La red móvil de Yoigo, operativa durante casi dos décadas, encara sus últimos días en activo tras el proceso de apagado progresivo llevado a cabo por MásOrange desde hace meses.
Se trata de un movimiento clave dentro de la estrategia de consolidación que sigue a la fusión entre MásMóvil y Orange, unificando infraestructuras y reduciendo duplicidades en un mercado cada vez más competitivo.
El cierre definitivo de los nodos de Yoigo no es una sorpresa, sino un paso natural tras la integración de las dos redes. El objetivo principal es optimizar recursos: menos antenas, menos costes de mantenimiento, ahorro en alquiler de emplazamientos y reducción en pagos a proveedores. Según los planes de la compañía, la fusión debe generar sinergias superiores a los 500 millones de euros anuales a partir de 2027, y el apagón de la red de Yoigo es una pieza esencial para alcanzar esa meta.
En su último informe financiero, MásOrange confirmó un ahorro de 230 millones de euros en el primer semestre de 2025, con la previsión de cerrar el año en 300 millones. Una cifra que, aunque relevante, sigue lejos del objetivo fijado a medio plazo.
¿Cómo avanza el apagado?
A comienzos de 2025, Yoigo mantenía encendidos más de 7.400 nodos, pero el ritmo de desconexión se ha acelerado. En abril, la cifra había descendido a 6.300, y según el registro, apenas quedan 439 nodos activos. La mayoría se ubican en la provincia de Barcelona, en la banda de 1800 MHz. Estos últimos emplazamientos desaparecerán en cuestión de días, poniendo fin a una red que llegó a contar con casi 12.000 nodos en 2022.
Los usuarios de todas las marcas del grupo, MásMóvil, Pepephone, Virgin Telco, Euskaltel, entre otras, migrarán automáticamente a la red de Orange
El cierre no afectará a los usuarios, ya que todas las marcas del grupo, MásMóvil, Pepephone, Virgin Telco, Euskaltel, entre otras, migrarán automáticamente a la red de Orange, que ofrece cobertura 4G a más del 99% de la población y 5G a cerca del 90%. No se requieren cambios en la SIM ni ajustes en los dispositivos.
Yoigo inició su historia en el año 2000, cuando Xfera Móviles obtuvo las primeras licencias para 3G en la banda de 2100 MHz. Sin embargo, no comenzó a operar hasta 2006, tras múltiples retrasos. A lo largo de su trayectoria, la red protagonizó hitos relevantes, como ser la primera en lanzar el servicio 4G en España en 2013, gracias a las frecuencias en 1800 MHz que heredó tras la reorganización del espectro.
Posteriormente, la compañía reforzó su capacidad incorporando bloques en 2600 y 3600 MHz mediante adquisiciones, incluida la compra de Neutra y Euskaltel. No obstante, su infraestructura siempre fue la más reducida entre las grandes operadoras nacionales. Aun así, llegó a competir con cerca de 12.000 nodos activos, una cifra significativa para una compañía que basó su modelo en tarifas agresivas y acuerdos de compartición de red.
Qué implica para el mercado y los usuarios
El apagón de la red de Yoigo es más que un ajuste técnico: simboliza el cierre de una etapa en la telefonía móvil española marcada por la fragmentación y la competencia disruptiva. Ahora, el sector se encamina hacia un escenario de consolidación, con menos actores en infraestructura y una apuesta clara por la eficiencia.
Para los usuarios, la transición será transparente. Las marcas seguirán operando bajo la red de Orange, con acceso garantizado a las tecnologías actuales y futuras, incluida la expansión de la 5G. El movimiento también permitirá a MásOrange concentrar sus inversiones en redes de nueva generación y servicios de valor añadido, en lugar de mantener dos infraestructuras paralelas.