Sencillamente, impresionante. O tal vez, cabría definirlo como “un derroche de tecnología”. Así es el último teléfono de LG, que llega al mercado para reivindicar que ellos también saben y que cuando lo hacen, se dejan la piel. Y es que, allá donde han podido innovar, lo han hecho y han lanzado un grito alto y claro para notificar al mercado que 2016 ha llegado y que piensan tomar la delantera y cobrar todo el protagonismo que les sea posible. Tal vez, el que otros le arrebataron injustamente en algunos momentos.
Fue de la mano de Qualcomm y de LG de quien aprendimos en Corea, hace ya año y medio, lo que era un smartphone 4G+, o más técnicamente definido, un móvil LTE Cat.6. Aquel LG G3 que, aún, seguimos considerando que fue uno de los tres mejores teléfonos de 2014, compartiendo pódium con HTC y Samsung, nos enseñó algo que pusimos una y mil veces negro sobre blanco: ¡Ojo, que el equipo de ingeniería de LG poco tiene que envidiar!
Ese mismo año, había salido un Flex 2, ergonómico y recubierto de un material que restauraba los pequeños arañazos en la carcasa: novedoso y fantástico, aunque caro. Salió el G4 en 2015 y, tal vez porque se centró mucho en la piel que recubría la trasera, tal vez porque las estrellas no se conjuntaron correctamente, el smartphone no fue suficientemente valorado.
Y ahora, el V10, el primero de una nueva línea dentro de la marca coreana, lleva un derroche de innovación que parece casi excesivo. Abruma, te da la impresión de que algo se te va a escapar.
La cámara de 16 Mpx f/1.8, sencillamente espectacular; con ajuste manual muy avanzado; modo automático, multivista, panorama, cámara lenta e intervalo de tiempo
V10, sus puntos ¿débiles?
Y por eso, preferimos empezar por lo que pueden parecer los puntos débiles: el precio: que está en torno a los 700 euros, pero que está 200 euros por debajo de sus ‘homólogos’. Y el procesador: un Qualcomm Snapdragon 808 hexa-core de 20 nm, con arquitectura ARM (2x Ctx A57 + 4x Ctx A53) y procesamiento de 64 bit.
Y aquí hay que detenerse, porque el consumidor se ha acostumbrado a que se le lancen mensajes tecnolЧgicos que no siempre comprende (no es requisito fundamental en la vida ser ingeniero de telecomunicaciones) y que hace suyos sin entender realmente el fondo de lo que, en muchos casos, es markerting puro. Es el caso del Snapdragon 808 al que suele ser fácil ver denostado en aras del 810, ya que éste último es octa-core.
Sin embargo, el Snapdragon 808 es un SoC realmente equilibrado, que aporta una velocidad de procesamiento magnífica con un menor consumo de batería y temperatura más baja. Hay que explicar que, normalmente, los teléfonos móviles inteligentes utilizan dos núcleos, a veces cuatro y sólo en tareas de mucha exigencia tira del resto. Así mismo, conviene recordar que la primera versión del 810 producía un sobrecalentamiento y que el propio líder de los semiconductores lo corrigió en una segunda ‘release’, ya optimizada. No obstante, muchos fabricantes se mostraron cautos a la hora de elegir lo mejor para sus mejores productos.
Igualmente importante, es el tema de la computación de 64 bit, un slogan que Apple lanzó al mercado -ya hace dos años-, pero que no tenía mucha efectividad con una RAM menor a 4GB (como la que lleva este LG V10); ya que los bit, asociados a 32 o 64 determinan la forma en que un equipo administra la información y en dispositivos con DRAM pequeña no suele notarse la diferencia; sin embargo, si hablamos de 4GB, como es el caso de este LG, ya empieza a ser importante. Otro factor asociado a los bit es la gestión de la multitarea, sobre todo, audio y video en tiempo real; seña de identidad en el V10.
Bondad, también, del 808 es su capacidad en términos de conectividad. En este caso el fabricante ha determinado que sea Cat.6 (X10 LTE), y que permita descargas hasta de 450 Mbps (3x20 MHz), de forma que se puede bajar video en 4K Ultra HD en un abrir y cerrar de ojos (una película en menos de un minuto).
