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Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
domingo 24 de abril de 2022, 22:19h

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Decía una vieja cabecera televisiva que tres eran tres las hijas de Elena, tres eran tres y ninguna era buena… pues sirva la tonadilla para enmarcar la situación que España, Europa y una parte del mundo está viviendo con las empresas de infraestructuras de redes móviles: Huawei, Ericsson y Nokia, cada una de ellas atravesando un proceso complicado que podría dejarla fuera de juego.

¿Y por qué decimos que ninguna es buena al referirnos a tres empresas largo tiempo consolidadas con las que todo el sector telco trabaja, a las que toda la industria respeta y cuyo negocio está en el corazón -nunca mejor dicho- de nuestras redes? Pues porque 2022 parece haber traído consigo un tsunami que a su paso va destrozando todo lo que encuentra, que deja de todo menos buenas noticias y que es la constatación de las cosas siempre pueden ir a peor. Y eso que nos referimos a un segmento del mercado, el de redes de acceso radio, que es vital para nuestro desarrollo y para el que los analistas, -de forma global- prevén en los próximos diez años crecimientos de dos dígitos.

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Huawei y la Ley de Ciberseguridad 5G

A pesar de eso, el pasado 29 de marzo, el Gobierno español aprobó, por Real Decreto, la Ley de Ciberseguridad para el 5G, en la cual se reserva el derecho de vetar aquellas empresas que considere potencialmente peligrosas; entre las que parece que pueden estar Huawei (proveedor número uno del mundo) y ZTE (cuarto en el mencionado ranking).

Según explicó Expansión al día siguiente, esto obligaría a los operadores a modificar sus planes de despliegue y a realizar cambios en el núcleo de la red, algo que sería costoso (no están las arcas de los operadores ni el desarrollo del negocio para tirar fuegos artificiales) y que retrasaría los compromisos de despliegue de 5G. A este respecto queda una duda en el aire: si se obliga a los operadores a cambiar los equipos instalados de Huawei, ¿se les pagará una compensación que les permita resarcirse e instalar nuevas marcas? ¿Eso significaría que el dinero saldría de las arcas del Estado o lo que es lo mismo, de los españoles? ¿Estaría suficientemente argumentado y votado para que no pueda llegar a ser un delito de prevaricación? “Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras -dijo Alfonso VI-”

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Sin embargo, de llegar a señalar y desterrar de nuestras redes a las compañías asiáticas mencionadas, el Gobierno no estaría actuando ‘mutu proprio’, sino en consonancia con otros países de Europa que ya han adoptado la medida, tras las indicaciones de Estados Unidos. Eso sí, lo entraría en clara contradicción con algunas declaraciones del presidente Sánchez en las que contemplaba “diversificar alianzas e incluir en éstas a las empresas chinas”.

Argumentos razonados para adoptar esta decisión, hasta el momento, no se conocen o no se han hecho públicos; ¿especulaciones? En exceso; aunque parece que la invasión de Ucrania por parte de Rusia, país con el que simpatiza China y los graves problemas de ciberseguridad que han surgido en el mundo entero a raíz del conflicto bélico podrían tener mucho que ver.

No obstante, hay que recordar que el CEO de Huawei en España, Tony Jin Yong, aseguraba en una entrevista con Zonamovilidad.es poco antes de su relevo que «desde el año 2019 hasta ahora todavía no hemos visto ninguna evidencia que pruebe que Huawei haya hecho algo mal y, por eso, digo que es injusto, por la falta de evidencias y hechos»

