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Trump cambia de opinión y bloquea la operación de Broadcomm sobre Qualcomm

Qualcomm vs Broadcom, el bueno, el malo y... el feo

Qualcomm vs Broadcom, el bueno, el malo y... el feo

Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
martes 13 de marzo de 2018, 13:00h

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No hace falta haber visto muchas películas para situarse en una escena de las mismas: la típica y humilde aldea medieval a la que llegan los bárbaros y arrasan; la familia judía celebrando en la intimidad el ‘Shabbath’ (Sabbat) cuando entran los nazis; los padres con los niños en el salón en el momento en que irrumpen los atracadores. Para todas estas situaciones y otras en las que la cotidianeidad se ve interrumpida por un hecho agresivo e inesperado, el refranero castellano suele decir que “entran como un elefante en una cacharrería”. Tal vez la siguiente escena de esta película, a la que hemos titulado ‘Qualcomm vs Broadcom’ habría que buscarla en ‘Lobo de Wall Street'

Última hora, Qualcomm adelanta su Junta General

San Diego, CA 12 de marzo de 2018 Qualcomm Incorporated (NASDAQ: QCOM) recibió hoy una orden presidencial para abandonar de forma inmediata y permanente la propuesta de adquisición de Qualcomm por Broadcom Limited (NASDAQ: AVGO). Bajo los términos de la orden presidencial, todos los nominados al Consejo por parte de Broadcom también están descalificados para ser elegidos como directores de Qualcomm. También se ordenó a Qualcomm que reconvocara su reunión anual de accionistas de 2018 para la fecha más próxima posible, la cual requiere un período de notificación de 10 días y será el 23 de marzo de 2018. Los accionistas registrados el 8 de enero de 2018 tendrán derecho a votar en la reunión.

El escenario de nuestro guion hay que localizarlo en San Diego, California (USA), concretamente en un pueblo/barrio residencial a las afueras de la ciudad llamado ‘La Jolla’ donde la empresa más relevante del mundo de semiconductores para comunicaciones móviles, Qualcomm, tiene sus oficinas centrales.

Fundada en 1985 por Irwin M. Jacobs y Andrew Viterbi, entre otros, hoy es una empresa cuyos ingresos ascienden a los 2 billones de euros y cuyo principal activo son las patentes que ha registrado a lo largo de los años gracias a su esfuerzo en I+D+i (especialmente aquellas que permitieron al mundo llegar a la tercera generación de telefonía móvil y sus derivados) y que indefectiblemente utilizan en uno u otro punto de la cadena industrial la inmensa mayoría de las empresas del sector telco del mundo: Apple, Samsung, LG, Xiaomi, Oppo, Sony, Bq… operadores, desarrolladores de infraestructuras la lista no es infinita, pero casi.

A lo largo de los años, Qualcomm ha sido una empresa que se convertido en necesaria para los fabricantes, que no siempre pagan con gusto los royalties exigidos; pero, simultáneamente colaboradora y los apoya en sus desarrollos allá donde estén. Una entidad aparentemente tranquila que siempre ha procurado situarse un escalón por encima de su competencia y en la que la familia Jacobs, a través de su presidente ejecutivo, Paul Jacobs, sigue presente, pero que hace tiempo perdió la mayoría accionarial. Hoy el Consejero Delegado (CEO) del grupo es Steve Mollenkopf.

En otro punto del globo, en Singapur, está el ‘co-starring’ de este film: Broadcom; otra compañía de semiconductores fundada en 1991 por los ‘Henrys’, Nicholas y Samueli, la cual en 2006 vivió oscuros momentos con un escándalo financiero que, con el paso de los años, terminó en la compra de la empresa por parte de Avago Technologies (con origen en HP y financiada, por el fondo de capital riesgo Silver Lake)por 37.000 millones de dólares. Y, lo más importante para nuestra historia, puso al frente del hoy gigante de los semiconductores a Hock Tan.

Mr Hock E. Tan es un malayo ex alumno del MIT y de Harvard, que desarrolló sus capacidades laborales en empresas como PepsiCo o General Motors y que, desde ese momento ha vivido alternando sus capacidades entre el mundo financiero y el tecnológico. En el papel de Lobo de Wall Street su especialidad son las grandes fusiones y el relanzamiento económico de las empresas, para lo cual, según los medios especializados, no suele tener miramientos.

