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Meinrad Spenger, CEO de MasOrange
Meinrad Spenger, CEO de MasOrange (Foto: Alfonso de Castañeda)

MasOrange y los sindicatos entran en la recta final de negociaciones del ERE con varios frentes abiertos

Por Alfonso de Castañeda
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alfondcctelycom4com/8/8/17
miércoles 02 de octubre de 2024, 09:00h

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La negociación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en MasOrange se encuentra en un momento crítico, con la dirección de la empresa y los sindicatos en plena disputa por los términos de un plan que afectará a 795 trabajadores.

Este número, que supone el 17% de la plantilla total de las filiales involucradas, está considerado como “excesivo y desproporcionado” por las principales organizaciones sindicales, que exigen una revisión de las cifras y una apuesta decidida por la voluntariedad como único criterio para la adhesión al ERE.

Con el periodo de consultas en su ecuador, el proceso avanza hacia su fase final, sin que la empresa haya presentado aún una propuesta económica inicial. Se espera que en la reunión de este miércoles, la dirección de MasOrange ofrezca una oferta concreta, que marque un punto de partida para encauzar el proceso de negociación. Hasta el momento, las discusiones han estado marcadas por la presión sindical, especialmente desde CCOO y UGT, que piden un enfoque más flexible y transparente.

Puntos de tensión

Los sindicatos han dejado clara su postura desde el inicio: la voluntariedad total debe ser el único criterio para determinar qué trabajadores se acogerán al ERE. Aunque la empresa ha mencionado la “voluntariedad como criterio preferente”, esto no garantiza que el proceso no se convierta en obligatorio si no se alcanzan las salidas pactadas. De hecho, este es uno de los principales puntos de tensión en la mesa de negociación, ya que los representantes de los trabajadores quieren evitar cualquier atisbo de obligatoriedad que pueda derivar en despidos forzosos.

Por otro lado, la reducción del número de despidos también se ha convertido en un aspecto central de la discusión. Los 795 trabajadores inicialmente propuestos han sido calificados como un “disparate” por los sindicatos, que han presentado informes propios para demostrar que el ERE no está justificado ni por causas productivas ni organizativas. Según UGT, la cifra de despidos debe revisarse a la baja, teniendo en cuenta el impacto que esta medida puede tener en la estructura operativa de la empresa y en el bienestar de los empleados.

Movilizaciones

Ante la falta de avances significativos, las organizaciones sindicales han comenzado a intensificar sus acciones de protesta. CCOO ha convocado concentraciones en puntos estratégicos como la tienda de Orange en la Puerta del Sol de Madrid y en el Ministerio de Trabajo. Aunque todavía no se ha llegado a la convocatoria de huelga, las movilizaciones buscan presionar a la dirección para que replantee su postura y acelere el proceso de negociación.

UGT, por su parte, ha optado por una estrategia de presión menos directa, esperando a que la empresa muestre su propuesta económica antes de tomar cualquier decisión sobre medidas de protesta adicionales. Esta diferenciación de estrategias refleja la complejidad de un proceso que involucra a diferentes sindicatos y que, de no resolverse adecuadamente, podría desencadenar en un conflicto laboral de mayor envergadura.

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