La conversación sobre pantallas en la infancia lleva años instalada en los hogares, pero el foco empieza a desplazarse. Ya no se trata solo de cuántas horas pasan niños y adolescentes frente a un dispositivo, sino de qué consumen, cómo lo reciben y quién decide por ellos. Esa es una de las principales conclusiones que deja la campaña internacional Zona Cero Pantallas, impulsada por Castellana Properties, que ha servido como espacio de escucha, reflexión y acompañamiento para familias en España y Portugal.
Bajo el lema Desconectar para reconectar, la iniciativa ha recorrido once centros comerciales con el objetivo de fortalecer el vínculo familiar y ofrecer herramientas prácticas para un uso más saludable de la tecnología. A lo largo de los distintos encuentros, padres y madres han coincidido en una inquietud común: la sensación de pérdida de control sobre los contenidos digitales, la exposición a mensajes inapropiados y el papel de los algoritmos, capaces de mostrar información sin que el menor la busque de forma consciente.
Durante los días en los que se celebró el evento, se lanzó un reto simbólico pero revelador: dejar el móvil aparcado mientras se permanecía en el centro comercial. Gracias a la participación de más de mil trescientas familias, se acumularon cerca de cien mil minutos sin pantallas. En ese tiempo, padres e hijos compartieron juegos, talleres y actividades pensadas para recuperar espacios de conversación y presencia real, algo que muchos reconocen haber ido perdiendo poco a poco.
Además, la campaña se consolidó como un punto de encuentro entre familias y expertos en salud y educación. Profesionales como Lucía Galán Bertrand, Rafa Guerrero, Alberto Soler o Hugo Rodrigues coincidieron en una idea clave: el debate no es pantallas sí o pantallas no, sino cómo acompañar su uso con criterio, coherencia y ejemplo adulto. En ese sentido, subrayaron que el recurso a las pantallas en la infancia responde a factores estructurales y emocionales —conciliación, cansancio, falta de redes de apoyo— y no a una falta de implicación por parte de las familias.
En las charlas y mesas redondas, afloraron preocupaciones que se repiten en contextos muy distintos. Muchas familias hablan de distancia emocional, del miedo a que el móvil sustituya la comunicación en casa y de la dificultad para detectar a tiempo cambios de humor, aislamiento o problemas emocionales. A ello se suma la tensión constante en torno a los límites: cuánto tiempo es razonable, cómo evitar conflictos y qué impacto tiene el uso nocturno del móvil en el sueño, el estudio y el estado de ánimo.
Frente a este escenario, los expertos insisten en empezar por lo básico. Reducir el uso de pantallas por parte de los adultos tiene más efecto que cualquier norma impuesta. También recomiendan establecer pocas reglas claras y sostenidas en el tiempo, como evitar pantallas en las comidas, durante el estudio o antes de dormir, así como retrasar, en la medida de lo posible, el acceso a smartphones y redes sociales. En la adolescencia, el énfasis cambia: menos control y más vínculo, más conversación y más acompañamiento, entendiendo el error como parte natural del aprendizaje.
Como cierre de la iniciativa, Castellana Properties ha presentado el documental Zona Cero Pantallas, que recoge testimonios de expertos y familias, además de un pódcast homónimo disponible en abierto. Ambos formatos buscan prolongar la conversación y ofrecer referentes reales para construir un entorno digital más equilibrado, donde la tecnología no rompa el vínculo, sino que deje espacio para cuidarlo.