Hoy, durante la celebración de DigitalES Summit 2020, el congreso sectorial organizado por la patronal de las empresas de telecomunicaciones, la vicepresidenta Nadia Calviño se declaró satisfecha “por lo logrado en estos meses” y por el ritmo de incorporación de las comunidades autónomas al uso de la aplicación; asegurando que una vez estén todas incorporadas se afrontarán -en torno a la segunda quincena de octubre- pruebas para la interoperabilidad con las apps que existen en otros países.
"Esto es particularmente importante -afirmó Calviño- en un país, como el nuestro, que recibe tantos turistas y por eso hemos querido también estar a la cabeza de este tipo de pruebas para asegurarnos de que cualquier ciudadano europeo puede utilizar su app también cuando esté en España”.
La ministra avanzó, también, que se va a alargar el periodo de control temporal actual para saber con qué personas se ha tenido un contacto próximo más allá de los últimos 7 días: “Vamos a ver si podemos alargar ese período de control y eso nos va a dar una memoria adicional a la que nosotros podemos tener y facilitar el control de la expansión de la pandemia”, añadió.
Madrid lo probará en Guadarrama
Por su parte, la CAM, región más afectada del país, ha anunciado que va a poner a prueba Radar Covid en Guadarrama, y tras constatar su correcto funcionamiento, lo irá distribuyendo en otros pueblos y ciudades de la Comunidad; circunstancia que retrasa los planes del Gobierno en torno a la utilización de una aplicación que requiere que el 20% de la población, como mínimo, la tenga activa para ser útil y que pueda tener un impacto sobre la pandemia del 30%
Se afrontarán -en torno a la segunda quincena de octubre- pruebas para la interoperabilidad con las apps que existen en otros países
Qué es Radar Covid
Radar Covid es la aplicación para teléfonos móviles que ha auspiciado el Gobierno de España, basada en librerías de programación (APIS) de Google y Apple, de código abierto, para realizar trabajo de rastreo de contagios y avisar a quienes han estado en situación de riesgo que están en peligro y deben mantenerse confinado.
Para que el software sea efectivo, los ciudadanos deben descargarse la app de las tiendas correspondientes de las dos multinacionales americanas, registrarse, mantener el Bluetooth activado continuamente (te avisa si lo desconectas) y si tiene un PCR positivo en algún momento, introducir el número que le facilita un facultativo para que el teléfono avise a quienes tienen la app descargada y han estado cerca en los últimos días a menos de 1,5 m y durante más de 30 minutos de que están expuestos. El procedimiento se realiza mediante una asociación de códigos geolocalizados que se alojan en la nube -sin dato personal alguno-, lo que se denomina ‘match’ o coincidencia; pero los usuarios deben entrar regularmente a Radar Covid para controlar personalmente su situación sanitaria y comprobar si han recibido algún aviso.
Garantiza el anonimato, pero ¿de quién es la data?
Tal y como ha explicado Artigas en reiteradas ocasiones, esta aplicación garantiza el anonimato de los ciudadanos, ya que sólo intercambia códigos emitidos por el programa cuando se detectan dos móviles en proximidad por un tiempo determinado y sólo se guardan durante el que se considera periodo de riesgo -el que considera aumentar Calviño-.
Lo que no queda claro (y en la Secretaría de Estado no han sabido darnos respuesta) es si Google y Apple disponen, en consecuencia, de la data que generan todos los móviles en los que la aplicación se ha instalado, tal y como sucede con todos los datos resultantes del uso de terminales móviles equipados con Android y GMS o iOS; lo que concedería a las empresas americanas la ventaja de la investigación y el análisis de big data que, seguramente, requerirían los científicos y los analistas españoles. Nos referimos no a quién está donde, sino a los datos masivos y anonimizados que registra cualquier móvil y prácticamente todas las aplicaciones, que normalmente se utilizan para convertirlos en publicidad personalizada o que se venden a empresas de gestión de datos bajo la figura de ‘data brokers’.