Prueba Realme C55: Mucho más que la ‘isla dinámica’ en Android

Diseño

En cuanto al diseño no hay demasiadas sorpresas. Nos encontramos frente a un dispositivo de un precio que ronda los 200 euros, y por ello los materiales de construcción suelen ser más humildes con la intención de abaratar los costes. Con ello contamos con una construcción en plástico, pero con un acabado metálico que sienta bien estéticamente. El C55 está disponible en dos tonalidades, una más sobria en negro, y otra más estilosa en una mezcla de dorado champagne y amarillo. Mención aparte para el bonito efecto que se produce al incidir la luz sobre la trasera, que cambia ligeramente de tonalidad y brilla de una manera elegante.

Sus formas se acercan a la corriente de móviles con menor tendencia a las formas curvadas y la aparición de más ángulos. Los cantos, por ejemplo, presentan forma plana. En lo relativo a la distribución de los elementos principales, en el canto derecho encontramos el botón de bloqueo, que incluye a su vez el lector de huellas dactilares. Justo por encima de este se ubica la botonera de control de volumen, que pese a sus materiales se percibe de calidad.

En el canto inferior se encuentra el puerto para el cable de carga USB-Tipo C, la ranura del altavoz y un tercer puerto que ya solo se encuentra en esta clase de dispositivos de gama media, el jack para auriculares. En la parte trasera destaca el módulo de cámaras, de una tonalidad contrastante y con dos círculos ligeramente protuberantes que acomodan las lentes de la doble cámara del Realme C55. Este módulo es la principal apuesta estética del equipo junto a sus cantos rectos. Quedará a la percepción de cada usuario y sus preferencias personales si es acertada o no.

Pantalla

Pasamos a hablar de la pantalla, un apartado indispensable en todo móvil pues es el elemento al que pasamos mirando todo el tiempo que se use el equipo. Y bien, ¿qué tal es la pantalla que incorpora el C55?

Se trata de un panel con tecnología LCD IPS de 6,7 pulgadas. Cuenta con resolución FullHD+ (2400 x 1080) que arroja una densidad de 680 píxeles por pulgada. Pese a que nos hubiese gustado ver tecnología AMOLED su ausencia está justificada por el ajustado precio del equipo. No obstante la pantalla ofrece colores vibrantes y la suficiente definición como para poder disfrutar de una experiencia de navegación por internet y visualización multimedia óptima

La tasa de refresco del panel es de 90 Hz, un añadido que se agradece, pues genera una agradable sensación de fluidez al navegar por la interfaz del dispositivo.

La pantalla es correcta en líneas generales, pero se echa de menos algo más de brillo y la tecnología AMOLED

El punto negativo de la pantalla se encuentra en su nivel de brillo, debido a varios motivos. Por un lado la regulación automática no funciona todo lo bien que nos hubiera gustado, demorando más de lo esperable en muchas ocasiones y no siendo del todo certera. Por otro lado el brillo máximo se queda ligeramente corto, dificultando la correcta visibilidad de la pantalla en entornos con mucha luz, como un día soleado de verano.

Rendimiento y experiencia de uso

Si Realme ha ganado popularidad en el mercado de teléfonos inteligentes es por su tendencia a ofrecer dispositivos asequibles con un gran rendimiento y características interesantes.

Para el Realme C55 la firma china ha optado por un procesador de MediaTek, el Helio G85.Se trata de un chip de gama media, de 12 nanómetros y 8 núcleos que, acompañado de la GPU Mali G52-MC2, ofrece un rendimiento competente para tareas diarias y multitarea.

Sin embargo, con estas especificaciones modestas en gran medida, no se puede esperar del dispositivo grandes alardes de potencia bruta. Por ello no sería el móvil ideal para aquellos usuarios interesados en realizar tareas más demandantes, especialmente el apartado gráfico, como juegos 3D. Si se desea ejecutar esta clase de aplicaciones tendrá que ser con los ajustes gráficos en calidad baja para disfrutar de una experiencia fluida y sin parones

En lo relativo a la memoria, el Realme C55 cuenta con 8 GB de memoria RAM y 256 GB de almacenamiento interno, una cifra nada desdeñable para el precio del terminal, especialmente teniendo en cuenta que también ofrece la posibilidad de aumentar el almacenamiento hasta un total de 2TB mediante el uso de una tarjeta MicroSD.

