociaron con Nat Friedman, exCEO de GitHub y con Alexandr Wang, actual CEO de Scale AI, pero ambos rechazaron las ofertas. Tras ello, contactaron con Shear, que se encontraba sin trabajo tras dimitir de su cargo como CEO de Twitch para dedicarse a su hijo recién nacido, apenas hace nueve meses, y que finalmente aceptaba el reto de enderezar un barco que hace aguas.
Microsoft, a pesar de haber invertido 11.000 millones en OpenAI, no cuenta con ningún tipo de control sobre el devenir de la entidad
En medio de la batalla que la junta de OpenAI libra por salvar la compañía, Microsoft movía ficha para hacerse con Altman y Brockman, que se incorporarán a la compañía para dirigir un equipo de investigación en inteligencia artificial dentro de la propia Microsoft, compañía que ha invertido 11.000 millones de dólares en la startup que ha creado ChatGPT y Dall-E, pero que no cuenta con ningún tipo de control sobre el devenir de la entidad. A pesar de que su incorporación ya se ha anunciado, el acuerdo definitivo entre las dos partes todavía no se ha cerrado, lo que permite que las negociaciones entre OpenAI y Altman sigan adelante.
Altman y Brockman regresan a OpenAI
Finalmente, la operación con Microsoft no saldrá adelante ya que se ha cerrado un acuerdo para que Altman regrese a OpenAI apenas cinco días después de ser despedido. “Amo a OpenAI y todo lo que he hecho en los últimos días ha sido para mantener este equipo y su gente junto. Cuando decidí unirme a Microsoft el domingo, estaba claro que era el mejor camino para mi y el equipo. Con el nuevo consejo y el apoyo de Satya Nadella, tengo ganas de regresar a OpenAI y desarrollar nuestra fuerte alianza con Microsoft”, explica Altman en una publicación en X (antes Twitter).
En este sentido, las conversaciones entre Altman y miembros del Consejo, entre ellos, Adam D’Angelo, CEO de Quora y miembro del consejo de OpenAI, para la vuelta del cofundador a la compañía se habían reanudado a cambio de la disolución del consejo y la formación de una nueva junta directiva.
Concretamente, durante el lunes, Anna Makanju, vicepresidenta de asuntos globales de OpenAI, mandó un memorando a los empleados en el que asegura que se han mantenido “intensas conversaciones” con el Consejo, Altman y el nuevo CEO, Emmett Shear, para unificar la empresa después de que se hiciese pública la carta firmada por más de 500 empleados (de un total de 700) en los que reclaman la dimisión de la junta y advierten con marcharse a Microsoft.
En esta negociación no han participado los inversores minoritarios y tampoco el propio Sutskever, recusado de la operación por ser uno de los firmantes de la carta. Y antes de la reincorporación de Altman se ha confirmado la creación de un nuevo consejo que contará con Bret Taylor, exCEO de Salesforce, como presidente; Larry Summers, exsecretario del Tesoro de los Estados Unidos; y Adam D’Angelo, CEO de Quora; junto a Altman.
Esta decisión supone la salida del Consejo anterior, responsable del embrollo global de los últimos cinco días, en el que se encontraba Sutskever, uno de los cofundadores de OpenAI; Adam D’Angelo, CEO de Quora; Tasha McCauley, CEO de GeoSim Systems (y curiosamente mujer del famoso actor Joseph Gordon-Levitt) y Helen toner, directora de estrategia del Centro de Seguridad y Tecnologías Emergentes de Georgetown.
El propio Shear había amenazado con dimitir si no se daban expcaciones sobre el despido de Altman
El oscurantismo sobre la decisión de los cuatro miembros del Consejo de forzar la salida de Altman y la posterior dimisión de Brockman chocaba también con el propio Shear, que amenazaba con no continuar si no se daban explicaciones y ha sido uno de los participantes activos en las negociaciones para el regreso de Altman.
En este sentido, desde Microsoft estaban al tanto de la operación y apoyaban el regreso de Altman a OpenAI, siempre y cuando se renovase la junta directiva en la que no tienen ningún sillón, a pesar de poseer el 49% del capital, tal y como ha confirmado el propio Satya Nadella, CEO de Microsoft, en un podcast con la periodista especializada en tecnología Kara Swisher.
A la conversación se ha sumado el también propio CEO de Salesforce, Marc Benioff, quien ha anunciado que la compañía "igualará en capital y efectivo a cualquier empleado de OpenAI que haya presentado su dimisión para incorporarse a su equipo para impulsar Einstein", su propia IA generativa ha dado directamente su correo personal para iniciar los contactos.
La sorpresiva propuesta de fusionarse con Anthropic
En medio del batiburrillo informativo sobre la situación de OpenAI ha saltado la información de que durante el fin de semana, posterior al despido de Altman, el consejo de administración de la compañía contactó con Dario Amodei, cofundador y consejero delegado de la firma rival Anthropic, especializada en el desarrollo de modelos de gran tamaño, con el objetivo de estudiar una posible fusión de ambas compañías.
La idea detrás de este movimiento era combinar los negocios y aprovechar el momento para que Amodei se convirtiera en el consejero delegado de la entidad fusionada, sin embargo, el directivo rival rechazó la oferta rápidamente.
Esta startup, que ha desarrollado Claude AI, está impulsada económicamente por Alphabet y Amazon, entre otros inversores, y compite duramente por robarle clientes y talento humano a OpenAI.
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