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sábado 19 de junio de 2021, 14:00h

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Durante la COVID-19 el reciclaje de aparatos electrónicos y pilas en España aguantó la ralentización impuesta por la pandemia en 2020, a pesar de las restricciones a la movilidad y la disminución de la actividad comercial y productiva a raíz de la crisis sanitaria. A lo largo del año pasado la empresa que administra cuatro fundaciones medioambientales dedicadas al reciclaje, Recyclia, gestionó 59.154 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y de pilas y baterías.

En este sentido, cabe destacar que, de las 59.254 toneladas de residuos recicladas, 51.839 toneladas eran aparatos electrónicos. La entidad se muestra bastante satisfecha con esta cifra, ya que en 2020 se propuso el objetivo de intentar mantener la cantidad de residuos por encima de las 50.000 toneladas. Además, en 2019 batió el récord con 57.520 toneladas de residuos. Desde sus inicios, Recyclia ha administrado 415.720 toneladas de este tipo de residuos.

Ecopilas se sitúa en el quinto puesto entre los sistemas colectivos de gestión de estos residuos de Europa

Por otro lado, en lo que respecta a pilas y baterías, la empresa ha obtenido un récord con la recogida, a través de la fundación Ecopilas, de 7.315 toneladas de estos residuos, tanto de tipo doméstico, como industrial y de automoción. Según la asociación europea Eucobat, Ecopilas se sitúa en el quinto puesto entre los sistemas colectivos de gestión de estos residuos de Europa, con la administración de 43.600 toneladas de pilas desde que comenzó su actividad.

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Paralelamente, José Pérez, consejero delegado de Recyclia, ha señalado que “tras este año inesperado, creo que podemos concluir que la conciencia ambiental, tanto de los ciudadanos como de toda la cadena comercial de los productos electrónicos, ha alcanzado un nivel de madurez de la que todos nos podemos felicitar. Igualmente –añade Pérez–, también hemos podido comprobar la capacidad de trabajo y de tesón de todos los hombres y mujeres de este sector, quienes han hecho posible mantener el dinamismo de la cadena de reciclaje de residuos”.

Asimismo, el volumen de paneles solares reciclados ha crecido en un 329%, hasta obtener 481 toneladas en 2020. Su reciclaje es obligatorio sólo desde 2015, cuando legalmente fueron considerados residuos electrónicos.

Por otro lugar, Recyclia ha mantenido un crecimiento del 4% en el número de fabricantes e importadores de aparatos electrónicos y pilas adheridos a sus fundaciones, obteniendo los 1.684 en 2020. Además, su red de recogida incrementó en 12.509 puntos en 2020, hasta lograr los 91.780 en toda España, esto se traduce en más de un 16% más que en 2019.

Residuos electrónicos

En este crecimiento de la red de recogida, cabe destacar el despliegue en 2020 de 3.667 y 5.646 nuevos puntos pertenecientes, respectivamente, a las redes de Ecopilas y de Tragatóner/Tragatinta, la iniciativa de Recyclia para gestionar los cartuchos de impresión. De hecho, la red de recogida de Ecopilas ya dispone de 44.617 puntos y se consolida como la más extensa de nuestro país.

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En lo que se refiere a aparatos ofimáticos y de impresión, en 2020 la fundación Ecofimática administró 6.357 toneladas de este tipo de residuos. Gracias a esto la fundación ha podido lograr un acumulado de más de 61.600 toneladas desde el inicio de su actividad. El año pasado, esta fundación retiró 438.517 kilos de cartuchos de impresión, un 18% más que en 2019, a través de la red de 13.298 puntos Tragatóner/Tragatinta.

Finalmente, Ecoasimelec, la fundación dedicada a la administración del resto de residuos electrónicos, gestionó 39.421 toneladas en 2020, lo que supuso un descenso de sólo el 5% en comparación con 2019. De este volumen, el 87% son aparatos de uso doméstico. La fundación sumó, además, 648 nuevos puntos de recogida a su red, alcanzando los 17.854 en 2020. Finalmente, Ecolum retiró 6.061 toneladas de residuos de iluminación, un 7% más que en 2019, mediante sus 7.357 puntos de recogida, un 28,5% de ellos fueron desplegados el año pasado.

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