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La inclusión digital enriquece a las mujeres, pero no mejora su posición laboral
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La inclusión digital enriquece a las mujeres, pero no mejora su posición laboral

miércoles 06 de marzo de 2019, 21:10h

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La recopilación de competencias digitales no sobrepasa obstáculos como la discriminación por edad, género o nacionalidad, o la gestión con las responsabilidades familiares. Esto lo concluye una investigación de Lídia Arroyo, investigadora del grupo GenTIC centro de investigación IN3 de la UOC.

La tecnología es considerada como un factor fundamental para la competitividad y la innovación, y la inclusión digital de la población, herramienta que genera un capital humano que puede hacer frente a los retos del mercado laboral y participar en la igualdad de oportunidades en el acceso a los ámbitos laborales, educativos y de participación social en la red.

La investigación de Arroyo se centra, por una parte, en un estudio de políticas TIC de España y de la Unión Europea, y de los datos estadísticos acerca del uso efectivo de Internet, y por otra parte, en un estudio llevado a cabo sobre una muestra de 32 mujeres en edad activa y con una posición desfavorecida en la esfera y el mercado digital, que han participado en un curso para aprender capacidades digitales para encontrar empleo.

Los dos estudios están incluidos en la tesis doctoral de Lídia Arroyo, en la que analiza los efectos de la inclusión digital de las mujeres en su postura en el mercado de empleo.

Una inclusión desigual

En España, un 25% de las personas de todos los niveles educativos utiliza internet para buscar trabajo, otro uso muy común es para acceder a recursos educativos para mejorar el perfil profesional. El sector de la población que más accede a internet para buscar trabajo son las mujeres entre 16 y 24 años (un 34%, respecto al 29% de los chicos de la misma edad), las mujeres de entre 25 y 54 años (un 31%, respecto al 28% de los hombres).

La brecha de género se presenta en la franja de edad de personas mayores de 55 años, el porcentaje de hombres que utiliza internet como vía para encontrar trabajo es un 8%, el de las mujeres un 4%. El internet es una herramienta generalizada para encontrar trabajo destinada a personas de todos los niveles.

Las estadísticas de inclusión digital en España son superiores a las de la media de los países de la Unión Europea en todos los grupos de edad y niveles de estudios (excepto los hombres jóvenes y las mujeres mayores de 55 años). Sin embargo, las tasas de paro en España son superiores a la media europea, entre los jóvenes españoles la tasa de paro es de 48%, en la UE es de 20%, esto demuestra que una mayor inclusión digital no asegura un mayor crecimiento económico en igualdad de oportunidades, ha declarado Arroyo.

Según el estudio internet no promueve la formación entre las personas mayores y con menos nivel educativo, y no es una vía para mejorar el nivel de formación de las personas con estudios medios o bajos, “tiene un efecto multiplicador en la adquisición de conocimientos por parte de personas con un nivel elevado de estudios” ha explicado la investigadora, “todo ello pone en evidencia que las desigualdades de género, nivel educativo y edad se trasladan a los usos de internet vinculados al ámbito laboral, en el que se reproducen las relaciones de poder en todos los ámbitos de la sociedad, ha concluido.

Mujeres con más competencias digitales

La investigación de Lídia Arroyo se concentra en un estudio cualitativo realizado sobre una muestra de 32 mujeres de una edad entre 26 y 61 años, tres cuartas partes eran mayores de 45 años, en una situación socialmente desfavorecida, y que habían tomado un curso para obtener competencias digitales para acceder al mercado laboral. La mayoría de las candidatas tenía estudios de primaria y secundario, y eran de Marruecos, Armenia, Filipinas, Cuba, Bolivia y Colombia. El objetivo del estudio era determinar si internet puede ayudar a mejorar la posición en el mercado laboral de las mujeres en situaciones socialmente desfavorecidas.

Los resultados determinan que la inclusión digital no mejora el posicionamiento de las mujeres en el mercado de trabajo, pero ayuda a que confíen más en sus propias capacidades personales y profesionales y promueve su autonomía.

De las mujeres que han participado, las que estaban en el paro han determinado que hay obstáculos que el conocimiento de competencias digitales no puede superar, como la discriminación por edad, género o nacionalidad que hay en el mercado laboral, así como la incompatibilidad de los horarios laborales con las responsabilidades familiares o el nivel de formación que requieren las ofertas de empleo.

Pese a que la inclusión digital no garantiza un mayor crecimiento económico en igualdad de oportunidades, es imprescindible diseñar programas de inclusión digital que promuevan estrategias de cómo utilizar internet para la población más desfavorecida, así como, programas en el ámbito de la ocupación y la educación, que determinen otras competencias básicas, no-digitales y transversales que soliciten los sectores productivos de cada región del Estado.

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