Solo una de cada diez pymes usa factura electrónica pese al aumento del apoyo y la concienciación

El estudio revela que más de la mitad de las pymes esperarán hasta el último momento para adaptarse a la obligatoriedad, prevista para los próximos dos años. La falta de formación y comprensión sobre cómo implementarla es el principal obstáculo: el 54% reconoce no tener los conocimientos necesarios y uno de cada tres empresarios señala el alto coste y la complejidad de las soluciones actuales como freno a la adopción.

Aun así, el 60% de las pymes españolas apoya su implantación obligatoria, lo que demuestra un nivel de confianza superior a la media europea. Además, entre quienes ya la utilizan, el 72% se declara satisfecho y el 54% la considera una inversión que impulsa la productividad y reduce errores.

El informe destaca que la digitalización de la facturación acelera la transformación tecnológica de las empresas. Nueve de cada diez pymes que ya la han implementado afirman haber adoptado también soluciones basadas en inteligencia artificial o computación en la nube.

La factura electrónica se perfila como una herramienta clave para combatir la morosidad, el fraude y la ineficiencia fiscal. Según Sage, permite reducir los plazos de pago hasta en cuatro días, disminuir los impagos en un 20% y detectar irregularidades antes del abono.

“La factura electrónica es la base de una economía más eficiente y equitativa. Aunque crece la concienciación, la baja adopción sigue siendo preocupante. España necesita más formación, ayudas y coordinación para garantizar su implantación exitosa”, explica José Luis Martín Zabala, Managing Director de Sage Iberia.