La tecnología podría servir como arma de doble filo para terminar con este problema. Con el transcurso del tiempo se ha podido ver cómo la tecnología ha mejorado el día a día de las personas, y generado un impacto positivo en el mundo. En términos de naturaleza, la tecnología no se queda atrás, ya que ha sido capaz de monitorizar a los animales, entre otros logros. Además, existen diferentes proyectos para salvar a los animales que están en peligro de extinción.
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Siguiendo esta línea, la organización Canadian Wildlife Federation desarrolló un sistema que utiliza GPS para rastrear tortugas laúd y usa la telemetría de radio para explorar murciélagos. Por consiguiente, la Universidad de Harvard ha creado un programa informático para terminar con la caza injustificada. Otro avance bastante interesante se trata del caso de Camboya que tiene más de 15 especies en peligro de extinción a nivel mundial. Ante esto, los expertos están trabajando con la inteligencia artificial y los drones para salvar a estos animales.
También, es importante recordar la existencia del software SMART (Spatial Monitoring and Reporting Tool). Se trata de un programa desarrollado para salvar animales, rinocerontes y delfines. Este sistema está programado para analizar y enviar datos sobre la caza ilegal para alertar a las autoridades. Un factor que lo hace bastante especial es que, monitoriza más de 2.000 especies por todo el mundo. En cuanto a su creación, esta tecnología la desarrolló el fondo mundial para la naturaleza, la sociedad para la conservación de la vida silvestre y los zoológicos de Londres y Frankfurt. Y esto no es todo, un grupo de investigadores de la Universidad de Sydney y Amazon Web Services está utilizando una base de datos remota para tener acceso a información sobre los animales que están en peligro de extinción.
A través de estos ejemplos queda bastante reflejado el impacto del uso de la tecnología para velar por los animales. Si se sigue profundizando en este ecosistema, es importante nombrar el caso de los elefantes de Tanzania, a los que hace cuatro años el Fondo Mundial para la Naturaleza y el gobierno de Tanzania les pusieron collares GPS para protegerlos de los cazadores. Además, fue posible realizar un rastreo de los animales en tiempo real gracias al envío de datos vía satélite para de este modo, poder actuar a tiempo.
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Tras el éxito de esta solución de rastreo, las focas monje también lo llevan. Para fortalecer la seguridad de esta especie marina, se han instalado cámaras de alta definición en las cuevas de las crías. Los sensores en movimiento también han sido un gran aliado para salvar a los animales.
Paralelamente, otra tecnología basta útil para cuidar a los animales es la de observación basada en el espacio, ya que ofrece información crítica sobre la vida salvaje. Las imágenes registradas se están empleando para compartir datos de localización a satélites de órbita, ya que, se envían informes a centros de procesamiento de datos.
Los investigadores de la Universidad de Oxford están usando grabaciones de chimpancés salvajes para generar una inteligencia artificial capaz de detectar y rastrear a estas especies a través del reconocimiento facial.
Finalmente, la tecnología no se olvida de ninguna especie, por ello, ICARUS (International Cooperation for Animal Research Using Space) ha creado un sistema para seguir los patrones migratorios de pequeños animales voladores mediante GPS y transmisores de radio.
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