Ericsson los sobornos y los pagos al ISIS

En cuanto a Ericsson, la compañía tecnológica europea por excelencia, que controla según Dell'Oro Group el 15% del mercado global de infraestructura de telecomunicaciones, siempre vivió con un halo de entidad idílica, creadora de riqueza y trabajo allá donde llegaba. Con un nivel altísimo de I+D y de garantía en sus instalaciones, ha presumido de tener en la presidencia española tres de los grandes ejecutivos de la industria tecnológica del país (Ingemar Naeve, José Antonio López y Andrés Vicente); pero, en los últimos años, se ha visto envuelta en un gravísimo problema internacional de corrupción, denunciado el pasado mes de febrero por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), el cual destapó pagos a los terroristas del ISIS para que los dejara trabajar en Irak sin que, ni su personal ni sus instalaciones corrieran peligro. Además, el informe conocido como ‘La lista Ericsson’ denuncia otras investigaciones “por mala praxis corporativa en España, Croacia, Egipto, Sudáfrica, Portugal, Angola, Estados Unidos, Brasil, Azerbaiyán, Marruecos, Bahréin, Libia y Líbano”.

En España no se tienen noticias de que la empresa, por iniciativa propia, haya entregado una relación de alcaldes, cargos públicos o intermediarios que exigieran pagos por permitir la instalación de infraestructuras de comunicaciones en sus áreas de influencia

La compañía ha reconocido los casos y está realizando un auténtico esfuerzo por rectificar sus actuaciones y lavar su imagen. Y si bien prometió a los americanos reportar casos de mala praxis y someterse a las auditorías de un observador externo durante tres años, en España no se tienen noticias de que la empresa, por iniciativa propia, haya entregado una relación de alcaldes, cargos públicos o intermediarios que exigieran pagos por permitir la instalación de infraestructuras de comunicaciones en sus áreas de influencia. Pero tampoco el Gobierno o la Fiscalía han intervenido para averiguarlo (tal vez las telefónicas tendrían mucho que decir al respecto).

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Con esta situación sobre la mesa, el problema del sector se complica enormemente; ya que los operadores, las grandes multinacionales e incluso los gobiernos (sobre el papel), una vez que todos los casos estuvieran probados y aclarados y en base a sus políticas de transparencia y anticorrupción respectivas se verían obligados a descartar a Ericsson como proveedor; lo que eliminaría al segundo proveedor del mapa. Ni Ericsson ni ninguno de los operadores ha tenido una respuesta a las preguntas realizadas sobre este problema; pero es lógico que no quieran ni oír hablar de él.

Ericsson sigue pudiendo presentarse a cualquier licitación de contratos públicos en Estados Unidos o en Europa

Y tal vez por eso, por el problema que se crearía en el mercado mundial de las telecomunicaciones, según la investigación del ICIJ en la última audiencia del proceso, que culminó en el acuerdo entre la SEC (comisión de Bolsa y valores de los EE.UU), el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y Ericsson, el fiscal dijo que no procesaría a la empresa y permitió que una subsidiaria egipcia se declarara culpable en su lugar para evitar “consecuencias colaterales”. Actualmente, Ericsson sigue pudiendo presentarse a cualquier licitación de contratos públicos en Estados Unidos o en Europa.

Ahora bien, no está claro en qué terminará este proceso, ya que importantes accionistas de la compañía han mostrado su descontento, lo han denunciado y han tomado medidas al respecto; tanto que la capitalización de mercado de Ericsson se ha reducido en los dos últimos meses alrededor de un 25% (más de 9.000 millones de dólares) y su VP Senior, Peter Laurín, responsable máximo de las operaciones internacionales, se ha visto obligado a dimitir. Algunos medios suecos aseguran que, si el Departamento de Justicia americano encuentra alguna evidencia de ilegalidad, la ley sueca podría responsabilizar personalmente los altos ejecutivos de Ericsson.

En este mismo marco, Orange se han visto fuertemente involucrada en el problema como accionistas de la iraquí Korek Telecom, entre 2011 y 2019, y aún no se conoce el recorrido que tendrá el caso.

Nokia Network y el espionaje en Rusia

En cuando a Nokia Networks, si bien es verdad que reúne todo el conocimiento que ha ido sumando de Siemens, Alcatel, Lucent y los Bell Labs tras las diferentes alianzas y adquisiciones, también lo es que, con respecto a sus principales competidores, la relación calidad precio no le resultaba favorable; sin embargo, sus acciones se dispararon y sus opciones de mercado mejoraron considerablemente tras los distintos sucesos acontecidos con Huawei y Ericsson; de hecho, parecía que podía llegar a ocupar una posición de privilegio rozando el monopolio.

En su salida de Rusia, Nokia no menciona "lo que estaba dejando atrás: equipos y software que conectan la herramienta más poderosa del Gobierno para la vigilancia digital, con la red de telecomunicaciones más grande del país”

Sin embargo, la invasión de Ucrania por parte de Rusia y la decisión de las grandes empresas europeas de retirarse del territorio liderado por Vladímir Putin, destapó un nuevo escándalo en el mundo telco que contó con detalle el New York Times en su edición del pasado 11 de abril: “Nokia anunció que dejaría de vender en Rusia y denunció la invasión de Ucrania; pero la empresa finlandesa no mencionó lo que estaba dejando atrás: equipos y software que conectan la herramienta más poderosa del Gobierno para la vigilancia digital, con la red de telecomunicaciones más grande del país”.

Según el prestigioso diario americano, la herramienta se utilizó para rastrear a los partidarios del líder de la oposición rusa, Aleksei A. Navalny o para interceptar llamadas telefónicas de un enemigo del Kremlin que luego fue asesinado. Llamado ‘Sistema para Actividades Operativas de Investigación’, o SORM, el periódico considera muy probable que se siga utilizando en este momento, ya que el presidente Vladimir V. Putin selecciona y silencia las voces contrarias a la guerra dentro de Rusia.

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Todo apunta a que, durante más de cinco años, Nokia proporcionó equipos y servicios para vincular SORM con el proveedor de servicios de telecomunicaciones más grande de Rusia, MTS, según documentos de la empresa obtenidos por The New York Times. Los escritos describen cómo Nokia trabajó con empresas rusas vinculadas al Estado para planificar, optimizar y solucionar problemas de conexión del sistema SORM a la red de MTS. El principal servicio de inteligencia de Rusia, el FSB, utiliza SORM para escuchar conversaciones telefónicas, interceptar correos electrónicos y mensajes de texto, y rastrear otras comunicaciones por Internet. Andrei Soldatov, un experto en inteligencia rusa y vigilancia digital, que revisó algunos de los documentos de Nokia a petición de The Times, dijo que sin la participación de la empresa en SORM, “habría sido imposible hacer tal sistema”.

No sé si este caso se debería considerar, igualmente, en los departamentos de ética de los operadores o sí, por el contrario, como en el tema de Ericsson, conviene aplicar el principio de los tres monos sabios (o de los monosabios, que quitan la sangre de los ruedos y los dejan limpios tras las lidias); ya que el despliegue de 5G es una necesidad imperante relacionada con el desarrollo de la sociedad del siglo XXI y un negocio que supuso unos ingresos totales en todo el mundo para sus protagonistas de casi 100.000 millones de dólares.

Open RAN

El cuarto puesto en el mercado de equipos de telecomunicaciones lo ocupa ZTE, que vive la misma situación que Huawei; por tanto, sin bien es verdad que hay otras empresas que trabajan en este campo (Samsung tiene una gran oportunidad), pintan bastos en el despliegue de 5G.

Es verdad que hay soluciones alternativas como Open RAN (redes conformadas por equipos de diferentes proveedores), pero están aún en vías de desarrollo y, si bien hay muchas compañías que están realizando una apuesta definitiva por esta tecnología, no son pocos lo que manifiestan sus dudas sobre ella como por ejemplo la consultora americana de John Strand, quien busca respuestas financieras, económicas, técnicas y prácticas sobre O-RAN; al igual que muchos expertos que, si bien creen que el sistema va adelante, consideran que las dificultades técnicas para su correcto funcionamiento van a ser inmensas.

Con este panorama sólo queda esperar para ver qué prevalece: la ética, la justicia, la política o la economía. ¡Hagan sus apuestas!

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