Hoy es 18 de junio. Hoy cumplo diez años en Zonamovilidad.es. Diez años (un poco menos de la mitad de la historia de esta publicación) que no son una cifra más, sino un capítulo vital en el que quiero detenerme y celebrar, no con grandes fuegos artificiales, sino con una pequeña reflexión, y quizás un par de sentimientos que me permitiréis expresar. Con gratitud. Con memoria. Y con la ilusión intacta con la que arranqué.
Recuerdo con claridad el primer día que crucé la puerta simbólica de Zonamovilidad y aquel mail que envié a Pilar Bernat, en aquel momento mi profesora que pasaría a ser mi mentora, jefa y compañera. Lo que entonces era una oportunidad profesional para seguir aprendiendo durante los meses de verano de primer año de carrera, con el tiempo se transformó en una vocación.
Mentiría si dijese que siempre había pensado en dedicarme al periodismo tecnológico, la realidad es que yo quería hacer cultura, música, pero diez años después aquí estamos con más de 7.000 artículos firmados a mis espaldas desde entonces. Pero no es el número lo que pesa: es cada historia detrás. Cada entrevista que me enseñó algo; cada análisis hecho con la certeza de que informar bien es, también, cuidar al lector; cada viaje, feria y congreso con interminables pasillos en los que he podido vivir de primera mano los avances de un sector que marca el mundo.
Durante esta década he sido testigo de cómo evolucionaba la tecnología, cómo cambiaba el mundo, cómo nosotros —como medio y como personas— aprendíamos a adaptarnos. Y en ese proceso, he crecido yo también.
El periodismo como responsabilidad
Hoy, más que nunca, creo que el buen periodismo es un acto de resistencia. Ante el ruido, las prisas, los algoritmos y la desinformación, ser periodista exige rigor, calma y valentía. Exige también humildad. Saber que, como decía Gabriel García Márquez, “la ética debe acompañar siempre al periodismo, como el zumbido al moscardón”.
Vivimos tiempos complejos. Las fake news, los deepfakes, los contenidos generados por IA sin supervisión humana… todo ello nos empuja a reivindicar la importancia de una prensa libre, seria y comprometida. Informar con verdad no es solo un trabajo: es la única manera real de vivir este oficio.
Pero, ¿por qué cada vez más gente deja de confiar en los medios? Quizá porque, durante demasiado tiempo, demasiados titulares han elegido el impacto por encima de la verdad. Porque se ha confundido velocidad con veracidad. Porque algunos medios han dejado de informar para agradar a intereses políticos, económicos o corporativos. Porque se ha perdido el contexto, la verificación, el trabajo de campo… y con ello, la credibilidad.
"La desinformación no es solo un error: es un negocio. Un modelo que premia el clic fácil, el escándalo, el sesgo"
La desinformación no es solo un error: es un negocio. Un modelo que premia el clic fácil, el escándalo, el sesgo. Hay quienes publican sin contrastar, quienes editorializan una nota de prensa como si fuera una investigación. Y eso daña no solo a los lectores, sino a toda la profesión. Alimenta la polarización, enturbia el debate público y vuelve a la sociedad más vulnerable frente a la manipulación.
Y lo peor es que todo eso ocurre mientras el verdadero periodismo —el que investiga, el que pregunta incómodo, el que duda antes de afirmar— lucha por no desaparecer entre métricas infladas y promesas publicitarias. Porque sí, también hay que decirlo: cuando la información se puede comprar, cuando se negocian titulares o se intercambian silencios por campañas, el periodismo pierde su alma.
"El periodismo, si se hace bien, sigue siendo una herramienta poderosa para entender, para cuestionar y para construir un mundo más justo"
Yo no creo en esa forma de comunicar. Nunca he creído. Y quienes me conocen lo saben. Por eso sigo aquí, diez años después, defendiendo con más fuerza que nunca que informar es una responsabilidad. Que no todo vale. Que no se puede jugar con la verdad. Que cada texto que publicamos es una pequeña pieza del relato colectivo. Y que el periodismo, si se hace bien, sigue siendo una herramienta poderosa para entender, para cuestionar y para construir un mundo más justo.
Como lectores también tenemos un papel: salir de nuestras burbujas, contrastar fuentes, exigir calidad. No podemos resignarnos a la superficialidad. Porque si perdemos el derecho a estar bien informados, lo siguiente que perderemos será la libertad de pensar por nosotros mismos.
El equipo que da sentido a todo
Este camino no lo he recorrido solo, no podría haberlo hecho de ninguna de las maneras. Y hoy, sobre todo hoy, quiero dar las gracias. A quienes me han acompañado codo a codo durante todos estos años. El periodismo no se sostiene en solitario. Es una tarea coral. Y en Zonamovilidad he tenido la suerte de compartir este viaje con personas comprometidas, brillantes y generosas, en redacción, fotografía, vídeo, equipo comercial, técnico, eventos, diseño, administrativo…: Dani, Gabi, Hugo, Adri, Adolfo, Alex, Jaime, Álvaro, Indira, José, Martin, Augusto, Antonio, Ángel, María, Carmen, Carolina, Daniel, David, Nacho, Javier, José Manuel, Juan Carlos, Manuel, Marta, Pedro, Pepa, Ricardo, Chema, Víctor… (me perdonaréis que mi memoria se pueda olvidar de alguno).
