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En riesgo el 10% del MWC Barcelona 2026

MWC Barcelona 2025
MWC Barcelona 2025 (Foto: Daniel Quesada)

El MWC en peligro: la crisis diplomática entre España e Israel salpica al congreso de Barcelona

Por Alfonso de Castañeda
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alfondcctelycom4com/8/8/17
lunes 15 de septiembre de 2025, 09:00h

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Barcelona vuelve a situarse en el epicentro de la intersección entre tecnología y política internacional tras la creciente crisis diplomática entre España e Israel.

El ministro de Comunicaciones de Israel, Shlomo Karhi, ha confirmado que el país no participará en la próxima edición del Mobile World Congress (MWC), prevista entre el 2 y el 5 de marzo de 2026. La decisión implica tanto a la delegación institucional como a las empresas tecnológicas que tradicionalmente acudían al evento, muchas de ellas referentes en ciberseguridad, redes móviles e innovación digital.

El motivo oficial es la respuesta a lo que Tel Aviv califica de “medidas antiisraelíes” adoptadas por España y, en particular, por la ciudad de Barcelona, que en un pleno municipal celebrado en julio acordó romper relaciones con Israel e instar a Fira de Barcelona a no acoger pabellones oficiales del país ni de empresas vinculadas a la industria armamentística israelí. La medida, sumada al reciente deterioro de las relaciones diplomáticas, ha acelerado la decisión de Jerusalén de retirarse voluntariamente del congreso antes de que se materializara un veto.

Barcelona, en el centro de la tormenta

El MWC es la feria tecnológica más importante del mundo en el ámbito de las telecomunicaciones y la movilidad digital. Cada año reúne en Barcelona a unas 100.000 personas y a miles de empresas de todo el planeta, generando un impacto económico estimado en más de 400 millones de euros para la ciudad y su entorno.

Para la capital catalana, la organización de este congreso desde 2006 es uno de los pilares de su proyección internacional, consolidándola como un hub tecnológico y de innovación. De ahí que la renuncia de Israel tenga un fuerte componente simbólico: es la primera vez que un Estado anuncia públicamente que no participará en la cita por motivos políticos ligados a la situación en Oriente Medio, aunque otros países como Rusia (desde la invasión de Ucrania en febrero de 2022) sí han sido públicamente vetados.

Pabellón de Israel en el MWC Barcelona 2025

El comunicado del Ayuntamiento de Barcelona aprobado antes del verano ya anticipaba las fricciones. En él se acordaba “romper las relaciones institucionales con el actual Gobierno de Israel” y suspender el acuerdo de amistad firmado en 1998 con la ciudad de Tel Aviv-Jaffa, “hasta que se restablezca el respeto al derecho internacional y al derecho internacional humanitario”. El mismo texto instaba a Fira de Barcelona a no permitir la presencia de pabellones israelíes ni de empresas señaladas por la ONU en 2023 por sus vínculos con asentamientos en territorios palestinos ocupados.

El alcalde Jaume Collboni, en redes sociales, defendió la medida con un tono inequívoco: “Barcelona no puede mantener vínculos con un Estado que perpetra crímenes contra la humanidad. Somos y seguiremos siendo una ciudad comprometida con la paz, los derechos humanos y la justicia internacional”.

Impacto para el ecosistema tecnológico

Más del 10 % de las más de 1900 empresas presentes en el MWC 2025 procedían de Israel

La ausencia de Israel en el MWC 2026 supone un vacío significativo en términos de innovación tecnológica. El país es uno de los líderes mundiales en desarrollo de startups y soluciones avanzadas en sectores estratégicos como la ciberseguridad, 5G, edge computing o inteligencia artificial aplicada a redes. Su ecosistema, a menudo denominado “Silicon Wadi”, cuenta con más de 9.000 startups activas y ha sido fuente de soluciones adoptadas globalmente por operadores, fabricantes de equipos y proveedores de servicios digitales. Por situarlo en cifras del MWC, durante la pasada edición celebrada a principios de marzo de este mismo año, más del 10% de las más de 1.900 empresas presentes en el MWC, la cifra más alta hasta la fecha, procedían de Israel o tienen sus principales laboratorios de I+D en Israel.

