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lunes 21 de septiembre de 2020, 09:00h

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La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ha publicado el estudio Connecting Humanity – Assessing investment needs of connecting humanity to the Internet by 2030 (Conectando a la humanidad – Evaluación de las necesidades de inversión para conectar a la humanidad a Internet en 2030), un nuevo estudio exhaustivo en el que se calcula la inversión necesaria para lograr la conectividad universal y asequible a la banda ancha para toda la humanidad a finales de este decenio.

En Connecting Humanity, se plantea que se necesitan casi 428.000 millones de dólares para conectar a los 3.000 millones de personas de 10 años o más que quedan por conectar a Internet de banda ancha para 2030. Se trata de un objetivo ambicioso y de un gran desafío de inversión en infraestructura.

En el estudio se examinan los costes relacionados con las necesidades de infraestructura, los marcos normativos y reglamentarios apropiados, los conocimientos digitales básicos y el contenido local tanto en el plano mundial como en el regional, así como la forma de movilizar los niveles de financiación sin precedentes que se requieren para extender las redes a las comunidades no atendidas.

Solo el 48% de las mujeres utiliza Internet frente al 58% de los hombres.

En los últimos meses, la pandemia de la COVID-19 ha puesto de relieve distintos tipos de desigualdades dentro de los países y de las regiones y entre ellos, incluidas las relacionadas con la calidad del acceso, la asequibilidad y la utilización de Internet.

Más del 12% de la población mundial no accede a Internet

Según la UIT, más del 12% de la población mundial no conectada vive en lugares remotos y rurales donde las redes tradicionales no son fácilmente accesibles, la mayoría de ellos en África y en Asia meridional. Esta brecha de conectividad se ve exacerbada por la brecha digital de género. En todo el mundo, solo el 48% de las mujeres utiliza Internet frente al 58% de los hombres.

De acuerdo al nuevo estudio, mientras que en algunas regiones la brecha de la conectividad significa básicamente mejorar los sitios de cobertura y capacidad existentes, casi la mitad de la inversión necesaria en infraestructura de la red de acceso radioeléctrico (RAN) en el África subsahariana, el Asia meridional y el Asia oriental y el Pacífico será totalmente nueva.​

"En el mundo posterior a la COVID-19, las naciones, economías y empresas son tan fuertes y resilientes como su economía y transformación digital respectivas", apuntó Abdullah A. Alswaha, Ministro de Tecnología de la Información y la Comunicación del Reino de Arabia Saudita. “Por eso nunca ha habido un momento más apremiante para reducir la brecha digital mundial, de modo que podamos volver a encarrilarnos y prosperar a fin de aprovechar las oportunidades del siglo XXI para todos".

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