Figma, la plataforma colaborativa especializada en diseño de interfaces, ha dado un paso decisivo hacia su salida a bolsa con la presentación pública de su solicitud S-1 ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC). Bajo el símbolo “FIG”, la compañía planea cotizar en el mercado bursátil en una de las operaciones más esperadas del sector tecnológico en 2025.
Figma cerró 2024 con una facturación de 749 millones de dólares, lo que representa un incremento del 48% respecto al año anterior
Los datos incluidos en el documento S-1 revelan un panorama financiero sólido. Figma cerró 2024 con una facturación de 749 millones de dólares, lo que representa un incremento del 48% respecto al año anterior. La tendencia al alza se mantuvo en el primer trimestre de 2025, con un crecimiento interanual del 46%. Además, la compañía presenta un margen bruto del 91% y un beneficio operativo ajustado que, excluyendo gastos extraordinarios, le ha permitido volver a la rentabilidad tras un año de pérdidas contables vinculadas a compensaciones en acciones.
El desplome temporal en los resultados de 2023, con una pérdida de 732 millones de dólares, se explica por una oferta de acciones internas a empleados, en la que el CEO y cofundador Dylan Field vendió acciones por un valor de 20 millones de dólares. Pese a este revés, Figma ha vuelto a beneficios y mantiene una estructura de deuda prácticamente nula, lo que refuerza su atractivo ante los inversores.
Uno de los pilares clave del futuro de Figma es su apuesta por la inteligencia artificial. En su documento S-1, la compañía reconoce que está “invirtiendo fuertemente en IA” y que este esfuerzo “podría afectar temporalmente a la eficiencia operativa”, pero considera que estas tecnologías serán fundamentales para el futuro de los flujos de trabajo en diseño.
La plataforma ya ha incorporado herramientas de IA generativa para codificación, ilustración digital y marketing visual. También ha comenzado a ofrecer acceso a modelos de IA que trabajan sobre sus propios servidores, mejorando la eficiencia del desarrollo y posicionándose frente a nuevos competidores como Lovable, que apuntan directamente al mercado de diseño basado en IA.
El trasfondo de un intento fallido de adquisición
El salto a bolsa se produce tras el intento frustrado de adquisición por parte de Adobe, que en 2022 ofreció 20.000 millones de dólares por la compañía. La operación fue abandonada un año después, ante la presión regulatoria de Reino Unido y la Unión Europea. En una entrevista en 2023, Field ya anticipaba la posibilidad de una salida a bolsa, señalando que “las startups financiadas por capital riesgo suelen seguir dos caminos: ser adquiridas o salir al mercado”.
Figma saltará al mercado con una valoración proyectada de hasta 1.500 millones de dólares en la oferta pública
Ahora, con una valoración proyectada de hasta 1.500 millones de dólares en la oferta pública, según estimaciones de Renaissance Capital, Figma busca consolidar su independencia con una propuesta centrada en el diseño colaborativo, el desarrollo web y la inteligencia artificial.
La salida a bolsa también deja entrever la configuración interna de poder en Figma. Dylan Field controla aproximadamente el 75% de los derechos de voto gracias a las acciones de clase B, que otorgan 15 votos por título. Parte de esta estructura se debe a la cesión de derechos por parte del cofundador Evan Wallace, quien dejó la empresa en 2021 pero cuya familia mantiene una participación significativa.
Figma cuenta con el respaldo de fondos de capital riesgo de alto perfil como Sequoia, Index Ventures, Greylock y Kleiner Perkins, que jugarán un papel clave en la distribución de acciones durante la IPO.
La operación bursátil de Figma se perfila como una de las más relevantes del ecosistema de software de diseño, no solo por su potencial económico, sino por su enfoque diferencial.