En ediciones anteriores, el pabellón israelí acogía decenas de compañías emergentes que utilizaban Barcelona como escaparate para captar inversión y cerrar alianzas con grandes actores de la industria móvil. La renuncia anunciada por Karhi no solo limita esa visibilidad, sino que abre interrogantes sobre la capacidad de las empresas israelíes para seguir compitiendo en el mercado europeo si pierden uno de sus principales espacios de networking global.

Al mismo tiempo, esta ausencia puede traducirse en más protagonismo para startups y compañías de otras geografías, que encontrarán un espacio adicional en un congreso donde cada metro cuadrado de exposición es muy codiciado. La GSMA, organizadora del MWC, se ha apresurado a recalcar su carácter “integrador” y “unificador”, subrayando que “el ecosistema móvil avanza gracias a la diversidad de actores”. Sin embargo, la organización también admite que “la situación global puede impactar en la decisión de los participantes de asistir a nuestros eventos”.

Tecnología, diplomacia y economía

El caso de Israel abre una cuestión de mayor calado: ¿hasta qué punto la geopolítica puede condicionar un evento tecnológico que históricamente ha presumido de neutralidad?

El MWC ha sido escenario de grandes anuncios sobre 4G, 5G y ahora 6G, así como de presentaciones de dispositivos que marcan tendencia en la industria móvil. No obstante, la dimensión internacional de la feria convierte cualquier ausencia estatal en un gesto político con consecuencias globales. En este caso, la retirada israelí coincide con un clima de tensión creciente entre Madrid y Tel Aviv.

En agosto, Israel ya había vetado la entrada al país del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, como represalia por las decisiones municipales. Semanas después, el Gobierno español anunció nuevas medidas contra Israel, incluyendo la prohibición de entrada a territorio nacional de varios ministros israelíes y la consolidación jurídica de un embargo de armas.

El propio primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha acusado a Pedro Sánchez de lanzar “amenazas genocidas” contra su país

El propio primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha acusado a Pedro Sánchez de lanzar “amenazas genocidas” contra su país, una retórica que refleja el grado de deterioro diplomático. En este contexto, el Mobile se convierte, de manera indirecta, en un escenario de altas tensiones.

Más allá de las cuestiones económicas, este tipo de decisiones plantea un debate sobre la neutralidad de los grandes eventos tecnológicos. El MWC no solo es un escaparate para dispositivos móviles, sino también un foro de discusión sobre el futuro de la conectividad, la inteligencia artificial, las telecomunicaciones satelitales o la ciberseguridad. La ausencia de un país con un ecosistema innovador tan fuerte como el israelí reduce el intercambio de conocimiento y la pluralidad de perspectivas en un sector donde la colaboración global es esencial.

España, en el foco internacional

La decisión israelí de no acudir a Barcelona también se produce en un momento en que España está especialmente expuesta en el tablero internacional. Las protestas propalestinas han ganado visibilidad, con interrupciones recientes en eventos como La Vuelta Ciclista a España. La política exterior española, con medidas como el reconocimiento del Estado palestino, añade complejidad a un escenario en el que la diplomacia y la tecnología se entrelazan de manera inevitable.

La GSMA deberá gestionar ahora un reto delicado: cómo garantizar que el MWC siga siendo percibido como un espacio neutral, centrado en la conectividad y la innovación, sin convertirse en campo de batalla geopolítica. El precedente de Israel abre la puerta a que, en futuros conflictos internacionales, otros Estados puedan plantearse medidas similares, lo que pondría en riesgo el carácter global del evento.

La GSMA insistie en su compromiso de “reunir a todo el ecosistema móvil en Barcelona en marzo de 2026 para dar forma al futuro de la conectividad”

A seis meses de la próxima edición, la organización del MWC 2026 trabaja para mantener el atractivo del congreso frente a estas turbulencias. La GSMA ha insistido en que “la conectividad es la base misma de la tecnología y el progreso de la sociedad” y en su compromiso de “reunir a todo el ecosistema móvil en Barcelona en marzo de 2026 para dar forma al futuro de la conectividad”.

Con todo, la renuncia de Israel recuerda que la tecnología no vive en una burbuja aislada. El Mobile World Congress, como escaparate global, refleja también las tensiones del mundo en el que se celebra. Y en este caso, sitúa a Barcelona en el centro de un debate que va mucho más allá de la telefonía móvil: el de cómo mantener el diálogo tecnológico en un escenario de creciente fragmentación política y diplomática.

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