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Por Antonio Rodríguez
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infozonamovilidades/4/4/18
martes 21 de octubre de 2025, 19:00h

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Apple ha presentado uno de los mayores desafíos legales hasta la fecha contra el Reglamento de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés), la ambiciosa normativa europea destinada a limitar el poder de las grandes tecnológicas.

En una audiencia celebrada ante el Tribunal General de la Unión Europea en Luxemburgo, la compañía estadounidense ha argumentado que la ley impone obligaciones “enormemente onerosas e intrusivas” que vulneran sus derechos en el mercado europeo.

La DMA, en vigor desde 2023, fue diseñada para aumentar la competencia y frenar el dominio de las plataformas digitales más influyentes del mundo. Identifica a ciertas empresas como “guardianes de acceso” o gatekeepers, entre ellas Apple, Google, Amazon, Meta, Microsoft, ByteDance y Booking, y las somete a una serie de restricciones sobre cómo operan sus ecosistemas digitales. Sin embargo, su implementación ha generado tensiones tanto en el ámbito jurídico como en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea.

Apple alega violación de derechos y riesgos para la seguridad

Durante la sesión, el abogado de Apple, Daniel Beard, ha sostenido que la DMA obliga a la empresa a modificar elementos esenciales de su modelo de negocio, afectando directamente su propiedad intelectual y la seguridad de los usuarios. Según Beard, las exigencias de interoperabilidad que impone la normativa, como permitir que los servicios del iPhone funcionen con dispositivos de terceros, incluidos auriculares o relojes inteligentes, podrían poner en riesgo la privacidad y la seguridad de los consumidores europeos.

Además, Apple cuestiona la decisión de la Comisión Europea de incluir a la App Store dentro del alcance del reglamento, argumentando que la tienda de aplicaciones no debería considerarse un servicio independiente según la definición de la DMA. En paralelo, la compañía mantiene una batalla legal contra una multa de 500 millones de euros impuesta por Bruselas por incumplir las reglas que obligan a permitir compras fuera de su tienda digital.

Otro punto de controversia es la investigación sobre iMessage, que en un principio fue analizada por las autoridades europeas para determinar si debía someterse a las mismas reglas de interoperabilidad que otras plataformas de mensajería. Finalmente, el servicio fue excluido del listado de plataformas obligadas a cumplir la DMA, una decisión que ahora la Comisión defiende como coherente con la naturaleza no comercial del servicio.

Bruselas acusa a Apple de abuso de control

La representación legal de la Comisión Europea, encabezada por Paul-John Loewenthal, ha rechazado los argumentos de Apple y ha defendido la necesidad de la ley para garantizar una competencia justa en el entorno digital. Loewenthal ha acusado a la compañía de ejercer un “control absoluto” sobre su ecosistema y de aprovechar su posición dominante para generar beneficios extraordinarios en mercados complementarios.

“Solo Apple tiene las llaves de ese jardín vallado. Decide quién entra, quién puede ofrecer productos o servicios a los usuarios y bajo qué condiciones"

“Solo Apple tiene las llaves de ese jardín vallado”, ha declarado el abogado de la Comisión, en referencia al modelo cerrado del iPhone y de la App Store. “Decide quién entra, quién puede ofrecer productos o servicios a los usuarios y bajo qué condiciones”, señala. Según Bruselas, este control ha permitido a Apple retener a más de un tercio de los usuarios de teléfonos inteligentes en Europa, limitando la capacidad de sus competidores para operar en igualdad de condiciones.

La batalla judicial de Apple contra el DMA se enmarca en un contexto de creciente presión sobre las grandes tecnológicas por parte de las autoridades europeas. En los últimos años, la Comisión ha impuesto sanciones multimillonarias a empresas como Google, que acumula más de 9.500 millones de euros en multas por abuso de posición dominante, y a la propia Apple, a la que ordenó devolver 13.000 millones de euros en impuestos no pagados a Irlanda.

El papel de la Free Software Foundation Europe en la defensa de la interoperabilidad

La Free Software Foundation Europe (FSFE) ha intervenido como parte interesada en la vista del caso Apple contra la Comisión Europea ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, un proceso considerado clave para el futuro de la libertad digital en Europa. La organización, defensora del software libre y de la interoperabilidad, ha argumentado que el Digital Markets Act (DMA) solo cumplirá su función si logra garantizar un acceso real y equitativo a los ecosistemas tecnológicos dominados por los grandes actores del sector.

Durante la audiencia, la FSFE ha subrayado que las obligaciones de interoperabilidad impuestas por el DMA no constituyen una carga arbitraria, sino una medida legítima y proporcionada en favor del interés público. Desde la fundación, han recordado que “la innovación no exime a ninguna empresa del cumplimiento normativo” y que, en el caso de Apple, el valor de su ecosistema no depende únicamente de la compañía, sino también de desarrolladores y usuarios externos. En este sentido, el litigio podría sentar un precedente determinante sobre cómo equilibrar la protección de la propiedad intelectual con el derecho de los consumidores a elegir y conectar libremente sus dispositivos y servicios digitales.

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