Un dato importante en la historia es su cercana relación con multinacionales de la dimensión de Apple, uno de sus principales clientes, o con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien lo mira con muy buenos ojos.

La trama, conflictos localizados

La trama principal tiene su origen el pasado mes de noviembre, cuando Bloomberg anunció que Broadcom tenía intención de comprar Qualcomm, noticia que pilló por sorpresa en San Diego, donde el consejo de administración estaba trabajando en diversos frentes. Por un lado, en la compra de NXP, una empresa holandesa que nació en 2006 a partir de la división de semiconductores de Philips y que complementa el negocio de la multinacional norteamericano en el campo de la automoción y del Internet de las cosas. La europea se podría definir como un expendedor de chips, ya que su producción es masiva y general, frente a la más exigente, elitista y centrada en telefonía e interconexión de Qualcomm. La operación que se llevó a cabo en octubre de 2016 estaba a la espera de aprobación de los distintos reguladores, especialmente China, Europa y Corea -estos dos últimos dieron su visto bueno el pasado 18 de enero de 2018-. De otra parte, en California se ocupaban de solucionar lo que se puede denominar ‘conflictos localizados’ a los que San Diego está acostumbrado, ya que en un lugar u otro siempre ha tenido problemas con empresas que no quieren pagar o exigen en base a una u otra ley pagar menos por las patentes.Un goteo que poco a poco ha ido afectando los resultados de la tecnológica y que encierra una anécdota no menor: en 2006, cuando la gran crisis de Broadcom, éste mantuvo un litigio de pagos por propiedad intelectual con Qualcomm.

Pero el punto álgido de esta cuestión surgió cuando se pro­dujo el choque de trenes; cuando Apple y Qualcomm entra­ron en conflicto. Las demandas de uno a otro y de este a aquel se han sucedido, lo cual ha dado lugar a que ana­listas del mundo entero y los principales medios financieros hayan puesto sus ojos en ellos y estén pendientes de sus movimientos. La cuestión se traduce en millones de legajos, varios juzgados de diferentes partes del mundo en acción y unas cifras de dinero desorbitadas que varían continuamente ya que, por ejemplo, una de las multas suma 25.000$ de sanción diarios en contra de Apple y a favor de San Diego.

En el fondo, la guerra no beneficia a nadie porque uno es el principal cliente del otro y el otro, que no quiere más mordiscos en su manzana, ha realizado nuevos acuerdos con otros proveedores como Intel o incluso se habla de MediaTek, pero por suerte o por desgracia -depende de quien lo analice- la palabra Qualcomm y gama alta van directamente asociadas en el mundo de la telefonía móvil, mientras que MediaTek siempre enarboló la bandera de reyes de la gama media. Ese Giga por segundo que apor­tan ahora mismo los MODEM de Qualcomm es un ‘oscuro objeto de deseo’ para cualquier fabricante que se precie y Apple lo es y lo quiere.

Hock Tan, el elefante en la cacharrería

Así las cosas, el 6 de noviembre de 2017, Qualcomm confirmó que había recibido una propuesta no vinculante y no solicitada de Broadcom -como ya hemos comentado, empresa presidida por Hock Tan- para adquirir todas las acciones en circulación de Qualcomm con una contraprestación de $ 60.00 en efectivo y $ 10.00 en acciones de Broadcom. Detrás de Broadcom, re­cordemos, está la empresa de capital riesgo Silver Lake, la cual desde 1999 ha realizado inversiones en compañías del nivel de EMC, Dell, Skype, Avaya, Avago… y NXP Semiconductores.

Dato curioso es que el presidente Trump aplaudió enérgi­camente la propuesta, al asegurarle Tan que el negocio de Broadcom volvería íntegramente a los Estados Unidos y aban­donaría Singapur; ahora el presidente cambia de opinión y prohibe la operación

Dato curioso es que el presidente Trump aplaudió enérgi­camente la propuesta, al asegurarle Tan que el negocio de Broadcom volvería íntegramente a los Estados Unidos y aban­donaría Singapur y lo manifestó públicamente, sin tener en cuenta a una de sus principales compañías.