Entre todas ellas, hay una figura sin la que hoy este aniversario no tendría sentido: Pilar Bernat. Pilar no ha sido solo una compañera: ha sido mi maestra, mi mentora, mi referente. De ella he aprendido mucho más que técnica o estilo. Me enseñó a mirar con curiosidad, a dudar con inteligencia, a escribir con propósito. Me enseñó también a defender el criterio con firmeza, pero sin perder la humanidad. Pilar ha sido y es una presencia constante, un apoyo silencioso pero firme, una brújula en los días de incertidumbre. Agradecerte ahora mismo todo esto en público se queda corto, pero no podía dejar de hacerlo en un día como hoy.
"Al final, lo que uno recuerda no son los clics ni las cifras. Son las personas. Los momentos compartidos"
Porque, al final, lo que uno recuerda no son los clics ni las cifras. Son las personas. Los momentos compartidos. Las madrugadas cerrando coberturas y las ferias corriendo de uno a otro lado. Las risas, las discusiones, el respeto. Y de eso, en estos diez años, me llevo lo mejor.
Zonamovilidad no es solo un medio de comunicación: es una familia profesional. Y su fuerza no reside en las métricas o en las visitas, sino en la honestidad con la que trabajamos, en la confianza que hemos cultivado con nuestros lectores durante más de 20 años de trayectoria (y 30 años de herencia si contamos Telefonía y Comunicaciones), y en el respeto mutuo dentro del equipo. Sin ese engranaje humano, nada de esto tendría sentido.
Tecnología y humanidad
Es irónico que, en un medio centrado en la tecnología, lo más importante siga siendo lo humano. A lo largo de estos diez años hemos cubierto ferias, lanzamientos, debates éticos sobre inteligencia artificial, telecomunicaciones, la innovación en áreas tan diversas como la telefonía, las comunicaciones, el deporte, la música, el cine, sostenibilidad digital… Pero por encima de las cifras y los datos, lo que siempre he intentado contar son las historias que hay detrás.
Porque la tecnología es fascinante, sí. Pero su valor real está en cómo impacta en nuestras vidas. Y contar eso con profundidad, contexto y sensibilidad es —y seguirá siendo— nuestra (mi) razón de ser.
Hoy no solo miro hacia atrás. También miro hacia el futuro. Consciente de los retos que enfrentamos como medio, como periodistas, como sociedad. Pero también con esperanza. Porque creo firmemente en el poder transformador de la información veraz, de las palabras bien usadas, del periodismo honesto.
"La libertad de prensa no es una garantía: es una conquista diaria. Y por eso debemos protegerla, defenderla y ejercerla con responsabilidad"
La libertad de prensa no es una garantía: es una conquista diaria. Y por eso debemos protegerla, defenderla y ejercerla con responsabilidad. En un contexto en el que la desinformación gana terreno y los intereses económicos amenazan la independencia editorial, nuestra tarea cobra un valor aún mayor.
El futuro del periodismo está lleno de incógnitas. ¿Será la inteligencia artificial un aliado o un competidor? ¿Cómo protegeremos la autenticidad en un entorno dominado por la automatización de contenidos? ¿Qué papel jugarán los medios independientes frente a los grandes conglomerados? No hay respuestas cerradas, pero sí hay una certeza: el buen periodismo seguirá siendo necesario. No el que grita más fuerte, sino el que escucha mejor. No el que genera clics vacíos, sino el que construye comprensión.
Y frente a todo lo que vendrá, hay un principio que no cambia: la búsqueda de la verdad. Puede parecer simple, pero es profundamente revolucionario. Buscar la verdad, sin adornos, sin atajos. Preguntarnos siempre para qué y para quién escribimos. Y recordar que, aunque cambien las plataformas y las herramientas, nuestra misión sigue siendo la misma: servir a la sociedad desde la honestidad, la independencia y el compromiso.
Porque si algo he aprendido en esta década es que el periodismo —el de verdad— no se mide en trending topics. Se mide en confianza. Y esa, solo se gana con trabajo serio, mirada crítica y palabra limpia.
Gracias, de verdad
No hay palabras que puedan condensar todo lo vivido en estos diez años. Pero al menos quería compartir este momento. Esta pequeña celebración personal, que también es colectiva. Porque sin lectores, no hay periodismo. Y sin confianza, no hay camino.
Gracias a quienes me han leído, corregido, cuestionado, impulsado. Gracias a las agencias, marcas, asociaciones, instituciones y demás entidades que han respondido a mis dudas, quienes han creído (y creen) en el proyecto que tengo el honor de liderar, junto a Pilar, Zonamovilidad.es, y a quienes siguen apostando por el periodismo como pilar de la democracia.
Hoy cumplo diez años en esta casa. Y no puedo sentirme más orgulloso. No por mí, sino por lo que juntos hemos construido. Y por todo lo que, estoy seguro, aún está por venir.
Nos seguimos leyendo.
Gracias.