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Por Antonio Rodríguez
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infozonamovilidades/4/4/18
martes 30 de septiembre de 2025, 17:00h

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Un año después de la entrada en vigor de la Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés), Google se ha sumado a Apple y lanzado un durísimo comunicado en el que carga contra la normativa europea, asegurando que está teniendo efectos negativos no previstos sobre los usuarios y las empresas del continente.

En una respuesta a la consulta pública abierta por la Comisión Europea, la compañía ha señalado que la norma “está causando un daño significativo e involuntario” al limitar funcionalidades clave de sus servicios y generar incertidumbre regulatoria.

La DMA, en vigor desde marzo de 2024, se diseñó para controlar el poder de las grandes tecnológicas y abrir el mercado a una competencia más justa. Sin embargo, según Google, las exigencias de la normativa están generando el efecto contrario. En el sector turístico, por ejemplo, la obligación de que la Búsqueda de Google priorice enlaces a intermediarios en lugar de dirigir al usuario a aerolíneas u hoteles ha supuesto una caída de hasta un 30% del tráfico directo hacia estas empresas.

La compañía asegura que este cambio “eleva los precios para los consumidores, reduce la visibilidad de los negocios y dificulta el acceso a información fiable de reservas directas”. Un estudio económico citado en su comunicado estima que las empresas europeas de distintos sectores podrían afrontar pérdidas de ingresos de hasta 114.000 millones de euros como consecuencia de la DMA.

Prioridad a intermediarios

Google sostiene que la normativa está “favoreciendo a unos pocos”, en referencia a las plataformas de intermediación online

Google sostiene que la normativa está “favoreciendo a unos pocos”, en referencia a las plataformas de intermediación online, frente a la mayoría de compañías que buscan vender directamente a sus clientes. Según la empresa, este enfoque limita la capacidad de negocio de hoteles, aerolíneas o comercios y perjudica la experiencia de los usuarios al ofrecer resultados menos útiles y más costosos.

Otro de los puntos señalados por Google es el efecto de la DMA en la seguridad de Android. Al exigir que se eliminen algunas barreras para permitir la descarga de aplicaciones de terceros (sideloading), la normativa obligaría a retirar protecciones que, en palabras de la compañía, “son salvaguardas legítimas para evitar estafas y enlaces maliciosos”.

Android, a diferencia de iOS, se caracteriza por ser un sistema abierto que permite la instalación de múltiples tiendas de aplicaciones. Esta apertura, que hasta ahora se había considerado una ventaja para la innovación y la diversidad en Europa, podría convertirse en un riesgo de seguridad si desaparecen los mecanismos de protección incorporados por Google.

Innovación tecnológica en riesgo

El gigante tecnológico también ha advertido que la complejidad regulatoria y la incertidumbre legal están retrasando la llegada de productos y funciones avanzadas al mercado europeo. La compañía asegura que nuevas herramientas de inteligencia artificial han tenido que posponerse hasta un año respecto a otros mercados debido a las cargas normativas impuestas por la DMA.

“Este retraso perjudica a los consumidores y empresas europeos que merecen acceso a la tecnología más avanzada”, señala el comunicado de Google. La compañía afirma que ha realizado múltiples ajustes para cumplir con la normativa, como ofrecer nuevas herramientas de portabilidad de datos para negocios y desarrolladores, pero insiste en que la situación actual genera “incertidumbre e imprevisibilidad”.

A la complejidad de la DMA se suma, según Google, la superposición de normativas nacionales y procedimientos judiciales en distintos países

A la complejidad de la DMA se suma, según Google, la superposición de normativas nacionales y procedimientos judiciales en distintos países de la Unión Europea. Esta fragmentación, en lugar de armonizar las reglas del mercado digital, estaría “socavando el objetivo central de la DMA de establecer normas claras y coherentes en toda la UE”.

La empresa considera que este contexto afecta tanto a su capacidad de innovar como a la seguridad jurídica de las empresas que dependen de sus plataformas para operar en el continente.

Google pide reiniciar la norma

En su respuesta a la Comisión Europea, Google ha reclamado un “reinicio” en la aplicación de la DMA. La compañía pide que el cumplimiento de la normativa se centre en mejorar los mercados digitales en lugar de deteriorar “la seguridad, la integridad, la calidad o la utilidad” de los servicios.

Google insta a que la aplicación de la ley sea coherente, basada en hechos y orientada al usuario, con el objetivo de beneficiar tanto a empresas como a consumidores. “El cumplimiento de la DMA debería mejorar los mercados digitales, no ir en detrimento de quienes los utilizan”, concluye la compañía.

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