Como era de esperar, el consejo de administración de Qual­comm acordó de forma unánime rechazar la oferta al consi­derar que infravaloraba la posición del grupo en el mercado. Es más, el consejero delegado, Steve Mollenkopf, declaró en­tonces: “ninguna compañía se encuentra mejor posicionada en telefonía móvil, Internet de las cosas, automoción, ‘edge computing’ y redes dentro de la industria de los semiconduc­tores que Qualcomm; la propuesta de Broadcom infravalora de manera dramática a Qualcomm y presenta una importan­te incertidumbre regulatoria”.

El mundo financiero esperaba una nueva oferta, eran mu­chos los medios que hablaban de ella, pero lo que ocurrió es que, el pasado 4 de diciembre, Broadcom y Silver Lake propusieron un cambio en el consejo de administración de Qualcomm y presentó una lista de once candidatos afines a sus intereses para sustituir a los consejeros actuales (todos menos tres).

Desde California rechazaron la propuesta porque consideran que los integrantes de la lista “no aportarán habilidades a la Junta”; es más, que no tienen una experiencia mínima relevante y han puesto todos los medios a su alcance para instar a sus accionistas a rechazar la oferta de Broadcom: “Te instamos a que bloquees el intento de Broadcom de captu­rar, para sí mismo, el valor que te pertenece legítimamente como accionista de Qualcomm, al votar por nuestros nomina­dos: Barbara T. Alexander, Jeffrey W. Henderson, Thomas W. Horton, Dr. Paul E. Jacobs, Ann M. Livermore, Harish Manwani, Mark D. McLaughlin, Steve Mollenkopf, Clark T. Randt, Jr., Dr. Francisco Ros y Anthony J. “Tony” Vinciquerra, unos consejeros altamente cualificados”.

La multinacional considera que la oferta de Broadcom “no refleja nuestro camino claro hacia el valor a corto plazo”, que pasaría por tecnologías como 5G, la creación de valor vía NXP o la resolución de ciertas disputas de patentes, por ejemplo. El objetivo es conseguir 6,75-7,50 dólares en ga­nancias fiscales por acción no GAAP durante el año fiscal 2019. Además, la adquisición necesitaría la autorización de una docena de reguladores de países que pueden no estar conformes, como China, a cuyos fabricantes podría afectar directamente la operación.

Apple el principal interesado

Llegados a este punto y ante la apremiante insistencia en la operación, el mundo financiero y tecnológico empieza a bus­car un por qué, a plantearse quién el es pescador de este río tan revuelto y ningún medio descarta que sea Apple, cliente de Broadcom, amiga de Tan, en conflicto con Qualcomm cuyos productos necesita y que si bien no se caracteriza por apostar por la I+D, sí lo hace por comprar la tecnología o incluso las empresas que necesita para alcanzar sus fines.

Recientemente, Intel, también proveedor de Apple ha entrado en juego y ha amenazado con una OPA sobre Broadcom cuyas posibilidades parecen no tener visos de realizarse. El tablero no deja de moverse y el serial no tiene desperdicio.

Actualización

Donald Trump cambia de opinión

El presidente de Estados Unidos ha firmado una orden ejecutiva bloqueando así la maniobra de Broadcom. A pesar de sus declaraciones anteriores, ahora Trump busca evitar que el coloso de los procesadores para dispositivos móviles caiga en manos de la competencia y, sobre todo, de una compañía extranjera asiática. Esta orden la justifica por las “amenazas” que plantea la operación a la seguridad nacional, según el comunicado emitido por la Casa Blanca.

Con este decreto se exige a ambas firmas que desistan de inmediato en las discusiones de fusión, que todavía no han llegado a buen puerto y, además, prohíbe a Broadcom proponer consejeros para su elección. Más información

La intervención previa del CFIUS

El Comité de Inversiones Extranjeras de los Estados Unidos (CFIUS) solicitó, el pasado 6 de marzo, una investigación detallada sobre la oferta, a través de una carta. En la carta, CFIUS refleja claramente su preocupación sobre el recorte de gasto en I+D que tendría previsto realizar Broadcom, en caso de adquirir Qualcomm: “Específicamente, las declaraciones de Broadcom indican que busca tomar una dirección de “capital inversión” si adquiere Qualcomm, lo que significa reducir el gasto a largo plazo, como en I+D, y centrarse en la rentabilidad a corto plazo (…)”.

El volumen de las recientes adquisiciones de Broadcom ha aumentado los beneficios de la compañía y la capitalización del mercado, pero estas adquisiciones vienen acompañadas por reducciones en la inversión en I+D
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