www.zonamovilidad.es

De la SIM embebida a la integrada

La iSIM ya es funcional
Ampliar

La iSIM ya es funcional

Por Javier López Tazón
x
javierlopezgmailcom/11/11/17
martes 18 de enero de 2022, 17:40h

Escucha la noticia

Apenas hemos comenzado a utilizar las eSIM (SIM embebidas) y Vodafone, Qualcomm y Thales han realizado la primera demostración mundial de la tecnología iSIM. ¿Para qué?

La tarjeta SIM tiene tantos años como el teléfono móvil tal y como lo concebimos actualmente. Es básicamente un sistema de identificación del usuario con una memoria en la que figuran esos datos y otra memoria accesible en la que podemos almacenar nuestros contactos. En realidad, pocos contactos, porque incluso las tarjetas llamadas Large Memory, apenas llegan a los 512 kilobytes.

Las primeras SIM -es un acrónimo formado por las iniciales de Subscriber Identity Module- tenían el tamaño de una tarjeta de crédito. En realidad, la SIM en sí misma era un chip con ocho contactos que medía unos 12 milímetros y medio por casi nueve de ancho. Lo que sucede es que ese chip se presentaba montado en una tarjeta de ocho centímetros y medio de largo por 5,4 centímetros de lado.

De SIMs del tamaño de una tarjeta de crédito a Nano-SIM

Los móviles tenían, claro (hace tanto tiempo de ello que muchos no los han visto y otros no lo recordarán) una ranura por la que se introducía la tarjeta. Eso marcaba el tamaño mínimo de un móvil. Y pensemos que la mayoría eran de formato de concha, así que, abiertos no medían menos de los 17 centímetros.

En los momentos iniciales de la telefonía móvil la pelea por el tamaño era hacia terminales más compactos no, como sucede en nuestros días, a equipos gigantes. La pantalla apenas importaba porque no se navegaba ni se veían vídeos ni fotos. Si alguno empezaba a tener cámara, era tan mala que con una pantalla de dos pulgadas ibas sobrado. Así que el tamaño de la tarjeta se convirtió en un incordio para hacer terminales más pequeños.

De ahí que primero se independizara de todo el plástico (o cartón) que le sobraba y pasó del tamaño de tarjeta de crédito al de un chip grande: la mini SIM, 25 milímetros por 15 de ancho y un grosor de 0,76, igual que la tarjeta original. De la mini SIM el paso siguiente fue la micro SIM: 15 milímetros por 12. Y el mismo grosor. Y todavía quedaba margen para pasar a la Nano-SIM: 12,30 por 8,80 milímetros y un pelín más fina.

Curiosamente, la línea de disminución de la SIM no se correspondió con un tamaño más pequeño, sino que los terminales comenzaron a crecer: pantallas grandes, enormes, gigantescas, que, además, consumen un montón de energía. Si la tarjeta es más pequeña hay que reservarle un espacio más pequeño, por lo tanto, se pueden hacer más grandes algunos componentes, como la batería.

El lento adiós de las tarjetas SIM físicas

El paso lógico en esta secuencia es la desaparición de la tarjeta física como tal. Así que se pensó en reemplazarla por una SIM virtual. Se conoció como SIM embebida (embedded SIM) y contó con la animadversión de los operadores de telefonía móvil que la miraron con recelo. Con mucho recelo. Con bastante probabilidad, ese recelo de los operadores ha sido una de las rémoras para que despeguen las eSIM y, con ellas, los dispositivos móviles autónomos del móvil.

La eSIM sigue necesitando un hueco físico específico en las tripas

Explico esto de los "móviles autónomos del móvil": sin la eSIM, un reloj, por más inteligente que sea, necesitará tener cerca un teléfono móvil para realizar o atender llamadas. En cambio, si la pulsera de actividad, reloj o lo que sea que llevemos en la muñeca, cuenta con una eSIM, podemos dejar el móvil en casa con la confianza de que si hay una urgencia podremos atenderla.

El problema es que la eSIM necesita un hueco físico específico en las tripas del móvil, reloj, gafas, tableta, ordenador, zapatillas deportivas, coche, patinete, llavero... Seis por cinco milímetros y por debajo de un milímetro de grosor.

El sector de consumo impulsará los dispositivos con eSIM hasta los 3.400 millones en 2025

Leer más

Llegan las iSIM

Lo que han probado Vodafone, Qualcomm y Thales esta semana es que ya no hace falta ese espacio. El nuevo paso es la iSIM, la SIM integrada. La diferencia es que este módulo de comunicación ya no es un chip dedicado, sino que se puede integrar directamente en el procesador del móvil o de lo que sea. Y aquí está uno de los puntos clave, en este "lo que sea".

Si tiene un chip se le podrá agregar una iSIM sin aumentar el tamaño del equipo

Cualquier dispositivo electrónico necesita un chip, aunque sólo sea para controlar la carga de la batería. No digamos si ese dispositivo forma parte de la familia IoT. Y, si tiene un chip se le podrá agregar una iSIM sin aumentar el tamaño del equipo. A partir de este punto, puerta abierta a la imaginación.

Cualquier prenda u objeto que llevemos encima será susceptible de convertirse en un sistema de comunicación de dos vías: del objeto al individuo o a la central, pero también de la central o individuo hacia el objeto.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios