Este imperio de las telecomunicaciones se posiciona así como líder indiscutible del mercado en nuestro país, al menos, en materia de clientes (por negocio siguen por detrás de Telefónica).
El ejemplo perfecto de lo que es MasOrange lo podemos ver con la escena de ‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres’ en la que los orcos se postran frente a las puertas de la fortaleza de Cuernvailla en el abismo de Helm, que defienden el reino de Rohan junto a sus aliados, los elfos liderados por Heldir y enviados por el rey Elrond, del enemigo: un grupo de orcos y Uruk-hai enviados por Saruman. Al límite de sus esfuerzas y con las murallas traspasadas por todos los enemigos llega la esperanza, la luz que trae consigo Gandalf junto a un grupo de caballeros de Rohan.
¿Y qué tiene que ver esta escena, ya sea del libro original o de la película? Pues bien, en este ejemplo, el enemigo es el desplome económico de un sector tremendamente necesario para el futuro de cualquier país; mientras que el rey Théoden de Rohan, podríamos ejemplificarlo con Meinrad Spenger, que lidera un grupo de soldados muy diversos (humanos, elfos y el grupo de caballeros aún más dispar que representan los miembros presentes en la batalla de la Comunidad del Anillo) pero que se unen (grupo de marcas y compañías que se han ido agrupando bajo el estandarte del Grupo MásMóvil) para defenderse; y Orange (el grupo de caballeros de Rohan con Gandalf al frente) representa la esperanza de este dispar grupo para hacer frente al enemigo.
Las armas de la batalla
A pesar de ello, el final todavía no está escrito pero sí parece que las cartas (armas) sobre la mesa son las correctas. ¿Y cuáles son estas cartas?
Las respuesta es sencilla, unos números muy trabajados: más de 37 millones de clientes (lo que les convierte en líderes en móvil y fibra); un negocio que supera los 7.400 millones de euros de facturación; un EBITDA de más de 2.600 millones de euros; y una valoración combinada de 18.600 millones (por poner en contexto, la capitalización bursátil de Telefónica es de unos 23.230 millones de euros); con la previsión de generar unos 500 millones de euros en sinergias a partir del cuarto año posterior al cierre.
Pero no solo de armas se puede vivir, para ello es necesario un ávidos grupo de guerreros que, en este caso, estarán capitaneados por Meinrad Spenger, un austriaco obstinado con conseguir sus sueños y proyectos que con 30 años creó un operador móvil virtual en el año 2006 (MásMóvil) y que lo cubrió de color amarillo sin temer tentar a la suerte. Y lo consiguió. Aquel pequeño OMV es hoy líder del mercado de las telecomunicaciones en España gracias a una suerte de operaciones de M&A que le ha permitido ir escalando la montaña y superando las corazas de los orcos en apenas 18 años.
Nuevo líder en las telecomunicaciones españolas
La operación de la fusión, aplaudida por toda la industria y vista como necesaria incluso por sus rivales (salvo, quizás, Vodafone que se quedó con las ganas…), supone un cambio radical al panorama de las telecomunicaciones en España.
Desde 1924, sí justo hace 100 años, el mercado estaba dominado por una compañía. Durante los primeros 70 años, las comunicaciones en España estaban bajo el dominio y control de Telefónica (Primera Edad de las telecomuniaciones en España), el incumbente que convirtió a nuestro país en uno de los que más kilómetros de fibra tienen desplegada a nivel global, que mantenía un monopolio.
En 1998, sin embargo, la apertura económica del país lleva a liberalizar este sector y permite la entrada progresiva de compañías que hoy en día ya no tienen nada que ver con lo que fueron (Airtel y Amena), pero que ahora tienen nombres más reconocidos: Vodafone la primera (ahora pasa a manos de Zegona) y Orange la segunda (ahora pasa a ser MasOrange), dando paso a la Segunda Edad de las telecomunicaciones en España.
Durante todo este periodo de liberalización, la feroz competencia por ir creciendo en el mercado, la idea y venida de marcas, negocios, fusiones y consolidaciones, despliegues masivos y entrada de nuevos actores ha ido transformando un mercado que antes solo era de color azul (Telefónica) y que ahora dejará de serlo.
MasOrange, la empresa fruto de la fusión de Orange España y el Grupo MásMóvil, es el nuevo líder del mercado en la telefonía fija, móvil y fibra. Telefónica sigue gobernando el mercado de la televisión de pago (siempre que no se tenga en cuenta a los Netflix, Prime Video, MAX y compañía, puesto que entonces tampoco lidera esa área) y en el negocio empresarial y de Administraciones Públicas (aquí sí, no hay rival a su altura).
Con ello, el mapa pasa a estar pintado de naranja. Le sigue la sombra azulona de Telefónica (otra vez con el Gobierno dentro de su accionariado) y el rojo de Vodafone (ahora en manos del fondo británico Zegona). De cerca, aparecen los rumanos Digi.
Y al quinto día… Digi
La situación que queda en este escenario es que el mercado de las telecomunicaciones españolas pasa de estar dividido entre cuatro a estar en mano de 2+1: los dos gigantes MasOrange y Telefónica, y un tercero debilitado por la situación económica, Vodafone.
Recuperando las referencias a ‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres’, justo en los momentos más duros de la batalla del abismo de Helm, Aragon recuerda la frase de Gandalf: “Espera mi llegada con la primera luz del quinto día. Al alba, mira al este”, y es en ese momento en el que el mago blanco aparece junto a los caballeros de Rohan para culminar la remontada frente a los orcos y ganar la victoria.
Así, en lugar de ser Gandalf es Marius Varzaru, un directivo, nombrado Ejecutivo del Año en 2023 por la revista Zonamovilidad.es, y en lugar de ser caballeros de Rohan, son un grupo de profesionales rumanos (y unos cuantos españoles), cuyo objetivo no es derrocar a los orcos (que también si seguimos con el ejemplo de la maltrecha situación económica) sino a la falta de competencia en el sector español.
De este modo, el mercado español tendrá dos líderes indiscutibles: MasOrange y Telefónica; junto a dos grandes rivales alternativos: Vodafone España y Digi; y tres operadores secundarios (Avatel, Finetwork, Adamo,…) y varios centenares de operadores locales.
Que haya menos telecos en el mercado español no implica que haya menos competencia. Eso, al menos, es lo que han dicho el regulador europeo. La realidad puede ser otra ¿o no? Es pronto para decirlo, pero lo que está claro es que el mercado ya no será igual. La tercera edad de las telecomunicaciones ha empezado.
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