El acuerdo en efectivo y acciones, anunciado en septiembre del año pasado, es el último en enfrentarse un escrutinio riguroso por parte de reguladores preocupados por las adquisiciones de las grandes tecnológicas que se fortalecen con la compra de startups consideradas como rivales incipientes.
Adobe pagará así 1.000 millones de dólares a Figma para poner fin a esta operación, después de que el mes pasado, el regulador británico asegurara que el acuerdo perjudicaría la innovación en el software utilizado por la mayoría de diseñadores digitales en Reino Unido, preocupaciones muy similares a las que anteriormente había mostrado la Unión Europea.
La firma, propiedad de aplicaciones como Photoshop, Illustrator y Premier Pro, entre otras, ha rechazado asumir ningún tipo de remedies para aliviar las preocupaciones en materia de Competencia, asegurando que cualquier acción afectaría muy negativamente a los beneficios de la operación y ha defendido que no compite con Figma, salvo con Adobe XD, una herramienta de diseño que reporta pérdidas desde hace tres años.
Las compañías "discrepan firmemente con los recientes hallazgos regulatorios, pero creemos que es lo mejor para ambos seguir adelante de manera independiente", asegura Shantanu Narayen, CEO de Adobe.