El mercado de la telefonía móvil enfrenta desafíos y riesgos como la saturación de algunos mercados, la competencia intensa entre fabricantes y el impacto ambiental y social de su actividad. Además, algunas leyes contra la obsolescencia programada han supuesto un paso importante para garantizar una mayor transparencia y responsabilidad por parte de los productores, así como para promover hábitos de consumo más conscientes y respetuosos con el planeta. Las ventas de móviles han disminuido y dependerá del impacto de 5G y otros inventos revolucionarios que se recupere o no el volumen de operaciones de los últimos años.
El 17 de octubre de 1973, el próximo otoño, hará 50 años, Martín Cooper, al frente de un equipo de Motorola, patentó lo que se llamó Sistema de radio telefonía; una tecnología que nunca ha dejado de evolucionar, de presumir de innovación, de crear expectación, de generar negocio y de crecer hasta ahora.
Pero cabe preguntarse si la corta historia de la telefonía móvil está escrita con renglones que recogen más información entre líneas que la que ve el mundo. Un dato: según Statista, las cuotas del mercado mundial a marzo de 2023 se reparten de la siguiente forma: Apple (28,42%), Samsung (27,10%), Xiaomi (12,16%), Oppo (6,39%), Vivo (5,17%), Huawei (4,32%), Realme (3,79%) y otros (12,65%).
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Los que son y los que fueron
Todos excepto Apple son asiáticos, todos menos Apple y Samsung son chinos, Motorola, sigue existiendo como marca comercializada por Lenovo (también china), tres de las siete marcas (al que se suma OnePlus) son del mismo fabricante, lo que reduce la competencia a cuatro empresas. Aquellas tablas de GFK que recogían la batalla entre Nokia, LG, Sony, Blackberry, Alcatel o ZTE, entre otros, ha pasado a la historia; ni rastro de ellas en las cifras globales.
El mercado de la telefonía móvil es un sector clave para la economía y la sociedad mundial, pero empieza a decaer y tal vez, es que está agotado
El mercado de la telefonía móvil es un sector clave para la economía y la sociedad mundial, que se caracteriza por su alta competitividad, su innovación constante y su adaptación al cambio; pero empieza a decaer y tal vez, es que está agotado. Si hablamos de móviles premium, no están los bolsillos de la gente para mucho gasto, no hay que hablar de los precios de la energía, la vivienda y las cosas del comer para entender que un cambio en los nanómetros de un procesador, en los hercios de una pantalla o en los Mpx de un objetivo son cuestiones que se alejan mucho del interés general y razón insuficiente para desembolsar cientoooossss de euros en un móvil nuevo al año.
Desafíos y riesgos del mercado móvil
El mercado de los teléfonos móviles se enfrenta, actualmente, a varios desafíos y riesgos. Uno de ellos es la saturación y madurez de algunos mercados, especialmente en Europa y América del Norte, donde la penetración supera con mucho el 100% y el ciclo de renovación se alarga. Esto implica una menor demanda y una mayor presión sobre los precios y los márgenes de beneficio. Otro desafío es la competencia cada vez más intensa entre los fabricantes, especialmente entre los líderes Samsung y Apple que apuestan por el valor antes que por el volumen y aquellos que han ganado cuota de mercado gracias a sus productos de buena calidad y bajo costo. Además, el sector debe afrontar los retos derivados del impacto medio ambiental y social de su actividad, como el consumo de energía, la generación de residuos electrónicos, la protección de la privacidad y la seguridad de los datos. Las campañas de opinión a este respecto cada vez son más elocuentes.
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El fin de la obsolescencia programada
Además, algunos de estos conceptos están directamente relacionados con la llamada obsolescencia programada; un fenómeno contra el que algunos países ya han legislado con el objetivo de proteger los derechos de los consumidores y fomentar una economía más circular y sostenible. Por ejemplo, en la Unión Europea están vigentes una serie de normas que obligan a los fabricantes a facilitar el acceso a las piezas de repuesto y a las herramientas de reparación. Además, se ha establecido un sistema de etiquetado ecológico que "informa sobre la durabilidad, la reparabilidad y la reciclabilidad de los productos".
El 27 de diciembre de 2017, la fiscalía de París, a instancias de la asociación HOP abrió una investigación preliminar contra Apple por engaño y obsolescencia programada, al reducir voluntariamente el rendimiento y la longevidad de sus teléfonos. Ese mismo mes, la multinacional californiana admitió haber limitado el rendimiento de sus iPhone 6 y 6S, lanzados en 2014 y 2015, y los del iPhone 7 (2016). Fue el principio de una larga historia que ha ayudado a la concienciación de los usuarios que empiezan a ver en el móvil un artículo de uso cotidiano como el reloj o la lavadora y sólo unos cuantos o sólo en determinados países se considera una seña de identidad o de clase.
Las leyes contra la obsolescencia programada han supuesto un paso importante para garantizar una mayor transparencia y responsabilidad por parte de los productores, así como para empoderar a los consumidores y promover hábitos de consumo más conscientes y respetuosos con el planeta. ¿Han descendido las ventas de móviles? Sí. ¿Responde a una lógica? También. ¿Se va a recuperar el volumen de operaciones que se han llevado a cabo en los últimos años? Pues dependerá del impacto de 5G y de otros inventos revolucionarios que puedan surgir, pero hoy por hoy, las cosas están como están y el interés general o la emoción informativa ha caído en picado. ¡Es lo que hay!
Si (
No(
