Esta decisión implanta así una nueva prohibición en un país occidental para compañías como Huawei, impidiendo a las telecos utilizar sus equipos en su red inalámbrica. Concretamente, la decisión no centra el veto en esta compañía sino que deja fuera a todas las empresas de fuera de la Unión Europea o de países que no formen parte de la OTAN o de la OCDE.
Según un comunicado del Ejecutivo luso, el comité de evaluación de la seguridad del Consejo Superior de Seguridad del Ciberespacio apunta que las empresas de fuera de estas jurisdicciones se consideran de "alto riesgo" para la seguridad de las redes nacionales.
El comunicado no nombra expresamente a ningún proveedor y no fija una fecha para que las empresas portuguesas tengan que retirar de su red los equipos suministrados por proveedores ahora prohibidos.
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Huawei responde
En este sentido, Huawei ha criticado que el gobierno portugués tome la decisión sin haber sido "consultada al respecto". La compañía china ha puesto en valor el trabajo realizado durante las dos últimas décadas con las telecos lusas para "construir redes inalámbricas y proporcionar servicios de calidad que conectan a millones de personas".
Además, "Huawei ha sido elogiada por el Gobierno portugués y muchas entidades públicas y privadas por crear puestos de trabajo altamente cualificados, invertir fuertemente en innovación y transformación digital y dedicar más de 1 millón de euros a la formación de talentos digitales" y reafirma su compromiso con el cumplimiento de "todas las leyes y regulaciones aplicables".
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