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Entrevista con Manuel Jiménez Perona, presidente de AESAE

Manuel Jiménez Perona, presidente de AESAE
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Manuel Jiménez Perona, presidente de AESAE

Jiménez Perona (AESAE): "No nos pueden obligar a instalar puntos de carga porque se tardan demasiados años en sacarle rentabilidad"

“Venimos a invertir para sacar unos resultados, pero no a subvencionar una forma de energía”

Por Alfonso de Castañeda
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alfondcctelycom4com/8/8/17
martes 24 de agosto de 2021, 09:00h

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La industria automovilística se encuentra en plena evolución, un proceso en el que están abrazando la electrificación de las flotas con distintos niveles de automatización. Con estos cambios también llegan las innovaciones a uno de los sectores hermanados, las gasolinas y estaciones de servicio.

Con más de 11.600 centros repartidos por toda España, según la Memoria Anual de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) del 2019 (el último publicado), las estaciones de servicio han empezado a digitalizarse, y en un todavía pequeño porcentaje, a automatizarse, optando incluso por eliminar la presencia total de cualquier empleado en el recinto.

Concretamente, según la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (AESAE), ya en 2021 las estaciones automatizadas representan el 12,5% del total de gasolineras de España (sin contar cooperativas ni grandes superficies).

Para analizar la situación de este pujante negocio hablamos con Manuel Jiménez Perona, presidente de AESAE, en una entrevista telefónica en la que pone en valor los avances que se están haciendo en los últimos años. “Nosotros partimos desde 2013 que es cuando se liberaliza el mercado. Los inicios fueron muy complicados porque había muy pocas posibilidades, pero además nos hemos enfrentado a una serie de trabas burocráticas y legislativas que directa o indirectamente obligaban a tener personal, por lo que se pervertía el modelo”.

Según explica Jiménez Perona, “estas limitaciones hizo que el modelo se ralentiza en su expansión y tuviéramos la necesidad de crear una asociación para defendernos”. En este sentido advierte que el gran reto para este sector es la regulación ya que se enfrentan a normativas diversas tanto de la Administración Central como de los gobiernos de las Comunidades Autónomas y de los municipios.

“La asociación lo que busca es defender el libre mercado que no se está respetando”

Pese a ello reconoce que en los últimos dos años se ha avanzado positivamente y “prácticamente todas las CCAA han eliminado ahora las legislaciones”, pero destaca que “aún hay otras trabas que se han ido poniendo por zonas. No es que se haya firmado la paz, hay una calma chicha porque cada día se buscan nuevas trabas”.

En este punto señala que se están poniendo impedimentos a la libertad de mercado, uno de los objetivos de la asociación. “Más allá de las buenas prácticas, mejor seguridad y demás, la asociación lo que busca es defender el libre mercado que no se está respetando” y por eso “estamos luchando en los tribunales cada medida que creemos que no tiene sentido”.

Una alternativa “segura” y “más económica”

Con la pandemia se ha puesto de relevancia la importancia de este tipo de estaciones de servicio ya que al no requerir personal físico se reducen los riesgos de contagios. “Durante la pandemia nosotros no hemos parado de vender y no hemos necesitado ayuda ninguna, sino que hemos mantenido nuestras estaciones abiertas y hasta el ministerio nos ha valorado de forma positiva”.

Gracias a este auge “esperamos que nuestro modelo se vaya consolidando”, pero reconoce Jiménez Perona que “no esperamos llegar a situaciones como países del norte de Europa que tienen ratios del 70% (en el caso de Dinamarca), pero nosotros partimos de un monopolio”.

“El consumidor español es exigente, pero sensible al precio”

Señala además que “el consumidor español es exigente, pero sensible al precio” y, en este sentido, asegura que los precios medios de las gasolineras que forman parte de la asociación son mucho más bajos que la competencia porque la estructura de costes es menor y “aplicamos más rápido las situaciones de bajada, porque nosotros vivimos de este negocio de coste bajo”.

Las estimaciones de la asociación aseguran que un coche familiar que haga 20.000 kilómetros al año ahorra entre 280 y 320 euros al año por la decisión de comprar “en precios competitivos”. “Ahora mismo, con estas subidas tan rápidas de precio hay estaciones de servicio con 20 y 22 céntimos más caros que otras”, apunta Jiménez Perona que defiende la necesidad de reforzar la competencia en el sector para evitar que “los grandes controlen los precios y mantengan durante más tiempo los precios altos y que sean tan lentos a la hora de bajar los precios cuando el mercado lo hace”.