Eso sí, si nos fiamos sin más de los benchmark automáticos, siempre se situará por debajo de los octacore.
En el ámbito de la conectividad, el LG V10 incluye tecnología WiFi 802.11 n/ac MU-MIMO, la cual permite utilizar la banda de 5 GHz y triplica la velocidad de transmisión, al tiempo que optimiza el uso de batería; también, Bluetooth 4.1, soporta NFC, incluye USB 2.0 OTG y en términos de geolocalización, A-GPS, GLONASS e Izat.
A este respecto, un detalle curioso, porque hace años que los chipset de Qualcomm utilizan esta tecnología que optimiza el posicionamiento, especialmente en interiores o lugares sin cobertura. Sin embargo, ahora el teléfono pide autorización al usuario al iniciar la configuración, ya que la multinacional americana almacena el posicionamiento de forma anónima en sus servidores y vende los datos para gestión de BigData y otros usos.
Toda la mecánica del terminal funciona gracias a una batería de 3.000 mAh con sistema de carga rápida integrado.
Resistencia, pantallas, cámaras
Y si todo lo anteriormente dicho es lo peor, imaginemos lo mejor: líneas puras para un phablet, algo pesado debido a su tamaño y materiales, aunque manejable, con una pantalla de 5,7” (IPS Quantum Display) Quad HD, una ratio de 70,8 % sobre el cuerpo total de una carcasa de acero inoxidable recubierta con un óxido de cromo especial, lo que le otorga no sólo un color muy elegante, sino una propiedad que ya tenía el Flex2: la recuperación del material en caso de arañazos, de forma que se mantiene su aspecto de nuevo por más tiempo. Igualmente, hay que subrayar que lleva una silicona ultra resistente en los bordes y doble capa de la última generación de cristal Gorilla Glass en el frontal. Es decir, que, si lo rompemos, ya es cuestión de voluntad, torpeza o mala suerte, porque el fabricante ha puesto todo lo que está a su alcance para que el V10 sea una adquisición duradera.
La trasera, de un material que denominan Dura Skin, tiene un diseño reticulado muy original que aporta sujeción y está tan bien encajada que parece un terminal unibody.
Y, es precisamente aquí donde vemos algunos temas dignos de mención: de una parte, la botonera trasera, marca de la casa, que ahora suma un pulsador de activación central el cual, a la vez, es lector de huella digital.
La cámara de 16 Mpx f/1.8, sencillamente espectacular; tal vez la que con más capacidad de ajuste manual hayamos conocido; modo automático, multivista, panorama, cámara lenta e intervalo de tiempo (time lapse). El sonido, dado el conjunto de micrófonos que monta el equipo, se graba y reproduce de forma nítida. Los videos se pueden editar sobre la marcha o montar clips, directamente desde el teléfono. Por supuesto, estabilizador de movimiento y posibilidad de realizar ajustes mientras se graba.
A derecha e izquierda de la cámara principal, el doble flash de LED (evita ojos rojos) y el enfoque láser, prácticamente instantáneo, que ya conocíamos.
No podemos dejar el apartado de fotografía sin reseñar que, la cámara frontal es dual, de 5Mpx f/2.2, para tomas individuales o en grupo. Es decir, como bien explica el fabricante, una función “para poder dejar el palo selfie en casa”.
Esta cámara se sitúa sobre la pantalla, o mejor decir en la segunda pantalla de 2.1” con resolución 160 x 140 px, de disposición horizontal, configurable, con una presentación en B/N (apagada) y con la firma del propietario a la vista, acceso rápido a notificaciones, contactos favoritos, aplicaciones, etc., (encendida); lo cual permite un considerable ahorro de batería.
Lollipop 5.1.1
Desbloquear la pantalla es algo que se puede hacer de muchas maneras, desde codificar un golpe, poner una clave, utilizar la huella o un trazado. Inmediatamente, veremos las peculiaridades de la versión de Android Lollipop 5.1.1, actualizable; así como todas esas apps que caracterizan a la marca y que tanto gustan como QuickMemo+, QSlide o el sonido Hi-Fi DAC en los auriculares (incluidos en el pack).