www.zonamovilidad.es
Por Alfonso de Castañeda
x
alfondcctelycom4com/8/8/17
lunes 20 de octubre de 2025, 09:00h

Escucha la noticia

Una empresa hasta hace poco desconocida fuera del sector industrial se ha convertido en el nuevo epicentro de la tensión tecnológica entre Europa y China. Nexperia, fabricante neerlandés de semiconductores propiedad de la china Wingtech, ha pasado de operar discretamente en la sombra de las grandes tecnológicas a ser protagonista de una disputa que amenaza las cadenas globales de suministro de chips.

El pasado 30 de septiembre, el Gobierno de Países Bajos asumió el control temporal de la gestión de Nexperia alegando motivos de seguridad económica. La medida, inédita en el país, se tomó bajo la Ley de Disponibilidad de Bienes de 1952, un instrumento legal diseñado para garantizar el suministro de bienes esenciales en situaciones excepcionales. Con esta norma, el Ministerio de Asuntos Económicos obtuvo poder de veto sobre decisiones estratégicas de la compañía y la capacidad de supervisar su dirección mediante la designación de un administrador independiente.

El Ejecutivo neerlandés explicó entonces que el objetivo era asegurar que la producción de Nexperia se mantuviera en Europa y evitar cualquier transferencia de tecnología sensible hacia China. La intervención no suponía una expropiación, pero sí establecía un marco de control sin precedentes en el sector de los semiconductores europeo. Según el ministro de Economía, Vincent Karremans, la decisión respondía a la necesidad de impedir que el entonces director ejecutivo, Zhang Xuezheng, trasladara activos y propiedad intelectual fuera del continente.

El 7 de octubre, la Cámara de la Empresa de Ámsterdam suspendió oficialmente a Zhang y otorgó al administrador designado autoridad plena sobre la gestión de Nexperia. El control estatal se ha fijado inicialmente por un periodo de un año, aunque no se descarta su prolongación si persisten los riesgos para el suministro o la seguridad tecnológica.

La reacción china: bloqueo de exportaciones y tensión diplomática

La respuesta de Pekín no se hizo esperar. Apenas cuatro días después, el Ministerio de Comercio de China prohibió la exportación de determinados componentes y subconjuntos fabricados por Nexperia y sus subcontratistas en territorio chino. El veto afecta especialmente a su planta de Dongguan (Guangdong, China), una de las mayores del grupo, con capacidad para producir decenas de miles de millones de piezas al año.

Aunque la medida no interfiere en el mercado interno chino, limita significativamente las rutas comerciales hacia Europa y América. La compañía ha confirmado que mantiene conversaciones con las autoridades chinas para revertir el bloqueo y garantizar la continuidad del suministro.

Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, se ha acusado a los Países Bajos de “politizar” la gestión empresarial y de aplicar prácticas discriminatorias contra empresas chinas. Wingtech, la matriz de Nexperia, ha calificado la decisión europea de “intervención excesiva basada en sesgos geopolíticos”.

Un golpe a la industria automotriz

El enfrentamiento ha encendido las alarmas en las industrias automotriz y electrónica globales, altamente dependientes de los chips de Nexperia. Aunque no se trata de semiconductores de alta gama, su producción en masa es esencial para sectores como el automóvil, los electrodomésticos o los dispositivos IoT.

La planta de Hamburgo, principal centro europeo de fabricación, continúa operando con normalidad, pero más del 70% de los chips se envían posteriormente a China para su empaquetado y distribución. La restricción de exportaciones desde Dongguan podría, por tanto, generar un efecto dominó en las cadenas logísticas internacionales.

Fabricantes como Volkswagen y BMW ya han iniciado evaluaciones de riesgo para detectar posibles cuellos de botella en el suministro. Aunque por el momento no se han registrado interrupciones, las compañías alertan de que una prolongación del conflicto podría provocar escasez de componentes en el primer semestre de 2026.

El ministro Karremans ha reconocido la preocupación de la industria, recordando que “la dependencia es mutua”

El ministro Karremans ha reconocido la preocupación de la industria, recordando que “la dependencia es mutua”. Según explica, los fabricantes chinos también utilizan chips de Nexperia, lo que refuerza la necesidad de encontrar una solución diplomática que garantice la estabilidad de ambas economías.

El conflicto también ha desatado tensiones dentro de la propia empresa. Tras la suspensión de Zhang Xuezheng, Nexperia ha denunciado “acciones no autorizadas” por parte del exdirector ejecutivo, que habrían contribuido a agravar la crisis. En un comunicado, la compañía ha aclorado que el mensaje difundido en redes sociales por su filial china, en el que se insinuaba una ruptura con la matriz europea, era “falso y engañoso”.

La unidad china ha afirmado que mantiene su operativa con normalidad y que sus empleados continúan percibiendo sus salarios, pero también ha subrayado su derecho a actuar de manera independiente bajo la legislación local. La dirección neerlandesa, por su parte, ha reiterado su compromiso con el personal y los clientes en China, asegurando que trabaja para restablecer la normalidad interna y externa de la compañía.

Un símbolo del nuevo tablero geopolítico

El caso Nexperia se inscribe en un contexto de creciente rivalidad tecnológica global. La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha reconfigurado las cadenas de valor de los semiconductores, obligando a Europa a definir una estrategia propia. Países Bajos, sede del gigante ASML, es un actor clave en esta ecuación, y su intervención en Nexperia se interpreta como un movimiento para reforzar la autonomía estratégica europea.

“Los chinos tienen la impresión de que nos estamos alineando con los estadounidenses”, pero la medida “responde únicamente a la protección de la capacidad tecnológica europea”

El gobierno neerlandés ha insistido en que no actúa bajo presión de Washington, aunque en Pekín la decisión se percibe como una alineación con la política estadounidense de contención tecnológica. “Los chinos tienen la impresión de que nos estamos alineando con los estadounidenses”, reconoce el ministro Karremans, aunque asegura que la medida “responde únicamente a la protección de la capacidad tecnológica europea”.

Nexperia, pese a su perfil bajo, es un actor relevante en este escenario: con más de 12.500 empleados en todo el mundo, sus chips están presentes en una amplia gama de productos, desde automóviles eléctricos hasta teléfonos inteligentes y sistemas industriales.

En este sentido, el ministro Karremans ha confirmado que en los próximos días se reunirá con representantes del Ejecutivo chino para buscar una solución que permita reanudar las exportaciones y garantizar el suministro a la industria.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios