En diciembre del pasado año, Bruselas abrió una investigación en profundidad para evaluar la operación y su impacto en la competencia en el mercado de suministro de NIC, FC HBA y adaptadores de almacenamiento, tres productos en los que Broadcom ya es líder a nivel global, pero la semana pasada dio luz verde a la operación.
Ahora le ha llegado el turno al regulador británico que ha concluido que la operación "no debilitaría la competencia" en el suministro de componentes críticos para servidores.
El regulador ha estudiado la posibilidad de que el acuerdo perjudicara a la capacidad competitiva de los rivales de Broadcom si la empresa fusionada hiciera que los productos de terceros funcionaran peor (o no funcionaran en absoluto) con el software de virtualización de servidores de VMware. Sin embargo, ha concluido que “el posible beneficio financiero para Broadcom y VMware de hacer que los productos rivales funcionen peor con el software de VMware no compensaría el posible coste financiero en términos de pérdida de negocio”.
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Ante estas conclusiones, el regulador ofrece su opinión provisional, aunque el sí definitivo llegará en las próximas semanas ya que mantendrá un canal abierto para escuchar la opinión de las partes interesadas hasta el 9 de agosto antes de emitir el informe final, cuya fecha límite es el 12 de septiembre.
Ahora, la operación valorada en 69.000 millones de dólares (61.000 millones por la compra y 8.000 millones de deuda) queda en manos del regulador de Estados Unidos, que es el único que todavía no ha emitido un veredicto al respecto y que se encuentra realizando una investigación a fondo en segunda fase. Una vez reciba el visto bueno definitivo de la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos, Broadcom podrá adquirir VMware
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