www.zonamovilidad.es
miércoles 21 de septiembre de 2022, 09:00h

Escucha la noticia

La digitalización de los servicios financieros, tanto desde la perspectiva del incremento de la oferta de servicios online como del mayor uso que realizan los consumidores de dichos servicios, ha avanzado de forma destacada en 2021. Los datos recogidos por Telefónica así lo demuestran. Si en 2020 el 22,2% de las personas encuestadas afirmaron realizar operaciones financie­ ras a través de internet, en 2021 el porcentaje se dobló y llegó al 45,4%.

Este uso de internet es más frecuente entre internautas varones (50,2%) que entre usuarias de internet (40,8%). En las franjas de edad de entre 25 y 34 años, 35 y 44 años y 45 y 54 años, más de la mitad de los usuarios de inter­net llevan a cabo operaciones financieras online (el 53,6%, el 57,4% y el 56,4%, respectivamente). En cuanto al tipo de hogares, los internautas que viven en familias con hijos pequeños y los que viven en pareja son los que más utilizan estos servicios (el 58,2% y el 53%, respectivamente).

Las gestiones bancarias, principal motivo de uso de los servicios financieros digitales

Las gestiones bancarias son el principal motivo de utilización de los servicios financieros digitales. El 94,3% de los usuarios acceden a estos servicios para operaciones con su entidad de ahorro.

Las operaciones ligadas al sector asegurador cuentan también con una im­portante base de usuarios online. El 31,4% de los internautas que realizan operaciones financieras han contratado un seguro online. Este porcentaje aumenta al 40,5% entre los usuarios de 25 a 34 años. El seguro más con­tratado online es el de automóvil (el 60,8% de los que contratan seguros a través de internet), seguido del del hogar (41,8%) y del de la salud (28,6%).

Otra actividad financiera que se lleva a cabo a través de internet es la compra de acciones. Este uso es minoritario entre los que gestionan servicios finan­cieros online, ya que solo lo desarrollan el 16,7%.

El 94,3% de los usuarios acceden a estos servicios para operaciones con su entidad de ahorro.

La transformación digital de los servicios financieros alcanza también a los hábitos de uso de los españoles en cuanto al manejo de dinero en efectivo. Mientras que los cajeros automáticos continúan su declive en España, im­pulsado también por los procesos de fusiones bancarias que reducen el número de oficinas físicas, los terminales de punto de venta (TPV) crecen de forma notable. A finales de 2021, el número de cajeros automáticos dispo­nibles en España se situó en los 47.639, la cifra más baja de los últimos 20 años.

Por el contrario, el número de TPV llegó a los 2.210.994 a finales de 2021, lo que supone un incremento del 6,6% respecto a 2020. Más rele­vante aún es el aumento de las operaciones de compras realizadas mediante TPV, que superaron por primera vez los 6.000 millones, concretamente 6.101, tras crecer en 2021 un 28,83%, el mayor incremento desde principios de siglo. El valor de estas operaciones de compra alcanzó los 195.247 millo­nes de euros, un 21,6% más que en 2020. En este crecimiento también ha tenido mucho que ver la recuperación económica y del consumo tras los confinamientos de 2020.

A nivel europeo, los pagos mediante medios digitales (tarjetas de débito, crédito, billetera móvil digital) en puntos de venta físicos representan el 67% del total de pagos. Las compras por comercio electrónico se pagan principalmente a través de billetera móvil digital (27%), tarjeta de crédito (25%) y tarjeta de débito (17%). Sin embargo, la forma de pago que más está creciendo es la denominada «compra ahora, paga después».

En España, el sistema unificado de medios de pago (Sistema de Tarjetas y Medios de Pago S. A.), nacido de la fusión de ServiRed, Sistema 4B y Euro 6000 y propiedad de los principales bancos, lanzó en septiembre de 2021 Plazox, servicio BNPL que permite fraccionar compras por importe de al menos 60 euros.

El ejemplo de los servicios BNPL, creados por empresas fintech y adoptados por entidades financieras clásicas, muestra cómo la barrera entre las fintech y la banca tradicional se difumina. En este contexto, surge con fuerza el concepto de «finanzas embebidas». Las finanzas embe­bidas consisten en que cualquier empresa o comercio online puede comple­mentar su oferta de valor a sus usuarios mediante la prestación de servicios bancarios directamente en sus páginas web o aplicaciones.

La integración del software bancario se realiza mediante aplicaciones para facilitar el intercam­bio de información y datos entre la entidad bancaria y la empresa. Las finan­zas embebidas son un ejemplo del nuevo paradigma BaaS (banca como servicio), que posibilita a terceros agentes ajenos al sector ban­cario prestar este tipo de servicios, ofreciendo a sus clientes una experiencia mejorada, más rápida y sencilla.

El sector financiero, uno de los más digitalizados en el tejido productivo

El sector financiero es uno de los más digitalizados de los que componen el tejido productivo. En este proceso, la competencia que han supuesto las empresas fintech a la banca tradicional ha servido de acicate para avanzar en su transformación digital. La competencia inicial entre los dos ti­pos de agentes está dando paso al establecimiento de sinergias en beneficio del cliente final, que está consiguiendo una experiencia bancaria digital de calidad.

Ernest & Young identificaba 376 empresas fintech que operaban en España en 2021: 275 españolas, 77 extranjeras y 24 adquiridas por bancos. Aten­diendo a los principales tipos de actividad que desarrollan, el 22% se dedi­can al préstamo, el 19% a temas fiscales y contables, el 15% a la inversión y el 14% a los pagos.

En 2021 comenzó a funcionar el sandbox regulatorio fintech de España.

En 2021 comenzó a funcionar el sandbox regulatorio fintech de España. Se trata de un espacio controlado donde se permite probar proyectos financie­ros innovadores de base tecnológica en el mercado real. De esta manera, con consumidores reales, se testan proyectos bajo el control y supervisión de la autoridad competente y cumpliendo con requisitos específicos. El objetivo es permitir a los potenciales participantes de base tecnológica testar sus pro­ductos o servicios y velar por la estabilidad de los mercados y la protección de los consumidores finales.

El sandbox regulatorio se observa como una solución para adaptar la regula­ción con el paso acelerado al que surgen los proyectos innovadores en el mercado. Busca proveer a las autoridades supervisoras competentes el con­trol y la información necesarios sobre el funcionamiento de estos nuevos modelos de negocio tecnológicos y que requieren la aplicación del principio de proporcionalidad.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios