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Apagones informativos y bloqueo de internet, las oscuras noches de Myanmar
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(Foto: KNS)

Apagones informativos y bloqueo de internet, las oscuras noches de Myanmar

Por Alfonso de Castañeda
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alfondcctelycom4com/8/8/17
jueves 20 de mayo de 2021, 09:00h

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Hace algo más de 100 días que la Junta Militar se hizo con el poder en Myanmar, una nación del sudeste asiático en el que viven más de 54 millones de habitantes, tras sacar del poder a la líder electa Aung San Suu Kyi.

La noche del 1 de febrero de 2021, el día que se había convocado al Parlamento para la toma de posesión de la presidenta electa, el ejercito de Myanmar, alegando fraude en las elecciones, arrestó a Aung San Suu Kyi y a otros miembros del partido gobernante, entregando posteriormente el poder al jefe militar Min Aung Hlaing y declarando el estado de emergencia.

Antecedentes

Según explica Gracia Abad, experta en Relaciones Internacionales y profesora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nebrija, la compleja situación de Myanmar se remonta años atrás. “Entre los 2011 y 2015, Myanmar vive un periodo de transición a la democracia tras más de cuarenta años de férreo gobierno de la Junta Militar (SLORC primero, SPDC posteriormente)” y en 2015 se celebran elecciones libres, de las que sale victoriosa la Liga Nacional por la Democracia, el partido de Aung San Suu Kyi.

“El ejército dio un golpe de estado el 1 de febrero de este año justo antes de la toma de posesión por parte de los diputados”

Tras unos años de calma, “en noviembre de 2020 tuvieron lugar unas nuevas elecciones en las que la Liga Nacional por la Democracia, pese a los años de campañas de desgaste, en particular contra Suu Kyi, logró incluso más apoyos que en 2015”.

Sin embargo, “el ejército, deseoso de volver al régimen de la Junta y con el pretexto de que había habido fraude en las elecciones, dio un golpe de estado el 1 de febrero de este año justo antes de la toma de posesión por parte de los diputados”. Los militares se han enfrentado noches tras noche a los manifestantes que claman por el regreso de la mandataria depuesta estos últimos cien días.

Apagones y censura llegan a internet

Como ya viene siendo habitual en los golpes de Estado, se impuso en el país un importante apagón informativo para tratar de controlar las revueltas contrarias a los militares, unos enfrentamientos que ya se han cobrado la vida de más de 800 personas desde que estalló la ola, según el grupo de activistas Assistance Association of Political Prisoners, con más de 4.000 detenidos (20 de ellos condenados a muerte).

Las primeras 72 noches se han producido de manera consecutiva apagones y cortes de conectividad

En este contexto, las primeras 72 noches se han producido de manera consecutiva apagones y cortes de conectividad a Internet por fibra óptica, según ha podido registrar NetBlocks, una ONG británica que se encarga de monitorear la libertad de acceso a Internet por todo el mundo.

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Pese a ello, el país no cuenta con una amplia red de fibra óptica desplegada sino que la gran parte de las conexiones se realizan mediante los servicios de datos móviles, que han estado cortados de manera intermitente los últimos meses, con fuertes restricciones posteriores a las plataformas y servicios online, incluidas las redes sociales y las apps de mensajería.

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El por qué de los apagones de internet

Los apagones de internet que ha vivido Myanmar durante este año son cortes intencionados de la conexión a internet o a ciertas aplicaciones móviles que buscan dar al gobierno de turno el poder y control sobre lo que se hace o se dice en el país.

"El control de los medios y, sobre todo, de internet, impide que se conozca con mayor precisión y detalle la represión y violaciones de derechos humanos que estarían teniendo lugar en el país"

Este tipo de prácticas se han condenado “inequívocamente” por parte del Consejo de Derechos Humanos de las Nacionales Unidas por ser una violación de los derechos humanos.

Estas decisiones provocan que “la población ignore las reacciones de los diferentes estados al golpe de Estado”, explica Abad. “El control de los medios y, sobre todo, de internet, impide que se conozca con mayor precisión y detalle la represión y violaciones de derechos humanos que estarían teniendo lugar en el país. Y ello en un contexto en el que están teniendo las lugar las mayores manifestaciones de protesta vividas por el país en décadas y mientras la junta afirma estar del lado de la gente”, advierte la experta de la Universidad Nebrija.

Protesta en Myanmar contra el golpe militar. (Autor: MgHla (aka) Htin Linn Aye)

La situación es especialmente crítica ya que las grandes caídas de la red se han realizado durante la noche, siendo el motivo “las redadas, incursiones, confiscaciones de bienes y mayores violaciones de derechos humanos” que “podrían estar teniendo lugar tras la caída del sol”, apunta Abad.

Se estima que quedan unas 600.000 conexiones a la red en todo el país, frente a los 25 millones que había antes del golpe de Estado

“Cortando el acceso a internet durante las horas nocturnas e impidiendo el envío de vídeos que lo demuestren, difícilmente quedarán pruebas de ello, máxime lo arriesgado de conservar un material como ése”, asegura la experta en relaciones internacionales, que señala además que con esto se pretende “limitar las posibilidades de que el resto del mundo sepa lo que verdaderamente está ocurriendo”.

