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Gabriela Paoli, y autora del libro “Salud digital: claves para un uso saludable de la tecnología”
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Gabriela Paoli, y autora del libro “Salud digital: claves para un uso saludable de la tecnología”

Más hiperconectados que nunca

Por Firma invitada
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infozonamovilidades/4/4/18
domingo 11 de octubre de 2020, 10:00h

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No cabe duda que nuestras vidas han cambiado desde la llegada del coronavirus. Nos hemos vistos obligados a poner pausa de repente, a reorganizar nuestras casas, nuestro trabajo y nuestra manera de vivir y convivir.

La verdad es que, además de estos cambios a nivel de logística, estamos aprendiendo a gestionar la incertidumbre, el miedo, la soledad… en muchos casos la gente está viviendo al día.

La pandemia del coronavirus ha provocado una verdadera aceleración tecnológica. Hemos vivido una verdadera avalancha tecnológica, se han producido cambios y transformaciones que estaban pensados que sucedieran en diez años, y de forma progresiva, se nos ha instalado de forma vertiginosa y casi siendo poco conscientes en semanas, en dos o tres meses.

"Hoy estamos más hiperconectados que nunca, nuestro mundo real se ha convertido en unos meses en mundo virtual y aún queda mucho por venir"

Antes de que sucediera todo esto, ya había personas que se resistían a entrar de lleno dentro del mundo virtual. Por diversas razones se negaban a vivir conectados a sus dispositivos. Hoy estamos más hiperconectados que nunca, nuestro mundo real se ha convertido en unos meses en mundo virtual y aún queda mucho por venir; me refiero en cuanto a avance e implementación de tecnología. Yo me animaría a nombrarla como la “otra pandemia”, la pandemia digital.

Cuidado, las decisiones, los mensajes y nuestros gestos cotidianos van dejando huella, van creando hábitos y costumbre muy poco favorables para nuestra salud.

La hiperconectividad nos afecta a todos los niveles: individual, en nuestras relaciones sociales, en la relación de padres e hijos, con nuestra pareja, con nuestros amigos, en el trabajo, etc. La persona hiperconectada se distrae con facilidad ante la multitud de estímulos visuales y auditivos, además del fácil acceso a infinidad de recursos y aplicaciones que no siempre tienen que ver con el interés por el cual iniciamos la conexión. Así, fácilmente y casi sin darnos cuenta del paso del tiempo, pasamos de mensaje en mensaje, de video en video…y mientras tanto la vida sigue. Numerosos estudios plantean que las personas recurrimos a los dispositivos mayoritariamente cuando estamos aburridos o estresados. Es por esto por lo que la red, se ha convertido en el “analgésico digital”, nos distraemos y destresamos a golpe de clic. Adormece nuestros sentidos, nuestros deseos, nuestra curiosidad, nos proporciona una sensación falsa de saciedad y gratificación.

Paradójicamente tenemos la sensación de estar más conectados que nunca y a la vez hay en el mundo más gente que se siente sola. La soledad se hace más latente y cruel a través de ese intento de conexión y sociabilización. Nos hace crear relaciones superficiales y rápidas, que se desvanecen con un tan solo “dejar de seguir” o “bloquear”.

Estamos viviendo en una sociedad, donde adultos, jóvenes, y niños, presentan bajo umbral a la tolerancia y a la frustración, además que ya no sabemos esperar, queremos todo al momento. Esto es lo que nos venden y esto es lo que compramos y consumimos. Los tiempos de espera han cambiado, no sabemos esperar, buscamos frenéticamente nuestra felicidad y gratificación inmediata. La sensación de logro y saciedad momentánea, que finalmente nos genera un profundo vacío existencial.

La vida digital es el mayor agujero negro por donde se escapa nuestro apreciado tiempo y nuestra salud física y mental.

"La tecnología debe mejorar nuestras vidas, facilitarnos el acceso a información y al conocimiento. Debe estar a nuestro servicio, no nosotros al suyo"

Sin embargo, no se trata de demonizar el mundo virtual y sus múltiples dispositivos, se trata de ser conscientes de sus beneficios y sus posibles riesgos. La tecnología debe mejorar nuestras vidas, facilitarnos el acceso a información y al conocimiento. Debe estar a nuestro servicio, no nosotros al suyo.

Si yo os preguntara qué es lo más importante de vuestras vidas en estos momentos, seguramente la mayoría responderíamos lo mismo: nuestra familia, la salud… en definitiva todos valoramos lo mismo. Priorizamos nuestros afectos, nuestros seres queridos, la salud, el bienestar, el amor… Pero mi pregunta es: ¿vivimos en coherencia con nuestras prioridades? o más bien, todo lo contrario.

Está claro que nuestra felicidad pasa por ver bien a nuestros familiares y amigos, conectar con las cosas bellas de la vida, vivir momentos, compartir experiencias cargadas de emociones, la vida sucede en nuestro mundo real, no en el virtual.

"¿Quieres vivir hiperconectada, tecnoestresada, acelerada y aturdida por la cantidad de información o deseas una vida tranquila y con sentido?"

Los cambios más importantes en la vida de una persona se hacen de adentro hacia fuera, por esto es fundamental de vez en cuando parase a pensar y reflexionar si estamos viviendo en coherencia con nuestros valores. En este caso, los valores tienen que ver en cómo quieres vivir tu vida. ¿Quieres vivir hiperconectada, tecnoestresada, acelerada y aturdida por la cantidad de información o deseas una vida tranquila y con sentido?

Este sería mi último consejo, el de alinearte con tu escala de valores y vivir en consonancia con ellos y evitar que las prisas, el aburrimiento, la frustración, el vacío hagan que caigas y te sumerjas en los dispositivos y vivas en un mundo virtual. Levanta la mirada, vive conforme a tus valores, ellos son nuestra brújula; además de guiarnos, pueden ayudarnos a realizar cambios beneficiosos para nuestras vidas. Elige vivir mejor.

Autora: Gabriela Paoli, psicóloga, experta en adicciones tecnológicas y autora del libro “Salud digital: claves para un uso saludable de la tecnología”

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