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¿Ya no importa la calidad?

Más allá del precio, otro de los aspectos que siempre ha rondado las diferencias entre gasolineras ha sido la calidad, pero el presidente de AESAE destaca que “ya nadie pregunta por ese tema, porque se han cansado de vender productos con papel de envolver”.

En este sentido, asegura que “se vendían aditivos añadidos sin que hubiese ningún estudio que demostrase que fuese mejor que aquel que no llevaba aditivos”. “Es cierto que puede ser un poquito mejor o no, pero la realidad es que a los 100.000 kilómetros se ha gastado una cantidad de euros de más que no compensa”, apunta y explica que “nosotros no ponemos aditivos porque cuando compramos el producto ya se les han añadido con los básicos”. “Ya no hay argumentos por la calidad y tampoco por la seguridad”, defiende Jiménez Perona.

¿Y la destrucción de empleo?

El representante de las estaciones de servicio automáticas defiende que sus empresas asociadas no destruyen empleo, sino que eliminan puestos que “no son necesarios y que además aumentan los costes y, por tanto, los precios”. “Si tú le dices al cliente que tiene dos opciones: ponerse él la gasolina a 1 euro o que se la ponga alguien a 1,15, nadie va a elegir que se la ponga una persona porque le va a salir mucho más caro”, destaca.

Además, explica que pese a que no hay personal físicamente en la estación de servicio, sí hay profesionales asignados a ellas. “Tenemos entre 1 y 2 personas por centro que no se dedican a repostar, sino a otras cuestiones como al mantenimiento”, señala.

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La electrificación de los coches y los cambios en las gasolineras

Pese a considerar que todavía faltan muchos años para que el parque automovilístico español dependa de la energía eléctrica y no de la fósil, Jiménez Perona asegura “nosotros tenemos un modelo que nace con un tipo de energía, pero que no es exclusivo a ese tipo sino que podremos suministrar la energía que el cliente necesite, ya sea con puntos de carga o con lo que esté por venir”.

Sin embargo, el presidente de AESAE matiza que “nosotros no venimos de una situación donde nos hayan regalado muchos años para llenar nuestras cuentas de resultados, venimos a invertir para sacar unos resultados y seguir invirtiendo, pero no a subvencionar una forma de energía; para eso está el Estado”.

Los coches eléctricos “todavía tiene que resolver muchas cosas”

Tampoco confía Jiménez Perona en que el coche eléctrico esté desarrollado de forma competitiva con los convencionales, apuntando que “todavía tiene que resolver muchas cosas, como la autonomía, el problema de los motores diésel, porque no es fácil utilizar energía eléctrica para mover grandes vehículos”.

“Nosotros vamos a ir al negocio cuando el negocio sea rentable, no nos pueden obligar a instalar puntos de carga porque se tardan demasiados años en sacarle rentabilidad. Al gobierno le decimos que ‘si usted me obliga a poner un punto de carga, dígame que parte de la inversión me va a dar usted en subvención’ y ahí haremos nuestros cálculos y si nos sale bien, pondré el punto de carga, pero no me diga que tengo la obligación porque entonces tengo que poner mi dinero y si no me sale bien el que pierde soy yo y me arruino”.

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Predice además que “el coche eléctrico no va a estar tan cerca, sobre todo, si pensamos en los grandes vehículos”. Además, advierte que “el coche para cargarse tiene que estar un ratito, no es llegar y 5-10 minutos e irse, sino que se queda un tiempo y durante ese tiempo no puedo poner a otro coche a repostar, por lo que tardo mucho más en rentabilizarlo. Las cuentas no salen”.

“Habrá cambios, pero irán en consonancia con la realidad y es que los grandes transportes no van a cambiar fácilmente y, en cuanto al consumo familiar, va a tardar un tiempo porque no es tan fácil rentabilizarlo a no ser que haya un gran número de coches”, explica. “Hasta que no haya demanda no vamos a poder rentabilizarlo así que habrá que esperar”, concluye Jiménez Perona.

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