La batería es la verdadera estrella del Realme C55. Gracias sus espectaculares 5000 mAh y al hecho que, por sus características, el dispositivo está pensado para un uso más casual, basado principalmente en redes sociales y consumo multimedia ocasional (que no son tareas realmente exigentes), la autonomía del mismo es realmente espectacular. Con un uso moderado se puede llegar perfectamente a los dos días sin necesidad de cargar el equipo. Y para cuando llegue el momento que se agote la batería, el C55 cuenta con 33W de carga rápida y el material necesario (cable y cargador) incluido en la caja.

En términos de software el dispositivo funciona con la capa de personalización Realme UI en su versión 4.0 corriendo por encima de Android 13. Esta capa de personalización no es desconocida, siendo muy similar a la de los equipos Oppo y OnePlus por pertenecer al mismo grupo.

Por último hay que mencionar la mini cápsula, una suerte de ‘isla dinámica’ como la del Iphone de Apple que hace su aparición por primera vez en Android de la mano del Realme C55. Pese a que ha generado algún que otro titular por su carácter novedoso esta función no pasa de ser meramente anecdótica, pues no aporta realmente nada de utilidad. Además, al momento de realizar esta prueba sólo aparece al enchufar el terminal a la red para indicar el estatus de carga. Realme ha prometido que su abanico de funciones se ampliarán con el tiempo

Cámara

Históricamente el apartado fotográfico es uno de los más flojos en dispositivos de gama media. Esto se debe a múltiples factores, siendo el más relevante una cuestión de ahorro de costes, recortando mediante la compra de sensores más modestos que no ofrecen resultados excelentes, pero que son válidos para el público de esta clase de equipos.

El Realme c55 no altera en gran medida esta tendencia, pero su cámara servirá perfectamente para la captura de imágenes destinadas a redes sociales, por ejemplo.

En lo relativo a sus sensores principales el dispositivo monta un sistema de doble lente. En un principio la aparente falta de sensores no es algo malo, pues la gama media había cogido el manido vicio de incluir lentes carentes de utilidad con el único objetivo de inflar la hoja de especificaciones. Sin embargo este también es el caso del C55 pues de su doble cámara solo un sensor tiene realmente utilidad.

Esto se debe a que de los dos sensores que conforman el módulo de cámara trasera, uno es un medidor de profundidad de 2 megapíxeles. El sensor principal, el que sí revierte utilidad, cuenta con 64 megapíxeles, sin estabilización óptica y con la posibilidad de grabar vídeo hasta 1080p a 60 fotogramas por segundo. La cámara delantera tiene 8 megapíxeles y las mismas capacidades en captura de vídeo

Y bien, ¿cómo son las fotografías del Realme C55? Pues como en la gran mayoría de móviles, pero especialmente en aquellos con especificaciones más modestas como este caso concreto, dependen en gran medida de la cantidad de luz. En condiciones normales, con buena luz y poco contraste las fotos son buenas, con una cantidad de detalle óptima gracias a los 64 megapíxeles y una representación del color con tendencia a la saturación pero sin estar sobreprocesado de forma que quede antinatural.

La fotografía nocturna cuenta con un modo dedicado que aumenta el tiempo de exposición al tomar la fotografía, por lo que el teléfono se debe mantener estable y el sujeto fotografiado estar fijo, de lo contrario la fotografía saldrá borrosa. Este modo noche añade detalle y reduce la cantidad de ruido, pero suaviza mucho las formas creando el llamado efecto acuarela que deja un tono final algo procesado que luce poco natural.

El vídeo sufre de la falta de estabilización óptica y el zoom no es realmente usable pues se pierde mucha calidad con pocos aumentos al carecer de lente telefoto dedicada. La cámara selfie es correcta sin alardes, perfecta para compartir una fotografía rápida en redes.

En resumen, este móvil está lejos de ganar ningún premio a la mejor cámara, pero tiene la calidad suficiente para aquellos usuarios que quieran capturar recuerdos y compartirlos en redes de forma ocasional.

¿Me lo compro?

El Realme C55 comenzó a llamar la atención por ser el primer terminal en Android en adoptar la ‘isla dinámica’, pero es mucho más que eso. Es una gran batería con autonomia para horas y horas, es una gran pantalla perfecta para navegar por la red y consultar redes sociales. Y lo más importante, es todas esas cosas por 200 euros, un precio justo que le confiere un buen valor calidad-precio.