“Paralelamente, el hecho de que esos cortes se produzcan solamente durante unas horas permite a la Junta argumentar que no está habiendo censura”, explica Abad. Se estima que quedan unas 600.000 conexiones a la red en todo el país, frente a los 25 millones que había antes del golpe de Estado, apenas 1 por cada 100 personas.

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Los irreductibles disidentes birmanos

Si bien es cierto que el golpe de Estado ha puesto fin a la libertad online, la apertura de internet en el país ya estaba en entredicho desde que la Liga Nacional para la Democracia (LND) asumiera el poder en 2016, cuando el gobierno empezó a utilizar una serie de legislaciones antiguas para encerrar a opositores al gobierno y a usuarios comunes de las redes sociales críticos con el gobierno, reintroduciendo además el filtrado de sitios web y respaldado el cierre de internet en el estado de Rakhine, donde los militares estaban en guerra con un grupo insurgente local, el denominado Ejército de Arakan.

Antes del golpe de Estado, el gobierno elaboró una Ley de Ciberseguridad que obligaba a las tecnológicas a mantener los datos de los usuarios en sus instalaciones y cedérselos a las autoridades cuando se les solicitara, así como acceso en tiempo real a los datos de los usuarios a través de los operadores de telecomunicaciones.

En concreto, el gobierno había ordenado a la empresa estatal MPT, a Telenor Myanmar, a Ooredoo Myanmar, a Mytel y a los proveedores de servicios de internet del país que desplegaran un sistema de vigilancia que permitiera al Gobierno acceder a sus sistemas internos sin pedir autorización previa, según ha revelado una investigación de Reuters y ha podido confirmar Zonamovilidad.es.

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De este modo, el Ejecutivo tenía acceso a los metadatos de los abonados de telefonía móvil permitiendo a las autoridades intervenir llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos y rastrear ubicaciones.

Desde la teleco noruega, Telenor, que opera en el país bajo su marca Telenor Myanmar, se ha denunciado el sistema y aseguran que el país no tiene las leyes necesarias para “proteger la privacidad de los clientes y la libertad de expresión”.

Tras hacerse con el control, el ejército ha intensificado la represión online promulgando una serie de modificaciones legales que permitían acceder a los datos y perseguir a opositores, con advertencias diarias a los operadores para bloquear el acceso a determinados sitios web y a las VPN.

"El ejército es muy consciente del importante papel que desempeñan las redes sociales en la difusión de información"

“Estas respuestas reflejan que el ejército es muy consciente del importante papel que desempeñan las redes sociales en la difusión de información y en la formación de la opinión pública; desde las primeras horas del golpe de Estado, se ha planteado la mejor manera de gestionar la esfera online para apoyar sus objetivos estratégicos”, advierten desde la organización International Crisis Group​ en un reciente informe.

Pese a la crítica situación, todavía queda un pequeño grupo que resiste al ejército birmano. Estos irreductibles opositores están sobreviviendo a los intentos de censura del ejército birmano en el espacio virtual apoyándose en herramientas gratuitas que requieren poca habilidad o conocimientos, como los servicios de mensajería encriptada, las VPN gratuitas y las aplicaciones para eludir la censura.

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Ante esta situación, los militares han respondido cerrando casi al completo el acceso a la red de manera metódica, aumentando los cortes de forma gradual hasta el corte masivo que dejó fuera a buena parte de la oposición.

La propaganda digital y el papel de las redes sociales

Sin embargo, la Junta Militar no ha podido bloquear al completo las acciones de la oposición. En este sentido, Facebook ha optado por bloquear todas las páginas militares y algunas del gobierno de Myanmar tras el golpe, lo que ha reducido ampliamente la capacidad del régimen de compartir sus mensajes.

En este sentido, los activistas antimilitares han sabido (y podido) utilizar con mayor eficiencia que los militares las redes sociales para llegar al público nacional e internacional con mensajes y campañas claves, pudiendo incluso recaudar fondos para trabajadores en huelga o para el gobierno en la sombra que ha montado un grupo de parlamentarios.

La resolución de Facebook de eliminar por completo al Tatmadaw (nombre oficial de las fuerzas armadas de Myanmar) de su plataforma ha sido un duro golpe a su capacidad de difusión de mensajes, una decisión que llega después de la importante campaña de desinformación y propaganda que se movió a través de su plataforma contra los rohinyá en 2017 que provocó un genocidio y que la compañía que lidera Mark Zuckerberg terminó admitiendo.

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En este sentido, Facebook eliminó el acceso al comandante en jefe de Myanmar, el general Min Aung Hlaing y bloqueó una veintena de páginas vinculadas a los militares durante los meses del genocidio, pero mantuvo las páginas del Tatmadaw, lo que llevó a los militares ha crear páginas alternativas con un amplio número de seguidores.

