www.zonamovilidad.es
Fin del soporte para Windows 10: adiós a un sistema que aún domina el 40% de los ordenadores del mundo
Ampliar
(Foto: Depositphotos)

Fin del soporte para Windows 10: adiós a un sistema que aún domina el 40% de los ordenadores del mundo

Por Alfonso de Castañeda
x
alfondcctelycom4com/8/8/17
martes 14 de octubre de 2025, 09:00h

Escucha la noticia

Este 14 de octubre marca el fin definitivo del soporte oficial de Microsoft para Windows 10, una fecha señalada que pone punto final a una etapa clave en la historia de la informática personal.

A partir de hoy, el sistema operativo lanzado en 2015 dejará de recibir actualizaciones de seguridad, asistencia técnica y mejoras de software, lo que dejará expuestos a millones de dispositivos en todo el mundo ante posibles vulnerabilidades.

Según datos de Statcounter, el 40,5% de los ordenadores sigue funcionando con Windows 10, mientras que Windows 11 representa el 48,9%. Aunque la versión más reciente se consolida como el presente del ecosistema Microsoft, el peso de su antecesor sigue siendo enorme, especialmente en entornos empresariales, donde muchos equipos no cumplen los requisitos técnicos para actualizarse o las migraciones resultan demasiado costosas.

Un problema global con impacto económico y de seguridad

Las cifras dimensionan el alcance del desafío. Según un informe de Nexthink, especializada en gestión de la experiencia digital del empleado, 121 millones de ordenadores en todo el mundo seguirán utilizando Windows 10 tras el fin de soporte, lo que supondrá un sobrecoste global de más de 6.000 millones de euros para empresas y administraciones públicas que decidan mantener sus equipos mediante soporte interno o planes de actualización extendida.

El cálculo, basado en un coste medio de 61 dólares por dispositivo durante el primer año, incluye los gastos adicionales en mantenimiento, ciberseguridad y sustitución de hardware. Nexthink estima que, de los 1.400 millones de dispositivos activos con Windows, aproximadamente 420 millones pertenecen al ámbito corporativo o institucional, lo que multiplica el riesgo operativo.

“Cuando un sistema operativo deja de recibir soporte, es como conducir sin mantenimiento ni repuestos: tarde o temprano habrá un fallo grave”

Más allá del impacto financiero, los riesgos de seguridad son la principal preocupación. Un sistema sin actualizaciones regulares queda expuesto a ataques de malware, ransomware o phishing, y cualquier vulnerabilidad crítica puede ser explotada sin posibilidad de parcheo. “Cuando un sistema operativo deja de recibir soporte, es como conducir sin mantenimiento ni repuestos: tarde o temprano habrá un fallo grave”, advierte Eusebio Nieva, director técnico de Check Point en España y Portugal.

Migrar o pagar: las opciones para seguir protegido

Para mitigar el riesgo, Microsoft ofrece un programa de Actualizaciones de Seguridad Extendidas (ESU), que permite continuar recibiendo parches de seguridad durante un año más. Su coste ronda los 30 dólares anuales por dispositivo, aunque en la Unión Europea será gratuito para los usuarios particulares tras la presión de organizaciones de consumidores como la OCU y Euroconsumers, que apelaron a la Ley de Mercados Digitales (DMA) para exigir igualdad de protección sin costes añadidos.

Las empresas, en cambio, deberán asumir el gasto completo, y los expertos advierten que no es una solución sostenible. En el caso de una compañía con 1.000 equipos, la factura puede superar los 300.000 euros en tres años, según estimaciones de Panasonic TOUGHBOOK. “El coste del retraso es tangible e inmediato”, señala Chris Turner, responsable europeo de la división empresarial de Panasonic.

El mismo informe alerta de que el 98% de las organizaciones planea recurrir a las ESU si no ha completado su transición a tiempo, aunque más de la mitad admite no tener confianza en su capacidad para mantener la seguridad de los dispositivos sin actualizar.

España, con tres millones de equipos en riesgo

En España, las estimaciones del sector apuntan a que unos tres millones de ordenadores empresariales se quedarán sin soporte a partir de hoy. Aunque Microsoft España ha asegurado que las grandes corporaciones “ya han adaptado sus sistemas o están en fase final de migración”, las pymes y administraciones locales siguen siendo las más vulnerables.

La actualización a Windows 11 requiere cumplir con exigencias de hardware, como un chip TPM 2.0 y procesadores modernos, lo que deja fuera a la mayoría de los equipos comprados antes de 2017. En muchos casos, la única alternativa viable es adquirir un nuevo dispositivo, algo inasumible para pequeñas empresas o usuarios domésticos con recursos limitados.

En este sentido, Telefónica ha lanzado una estrategia específica para ayudar a las organizaciones a migrar a Windows 11 y evitar riesgos de seguridad tras el fin del soporte de Windows 10 mediante programas de consultoría y renovación de equipos, así como la posibilidad de integrar licencias de seguridad extendida (ESU) para quienes necesiten más tiempo en la transición. Además, Telefónica impulsa la adopción de los nuevos Copilot+ PC con inteligencia artificial integrada, que prometen mejorar la eficiencia y el rendimiento en el entorno corporativo.

El cambio de sistema operativo no solo implica costes financieros, sino también retos logísticos y de productividad. El informe de Nexthink muestra que los dispositivos con Windows 11 presentan actualmente mayor inestabilidad (1,2% de fallos del sistema frente al 0,6% de Windows 10) y más reinicios forzados (9,9% frente a 8,5%), derivados de incompatibilidades de hardware y controladores.

"Pasar de un sistema operativo a otro no debería sentirse como una interrupción, sino como una oportunidad para mejorar la forma en que los empleados trabajan”

La compañía suiza recomienda a las organizaciones planificar la migración con un enfoque proactivo y basado en datos, identificando los dispositivos no actualizados, evaluando la compatibilidad de aplicaciones y anticipando los riesgos operativos. “Pasar de un sistema operativo a otro no debería sentirse como una interrupción, sino como una oportunidad para mejorar la forma en que los empleados trabajan”, apunta Vicente Lorente, director de preventa del Sur de Europa de Nexthink.

El especialista insiste en que entender cómo funcionan los dispositivos antes de la migración y guiar a los empleados en las nuevas funciones de Windows 11, como Copilot o las mejoras en multitarea, son pasos esenciales para evitar caídas de productividad.

“La ciberseguridad depende tanto del software como del hardware. Un único equipo obsoleto en una red corporativa puede ser la puerta de entrada de un ataque”, recuerda Nieva.

Un adiós con legado

Windows 10 se despide tras más de una década de servicio, dejando una huella profunda en la historia de la informática. Lanzado en 2015 con la promesa de ser “el último Windows”, se ha convertido en uno de los sistemas operativos más longevos y extendidos, integrando funciones clave como Windows Defender, Cortana y actualizaciones automáticas.

Pero el tiempo y la evolución tecnológica lo han alcanzado. Su final de soporte marca una nueva etapa centrada en la inteligencia artificial, la automatización y la seguridad avanzada, pilares de Windows 11 y del ecosistema de Microsoft.

A partir de hoy, millones de equipos seguirán operativos, pero su supervivencia dependerá de decisiones urgentes. La era de Windows 10 llega a su fin, y con ella, un recordatorio claro: en el mundo digital, la obsolescencia no es opcional.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios