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En la guerra entre EEUU y China, Europa pone los muertos

En la guerra entre EEUU y China, Europa pone los muertos

Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
sábado 24 de agosto de 2019, 14:00h

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El pasado 16 de mayo, el mundo dejó de respirar. Estados Unidos, declaraba abiertamente la guerra comercial a China y lo hacía a través de Huawei, acusando a la tecnológica de espionaje y de poner en riesgo la seguridad nacional. Su decisión incluía la prohibición de suministrar productos, componentes o materias primas no sólo a la multinacional asiática, sino a cualquier empresa del orbe que trabaje con ésta. Ayer 23 de agosto, después de muchos altibajos, Trump reaccionó altivo a la última subida de aranceles a los productos americanos en China y exigió a las empresas americanas que salieran del país asiático. La bolsa se tiñó de rojo

Nuestras grandes compañías americanas son, por la presente, ordenadas para empezar a buscar una alternativa a China inmediatamente, incluyendo traerse sus empresas a CASA y hacer sus productos en EEUU

La moratoria de tres meses a Huawei no llegó sola, otra lista numerosa de empresas que guardan relación con la multinacional entró en la denominada ‘Entity list’ y el presidente Eric Xu declaraba durante la presentación de su nuevo procesador para inteligencia artificial, Ascend, que la situación “iba para largo” y que ya lo tenían asumido. Están preparados.

Lo que resulta difícil de entender es que el ‘gran hermano’ americano, espía por antonomasia a través de sus empresas y de sus servicios secretos, que ha hecho del tráfico de datos y del quiebro a las leyes de la privacidad una de sus fuentes de ingresos y de poder, acuse a otro país de espiar y poner en riesgo su seguridad nacional y lo haga sin prueba tangible alguna.

La acusación emanaba desde un principio ese ‘tufillo iraquí’ de infausta memoria, basado en las mentiras,

La acusación emanaba desde un principio ese ‘tufillo iraquí’ de infausta memoria, basado en las mentiras, que invita a poner en cuestión los métodos de un gobierno, populista y nacionalista, que se aúpa a la confusión digital para mezclar situaciones, distribuir informaciones falsas y buscar a través del tuit la empatía de un pueblo chovinista y normalmente desinformado que, como UNA vez fue atacado, siente temor hacia el extranjero desconocido y no se cuestiona tamañas decisiones. Un país en el que las masacres se suceden, pero que se permite el lujo de recomendar a sus ciudadanos que sean precavidos si visitan Barcelona porque es una ciudad peligrosa (pasean poco por Nueva York).

Sobre quién recae el problema

Sin embargo, poca gente sabe que en Estados Unidos no se comercializan los productos de Huawei porque el mercado de los operadores sigue siendo preponderante y no han podido llegar a acuerdos sólidos o de interés. En cuanto a China, allí no se utiliza software americano; ellos tienen sus propios buscadores y sus propias redes sociales. Así es que ni unos ni otros se van a ver drásticamente afectados si Trum persevera y en diciembre mantiene su ‘castigo’ a la tecnológica. Lo grave es que, a simple vista y sin adentrarnos en la cuestión, las pérdidas de Huawei -si es que llega a haberlas- sí van a incidir directamente en Europa y en Latinoamérica y los miles de empleados que se pueden quedar sin trabajo, las empresas que pueden cerrar en consecuencia, los ‘muertos’, en general, de esta ‘guerra’, serán europeos.

Hardware, software, la competencia, las redes 5G, todos, todas esas cosas de las que se lleva hablando ya unos meses sin parar, forman parte de un todo. Vendrían a ser lo que en historia se denomina ‘los conflictos localizados’, pero que sólo son las hogueras que de reavivarse pueden originar un gran fuego o peor aún extenderlo.

Y siento hablar de fuego en un momento en que han hecho falta semanas para que el mundo reaccionara mientras arde la selva Amazónica. Ese va a ser otro problema.

El 16 de mayo de 2019

El presidente, Donald Trump, firmó el pasado 16 de mayo, una orden ejecutiva que prohibía a las empresas estadounidenses utilizar dispositivos elaborados por compañías que puedan suponer “un riesgo para la seguridad nacional”. Asimismo, declaró la emergencia nacional, un acto que le otorga autoridad para regular el comercio con las empresas que puedan suponer una amenaza para el país, entre las que sitúa en primer término a la china Huawei.

A través de un comunicado difundido por la Casa Blanca, el presidente del Ejecutivo estadounidense explicó su decisión en base a los ataques recibidos por “adversarios extranjeros que tratan de explotar debilidades en los sistemas de información y comunicación del país; aunque mantener un clima de inversión abierto es importante para el crecimiento y la prosperidad de la economía de Estados Unidos, dicha apertura debe estar equilibrada con la necesidad de proteger a nuestro país contra esta amenaza -concluyó el mandatario-“.

Dentro de unos días unas comisión China llega a EE.UU. para negociar un nuevo acuerdo comercial

Unos meses antes, a modo de caldo de cultivo, la ‘Comisión de Revisión de Seguridad y Economía de EE. UU. y China’, señalaba los riesgos que supone la cadena de suministro no sólo de Huawei y ZTE, sino también de Inspur, Legend Capital / Holdings, Lenovo, Lexmark, Lishen Power Battery Systems, Tianma Microelectronics, TPV Technology Ltd., Tsingua Holdings. y Shenzen Laibo HiTech Co. Ltd. En el escrito aseguraban que estas firmas están involucradas en los programas militares, nucleares y / o de ciberespionaje de China y que los productos o servicios de estas compañías podrían configurarse a modo de ataque o provocar un fallo crucial a través de un producto comprometido, del tipo: baterías, componentes acústicos, imanes, materiales de blindaje o cables y conectores de alimentación.

Así, después de múltiples escaramuzas, de ensayar su estrategia con la multimillonariamente multada ZTE; de hacer que los canadienses apresaran a la vicepresidenta e hija del fundador de Huawei, Meng Wanzhou; de estipular aranceles para los productos chinos por un valor aproximado de 250.000 millones de dólares; de romper la tensa armonía y paralizar el funcionamiento de la Organización Mundial del Comercio, Trump, siguiendo las indicaciones de su consejero, Peter Navarro, dio un paso, que podría ser sin retorno, en la escalada de tensión. “Si en septiembre esto no se ha solucionado, el problema adquiriría dimensiones insospechadas -afirmaban los especialistas en el tema consultados por TyC-“. Se cumplieron los tres meses y la gran decisión se postpuso otros tres…

En el mapa bélico comercial extendido sobre la mesa tenemos puntos en conflicto bien definidos

En el mapa bélico comercial extendido sobre la mesa tenemos puntos en conflicto bien definidos: El plan ‘Made in China 2025’; las decisiones estratégicas del asistente del Presidente y director de Política de Comercio y Manufactura, Peter Navarro; los graves problemas de la Organización Mundial del Comercio; la llegada de las redes celulares de quinta generación (5G) y quienes se quieren apoderar, ahora, de ellas; el devenir de las frecuencias; la fabricación del hardware y, como no, el chantaje a través del software de las potentísimas over the top (OTTs) americanas. De todos y cada uno de estos puntos habría que hablar para intentar comprender lo incomprensible o, cuando menos, hacerse una composición de lugar.

Mientras, continúa la escalada; yo te pongo un arancel, yo te quito otro, reunión del G7, tendremos Brexit duro, la economía mundial se complica, Alemania atraviesa dificultades, España e Italia sin gobierno, el problema de la inmigración sangra y Trump sigue poniendo tuits. ¿De verdad que nadie le va a quitar el teléfono?

La avaricia

Pero no podemos cerrar capítulo sin la última y más evidente reflexión. En la base de todo este gran problema, reside la avaricia; la avaricia de todos aquellos que prefirieron irse a fabricar a China para obtener mayor rendimiento económico, conscientes de que les podían copiar la propiedad intelectual; de quienes cerraban las cadenas de producción locales a sabiendas de que el traslado de las fabricas menoscababa el bienestar de los países de origen; de quienes sólo pensaron en su beneficio inmediato menospreciando el potencial al que se enfrentaban mientras sin aparentemente saberlo despertaban e instruían a una sociedad disciplinada, capaz y, por encima de todo, trabajadora.

La historia de la humanidad nos muestra que una sociedad decadente da paso al dominio de una pujante. Tal vez es el turno de los americanos; pero éstos, si no lo remediamos, pretenden arrastrar en su caída a Europa. Trump, dista de ser una hermanita de la caridad y parece dispuesto a cobrarse las deudas, cuando menos aquellas que dejó George Marshall (y sus planes asiáticos equivalentes); y si no, que se lo pregunten a los ingleses.

¡El espectáculo está servido, dos bombas de relojería activas en el G7! Y la vigilancia está en la frontera…

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