Apurando al máximo el plazo, el fondo estadounidense informaba a la CNMV de una operación por la que lleva adquiriendo acciones de manera controlada durante los últimos seis meses de Telefónica. Por un lado, haciéndose con un 9,9% bajo el encargo (y pago) de la teleco saudí STC y, por otro lado, un 2,278% para sus propios intereses, según ha avanzado Cinco Días.
Concretamente, la compra de acciones para STC se ha realizado mediante una opción put/call, un mecanismo financiero que tiene un periodo de conversión que, en esta ocasión, abarca del 5 de marzo de 2026 al 5 de septiembre de 2028, de modo que las acciones, hasta entonces, estarán en manos del banco y en ese periodo será la teleco cuando pueda reclamarlas.
En este sentido, según datos de Bloomberg, arrancó hace seis meses con una compra continuada de 300 millones de acciones hasta el mes de junio en el que se adquirieron más de 600 millones de acciones, tras ello, en julio y agosto se compraron más de 300 millones de acciones cada mes.
Precisamente en el mes de marzo, el banco Morgan Stanley dejó de recomendar a sus clientes e inversores la valoración sobre la teleco
En este sentido, fue precisamente en el mes de marzo cuando el banco Morgan Stanley dejó de recomendar a sus clientes e inversores la valoración sobre la teleco, siendo la entidad financiera que más tiempo lleva sin valorar a la empresa, que lleva años sufriendo con el valor de sus acciones, a pesar de la constante reducción de deuda y de la mejora de sus magnitudes financieras, incluidos los ingresos, beneficios y el EBITDA.
En su último informe, Morgan Stanley apuntaba a un precio objetivo de 4,40 euros por acción, en línea con lo que señalaban otros bancos de inversión, por encima de los 4,10 euros en los que estaba la acción, recuerdan desde El Independiente. Actualmente, la acción de Telefónica roza los 4 euros.
Un resquicio legal
Esta operación ha causado un gran revuelo en el sector y es que, a pesar de que se trata de una operación totalmente legal, no deja de sorprender, debido a la estrecha relación de Morgan Stanley con Telefónica y de Araba Saudí con España.
Para poder llevar a cabo esto, el banco estadounidense se ha apoyado en una excepción que se incluye en la norma del mercado de valores que permite ocultar los movimientos, conocida por la entidad, en parte, por el asesoramiento realizado por el bufete de abogados Linklaters, del que es socio Sebastián Albella, quien fuera presidente de la CNMV y formó parte del equipo que redactó la Ley del Mercado de Valores en la que se incluye esta excepción.
Todos los inversores deben comunicar a la CNMV cuando superen el 3% del capital de una compañía cotizada, sin embargo, en el Real Decreto 13662/2007 del 19 de octubre se establece una excepción
Técnicamente, todos los inversores deben comunicar a la CNMV cuando superen el 3% del capital de una compañía cotizada, sin embargo, en el Real Decreto 13662/2007 del 19 de octubre se establece una excepción para “la adquisición o venta de una participación significativa que alcance o rebase el porcentaje del 3% o del 5% por parte de un creador de mercado que actúe en su condición de tal”.
Para lo cual es necesario cumplir con una serie de requisitos, entre ellos, ser un “creador de mercado reconocido”, cosa que todos los bancos de inversiones cumplen, y que además “no intervenga en la gestión del emisor de que se trate, ni ejerza influencia alguna sobre el mismo para adquirir dichas acciones, ni respalde el precio de la acción de ninguna otra forma”, que en este caso también se cumple, y que no se supere el 5%.
Así, el banco ha podido ir adquiriendo paquetes de acciones poco a poco hasta alcanzar el 4,9% sin necesidad de comunicarlo, pero tuvo que hacerlo con la compra del paquete del 5% adicional que obligó a STC a comunicar su posición indirecta. Esta excepción no es una cuestión exclusiva de la normativa española, ya que se trata de una trasposición del reglamento europeo que fija una singularidad similar.
Morgan Stanley asume el riesgo
Asimismo, con esta ingeniería financiera, STC poseerá un 4,9% del capital social de Telefónica, así como un 5% restante en instrumentos financieros, sin embargo, a pesar de la triquiñuela operativa, la teleco saudí aún debe recibir el visto bueno por parte del Gobierno de España, especialmente por los acuerdos que Telefónica mantiene con el Ministerio de Defensa como socio principal de telecomunicaciones.
De este modo, la operación permitiría a STC ordenar al banco estadounidense que recupere la posesión de ese 5% de Telefónica para venderlo al mercado o hacer otras operaciones, en caso de no conseguir la aprobación del Ejecutivo español, aunque Morgan Stanley asume la cobertura de riesgo del total de la operación: un 9,9% de Telefónica valorado en 2.100 millones de euros.
La relación de Telefónica y Morgan Stanley
La dirección general y financiera del Grupo Telefónica mantiene una estrecha relación con el banco de inversiones estadounidense y es que en varias ocasiones han recurrido a ellos para buscar socios y/o inversores en diferentes filiales.
La última de estas ocasiones la ha protagonizado Telefónica Tech, a quien el Grupo busca un socio financiero que le ayude a catapultar su valor y capacidad de inversión, al igual que ocurrió con Telxius y la entrada de KKR con un 40% y de Pontegadea con un 10% por un total de más de 1.650 millones de euros, lo que se tradujo en una subida de más del 20% en el precio de su filial.
Por otro lado, una vez se complete el traspaso de acciones entre Morgan Stanley y STC, el banco de inversiones conservará en su propia cartera un 2,278% de acciones, un porcentaje menor al que ostentan otras entidades como Blackrock, CaixaBank y BBVA, entre otras, aunque la firma estadounidense no ha concretado el destino final de esta participación que se espera que encuentre nuevo propietario en los próximos meses.
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