Bruselas ha denunciado a Google de su posición dominante para favorecer sus servicios de tecnología de presentación publicitaria en detrimento de servicios tecnológicos rivales, anunciantes y editores online.
En este sentido, si se confirma la sospecha del Ejecutivo comunitario, Google tendrá que afrontar una sanción multimillonaria de hasta el 10% de su volumen de negocio anual, pero va más allá y apunta que una multa podría no ser suficiente para resolver los problemas de competencia y abre la puerta a que tenga que vender de forma obligatoria una parte de sus servicios para acabar con sus “conflictos de interés” en el mercado.
“No hay nada malo en ser dominante como tal”, apunta Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de las políticas de Competencia. “Sin embargo, lo que nuestra investigación ha demostrado es que Google parece haber abusado de su posición en el mercado. Lo hizo asegurándose de que tanto sus herramientas de intermediación en la compra como en la venta favorecieran a AdX en las subastas de "concordancia", asegura Vestager.
Así, muestra su preocupación por dos posibles conductas anticompetitivas de Google, ambas para favorecer a AdX. Por un lado, para garantizar que sus herramientas de compra dominantes (Google Ads y DV 360) favorecerían a AdX frente a los intercambios publicitarios rivales; y por otro lado, para asegurarse que sus servidor de anuncios para editores DFP, dominante también del mercado, favoreciera a AdX frente a los ad exchanges rivales, con el objetivo general de mantener el papel de AdX en la cadena de suministro de tecnología publicitaria, lo cual ha permitido al gigante estadounidense cobrar una elevada tarifa por sus servicios de intercambio.
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Vestager abre la puerta a romper el negocio de Google
En este contexto, Vestager advierte que la situación actual genera “conflictos de intereses inherentes y omnipresentes” y que “mientras estos conflictos de intereses sigan existiendo, Google podría continuar con estas prácticas de autopreferenciación o podría incurrir en otras nuevas”.
Por ello, apunta que una decisión que exija a Google cambiar su comportamiento “permitiría que siga haciendo lo que ha estado haciendo hasta ahora, sólo que bajo un disfraz diferente”.
En caso de que la Comisión concluya que Google ha actuado de manera ilegal, “podría exigirle que se desprendiera de parte de sus servicios”
En esta línea, en caso de que la Comisión concluya que Google ha actuado de manera ilegal, “podría exigirle que se desprendiera de parte de sus servicios. Por ejemplo, Google podría desprenderse de sus herramientas de venta, DFP y AdX. De este modo, pondríamos fin a los conflictos de intereses”.
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Una investigación global
Dado el papel global de Google y su presencia internacional, Bruselas ha llevado a cabo la investigación en cooperación estrecha con otras autoridades de competencia, como el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Autoridad de Competencia y Mercados de Reino Unido.
Google se defiende
Ante esta situación, el vicepresidente de Global Ads de Google, Dan Taylor, ha defendido que “nuestras herramientas de tecnología publicitaria ayudan a webs y aplicaciones a financiar sus contenidos y permiten a empresas de todos los tamaños llegar de forma eficaz a nuevos clientes. Google mantiene su compromiso de crear valor para nuestros socios editores y anunciantes en este sector altamente competitivo. La investigación de la Comisión se centra en un aspecto limitado de nuestro negocio publicitario y no es nueva. No estamos de acuerdo con la opinión de la CE y responderemos en consecuencia”.