Sin embargo, a finales de febrero de este año, Facebook prohibía de manera oficial al Tatmadaw en Facebook e Instagram y eliminaba las cuentas de medios de comunicación controlados por los militares, como Myawady y MRTV. Posteriormente, a mediados de abril, también anunció que eliminaría los “elogios, apoyos y defensa” de la violencia por parte de las fuerzas de seguridad o de los manifestantes. Esto ha supuesto un importante cambio en la actitud del gigante de las redes sociales que se ha mostrado más favorable a bloquear páginas relacionadas con los militares.

Pese a ello, los militares no se han quedado de brazos cruzados y han continuado propagando campañas de desinformación mediante una serie de medios sociales controlados por el Estado, e incluso han recurrido a la distribución de panfletos para exponer sus mensajes.

Los militares acudieron a otras redes y plataformas sociales, como YouTube o TikTok

Ante la pérdida de presencia en Facebook, los militares acudieron a otras redes y plataformas sociales, como YouTube, para alojar vídeos con sus mensajes, logrando así difundir a través de esta plataforma su propaganda y es que la plataforma de vídeos de Google tiene una capacidad menor para bloquear los contenidos que Facebook (o así lo ha demostrado), aunque en los últimos dos meses se ha esforzado para atajar esta desinformación cerrando cinco importantes cuentas vinculadas a los militares, incluidas las de los dos canales de televisión ya citados. Google también ha bloqueado cuentas en Gmail, Play Store y Blogger.

Captura de pantalla de uno de los vídeos de los militares de Myanmar publicado en TikTokAnte ello, los militares han terminado aprovechando otra plataforma de vídeos, TikTok, que ha tardado más en responder a los contenidos que infringían sus directrices, como los vídeos de soldados armados y amenazando a manifestantes que han logrado millones de reproducciones.

Después de conocerse los vídeos de los militares armados, la plataforma de vídeos sí ha implementado un mayor control de estos contenidos con nuevas directrices para sus moderadores de contenidos y ampliando el trabajo con ONG locales, pero no ha prohibido el Tatmadaw ya que, según señalan desde TikTok, han optado por revisar los contenidos uno a uno y señalan que el Tatmadaw no tiene una presencia oficial en la plataforma.

Esta política ha despertado el malestar de numerosos activistas que acusan a TikTok de ponerse de perfil ante la situación teniendo en cuenta los férreos controles que tiene el Tatmadaw sobre lo que su personal puede decir y hacer en redes sociales. Por su parte, la plataforma explica que ha buscado de manera “agresiva” signos de coordinación, pero sólo los ha detectado a una escala “limitada”.

En el lado contrario, los opositores han intensificados sus campañas contra el régimen militar, apoyándose en Facebook, pero sobre todo en Twitter, que ha visto como se disparaba el número de usuarios registrados en el país.

Una intranet contra la disidencia

Todo esto ha dejado una situación compleja en el país, con las redes sociales forzadas a reforzar sus herramientas de control de los contenidos que incumplen sus normas, el ejército bloqueando el acceso a una buena parte de la red, los operadores presionados y los disidentes buscando alternativas para compartir sus mensajes.

En este contexto, y teniendo en cuenta que Myanmar y su ejército no cuenta con los recursos ni conocimientos que sí tienen otros países como China o Rusia con mayor capacidad para censurar internet, la Junta Militar ha iniciado la construcción de especie de intranet que permitirá excluir a cualquier disidencia democrática de la red, según ha desvelado Crisis Group. En esta intranet, los usuarios de móviles sólo tienen acceso a las aplicaciones de la lista blanca.

A mediados del mes de abril, los operadores de telecomunicaciones del país han incorporado, por ordenes del ejército, una serie de aplicaciones a las ‘listas blancas’ para que pudieran abrirse utilizando los datos móviles a pesar del apagón. Esto comenzó con servicios de cuentas para usuarios móviles y las aplicaciones de la banca móvil, pero también ha incluido servicios de productividad como el paquete de Office 365 de Microsoft.

“Incluso si el régimen recibiera ayuda de actores externos simpatizantes para ampliar sus capacidades, la oposición interna dificultaría el reclutamiento de los expertos locales"

Sin embargo, este camino permitirá simplemente ofrecer los servicios más básicos, lo que afectará a la economía del país. “Incluso si el régimen recibiera ayuda de actores externos simpatizantes para ampliar sus capacidades, la oposición interna dificultaría el reclutamiento de los expertos locales necesarios para mantener un sistema más represivo, y los usuarios más expertos en tecnología probablemente encontrarán formas de explotar la intranet para obtener acceso sin restricciones a la web más amplia”, defienden desde International Crisis Group.

La situación continúa siendo crítica para los birmanos, enfrentado a un régimen militar que bloquea la libertad de expresión de sus ciudadanos y sin aparentes intenciones de cambiar. Además, se enfrentan a un cierto abandono por la comunidad internacional, preocupada en estos momentos por la situación que se está viviendo entre Israel y Palestina, así como por la crisis de Ceuta en el ámbito europeo. El tiempo dirá si ese grupo de irreductibles disidentes son capaces de soportar la situación y reconstruir un país castigado por las guerras y los enfrentamientos.

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