Ha quedado demostrado que las personas mayores, aunque con más dificultades, han sabido adaptarse a las nuevas tecnologías y hacen uso de ellas. La idea de que a nuestros padres y abuelos no les interesa la tecnología cada vez queda más obsoleta, y una estadística que recoge muy bien este cambio, es la que se refiere al porcentaje de personas de edad avanzada que ya, ha día de hoy, juega a videojuegos habitualmente en sus smartphones. La muestra del estudio, que recoge a 125 personas de entre 55 y 79 años residentes en nuestro país, muestra que casi el 20% usa su teléfono móvil para jugar habitualmente.
Cerca de la media
Entre los adultos de edad media, el porcentaje de jugadores asciende hasta un 30% según varios estudios internacionales, una estadística que no se aleja tanto de lo que hoy en día los adultos españoles mayores a 55 años demuestran hacer. En sesiones de unos cinco minutos, ese casi 20% de la población adulta que juega a videojuegos a diario, invierte aproximadamente una hora de su tiempo al día en desempeñar esta actividad.
Apalabrados, un juego similar al Scrabble, encabeza la lista de juegos más populares tanto para adultos de mediana edad como para los más mayores, y le siguen el Criminal Case, basado en resolver una serie de enigmas con ambientación detectivesca, y Pokemon Go, que desde su salida en 2016 ha ido actualizándose y ha sabido encontrar un hueco entre los fanáticos de la saga. Cerca de esos títulos, en popularidad, se encuentran el solitario, los juegos de puzzles y el Candy Crush Saga.
Cabe destacar que la investigación apenas ha notado diferencias entre los usuarios de 55 años y los más mayores, ambos invierten la misma cantidad de tiempo a jugar, lo hacen a los mismos juegos y coinciden en que quienes usan sus teléfonos móviles para jugar también lo hacen para otras muchas actividades, demostrando que se han adaptado a esta nueva tecnología y saben darle un uso más completo. De este modo, los videojuegos, podrían llegar a ser una buena forma de lograr que las personas mayores se integren más fácilmente con la sociedad actual, que muchas veces es demasiado tecnológica para ellos y quedan excluidos.
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